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ABC MADRID 29-01-1935 página 48
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ABC MADRID 29-01-1935 página 48

  • EdiciónABC, MADRID
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Athletic de Madrid, 3; Oviedo, 3 Las fórmulas ineficaces. -Se comprende cualquier desfallecimiento de los directivos athléticos. Ellos han procurado reunir un conjunto que tiene valores suficientes para formarjun equipo; y ni siquiera cuando la formación se sostiene durante varios partidos, cuaja el conjunto deseado. Ahora fáltale línea de medios. Pero singularmente medio- centro. Con una ausencia a largos plazos total que no puede suplir la buena voluntad de los alas y que contrasta frente a un cuadro como el ovetense, que tiene línea medular aguerrida, con un centro que está en camino de ser, tan pronto como logre el fondo que en este momento le falta, el mejor de la península. En cuanto a esa vanguardia rojiblanca, todo el entusiasmo de Elícegui, con sus errores menores que los aciertos, no logra contagiar a los camaradas, tanto más ineficaces cuanto más se acercan al marco. Y ahí está el problema del Athletic madrileño que ni mejora ni se agudiza, semana tras otra. Pero con un futuro más pesimista a medida que la temporada va avanzando y todas las soluciones intentadas, incluso esta reiterada de sostener una alineación con la esoeranza de ver fundido en un bloque a los hombres de juego desemejante, resultan ineficaces. El partido. -La temperatura, siberiana no alejó del todo a los aficionados que querían ver de nuevo actuar a Lángara, y que esta vez fueron más afortunados que con el match internacional. La primera parte fue de más dominio de los astures, empujados por el viento y por su línea de medios, sobre todo. Pero, a pesar de ello, los rojiblancos tuvieron más fortuna por la decisión de Elicegui, constantemente en la brecha. Hasta los treinta minutos no se marcó el primer goal, que fue de excelente factura y rematado con la cabeza por Elícegui. Un magnífico centro de Lafuente y un salto decidido del delantero- centro, ganando la acción del guardameta Osear, bastante lento y descolocado por cierto. Ocho minutos después, el segundo tanto local: un pase adelantado a Elícegui, y éste que fuerza el paso entre los defensas contrarios, para enviar un tiro flojo. Rechazado débilmente por Osear, el propio Elícegui forcejea y alcanza de nuevo la pelota y logra disparar un tiro cruzado, que es el segundo goal. Pero de salida, en respuesta vigorosa, el Oviedo avanza desplegado y el centro de Casuco es imparab lemente rematado por Lángara. En la segunda parte, el Athletic dominó bastante más tiempo que el Oviedo; pero esta presión fue después que los ovetenses marcaron dos tantos más, con los que aventajaron a los rivales hasta un minuto antes de terminar la partida. Y en todo momento, los avances del quinteto azul- -Oviedo- -dieron extraordinaria sensación de peligro; y lo que es más interesante: de calidad, de brillantez, de resolución ante el marco. El goal del empate le marcó Lángara a los cinco minutos de este segundo tiempo: un centro de Casuce, que el internacional remató con un cabezazo que Guillermo, mejor colocado, tal vez hubiera podido rechazar. Luego, la presión perfectamente organizada de los astures dio ocasión a las mejores fases de la jornada, en cada una de las cuales, la defensa local anduvo embarullada para despejar por falta de medios que contuvieran a los agresores hasta que diez minutos más tarde llego el tercer tanto ovetense: un avance iniciado por Soladrero, al que siguió una combinación magnífica de todo el ataque, y por fin shot de Lángara, a pesar de estar marcadísimo, de se formara aquella pléyade de los Montes, Cubells, Esteban, Marón... con menos arrogancia, pero con más ciencia, frente a un Madrid en todo distinto al que desde hace tres o cuatro temporadas trajo a Valencia exquisiteces del deporte. Suponemos que los visitantes, acostumbrados a librar sus jornadas deportivas con un espíritu de observación que como a ningún otro club español le prestan los innumerables encuentros que con equipos de todas partes sostiene en la capital de España, no le habrá pasado desapercibida la clase extraordinaria de sus rivales de hoy y se preguntarán a estas horas en qué consisten los fracasos del Valencia y cómo éste no ocupa un puesto preeminente en la competición de Liga. Porque bien claro está: el Madrid, no ha podido con el Valencia; a pesar de haber empleado para evitar la derrota- un juego poco correcto y contar con el arbitraje de Casterlenas, que, con intención o sin ella, le ha- favorecido- mucho. Hubo momentos en que temimos ver depresión en los de casa, pero el acierto se reafirmaba nuevamente y aun a través de esos- períodos del partido, en que a consecuencia del reiterado esfuerzo pierde vistoFijémonos en el extremo Casuco. juego, se conservaba la Ya fue discutido y hasta probado como sidad el para alejar toda posibleeficacia necesaria inquietud internacional. Pero ahora está en un ex- por el resultado. celente momento y su superioridad sobre Lástima grande que tarde tan hermosa un Lafuente que va empequeñeciéndose, no haya sido deslucida por un juego distinto admite dudas. al que el Madrid nos tenía acostumbrados El Sr. Steimborn es todo un arbitro. Con y que figuras del deporte que la afición conalgunas leves equivocaciones, pero con un sagró con harta razón hayan puesto en criterio del juego varonil que sería pruden- practica recursos que si en cualquiera son te que aprendieran sus compañeros. censurables, en ellos constituyen además un En este match no quiso hacer caso de los desencanto. Qué le pasa a Quincoces? gritos de los impresionables, cuando algún Quien ha visto al enorme back madridista astur rozó a Soladrero o tocó a Chacho. en la plenitud de sus facultades, habrá paEs hora ya de que se juegue al fútbol de decido hoy presenciando sus intervenciones, hombres, y no se creen ases intangibles tan diferentes a las de Juan Ramón, el deque luego no suelen servir paxa nada que fensa del Valencia, arrollado? y eficaz, peno sea el deporté de salón. ro sin constituir una sola vez peligro para sus contrarios. -No han jugado con calor los del AthPero es que en los madridistas apenas si letic- -nos dijo un conspicuo- -porque la hubo un medio- -Leoncito- -y un delantero tarde helada no se lo permitió. Aceptando el argumento, tendríamos que- -Luis Regueiro- que demostraran la clasuponer que el frío no contó para los once se que encierran. Los demás no pusieron del Oviedo y el delantero- centro del Ath- alma en la contienda; y arrebatos de violetic. Un único jugador, que pese a sus de- lencia hubo, merced a Quesada y, sobre fectos, está dando a sus clubs todas las úni- todo, a Bonet, que quisieron compensar de cas calurosas alegrías que logra experimen- tan reprobable manera su insuficiencia ma tar. Mientras, Chacho, se nos enfría más nifiesta. cada día... -JUAN DEPORTISTA. Los tantos de una y otra parte son fiel reflejt) del partido, pues mientras los del Equipos: Valencia, dos en cada tiempo, fueron de Athletic: Guillermo; Mesa, Corral; Ga- irreprochable factura, el del Madrid lo conbilondo, Marculéta, Peña; Lafuente, Ma- siguió Hilario después de haber rebasdo rín, E iícegui, Chacho y Sorniohero. el esférico la línea de juego. Oviedo: Osear; Caliche, Jesusín; Sirio, Ha sido, en consecuencia una gran tarde Soladrero, Chus; Casuco, Gallart, Lángara, para el público, pero hemos de hacer un Herrerita y Emilín. comentario antes de terminar. Cada día aparece en la Prensa, sin que hasta la fecha se Valencia, 4; Madrid F C 1 haya conseguido evitar el mal: uno de los Valencia 28. Hemos de confesar en ho- obstáculos que surgen frecuentemente lo nor de la verdad, que después de las nu- constituye el mal arbitro. El fútbol ha conmerosas decepciones que veníamos recibien- seguido atraer a numeroso contingente, que do del Valencia, no era precisamente el op- paga y observa los partidos desapasionatimismo lo que nos acompañaba esta tarde damente. Pues bien, esta afición, que es orial campo de Mestalla; que, aparte sea di- gen del auge de este espectáculo y que mocho, semejaba por frío crudísimo un rincón tivaría su decadencia si desapareciera, se de Siberia. Desde luego, no podíamos ima- muestra indignado de que un buen señor, ginar que lo que admiramos en la jornada porque salte el field investido de la autocontra el Athletic de Bilbao se repitiera, ridad máxima, pueda sancionar, caprichonuevamente frente al Madrid, el otro galli- samente, todo cuanto, quiera, sin que nadie to, para satisfacción y estímulo de los ju- le exija responsabilidad, en sus apreciación gadores locales y de la afición, que una nes. tarde y otra llenan el campo de bote en Del Valencia, en esta tarde de juego enbote. tusiasta, se ha de hablar con encomio. La. Cuando después de esos momentos pre- alineación de jugadores a casi nadie conliminares que los equipos aprovechan para vencía desde, que se había hecho púNica. La mala forma de Cano, una sanción que tantearse mutuamente, el once local ha empezado a desarrollar su juego, ha apa- pesa contra Goiburu y las lesiones que. imid 2 Si TÍeJ feón de Algirós- -campo don- pedían la alineación de otros jugadores: que la estirada de Guillermo no logra alcanzar. Equivocados de táctica, o tal vez cansados, porque Soladrero no tiene fondo suficiente para resistir partidos a fuerte tren 1, los- ovetenses se plegaron a una defensiva ante el empuje brioso del Athletic, capitaneado por Elícegui. Pero, entretanto, las reacciones del once astur son siempre amenazadoras y en un magnífico avance el disparo de Lángara es salvado por el poste. Todas las tentativas locales por llegar a la igualada siquiera, se frustran por la falta de unidad de acción en el ataque rojiblanco, donde Marín actúa retrasadísimo. Hasta que faltando un minuto, Lafuente envía un centro pasado, que Chacho vuelve a colocar sobre el marco y entonces Elícegui salta valiente y remata con la cabeza el goal que sirve para empatar a tres. Aspectos. -Con un trío defensivo sólido, el Oviedo sería uno de los mejores equipos de su categoría. Porque tiene una excelente línea de medios, donde Soladrero destaca por sus merecimientos indiscutibles y una vanguardia en la que todo el ala derecha es de clase inmejorable.

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