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ABC MADRID 25-02-1933 página 16
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ABC MADRID 25-02-1933 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. SÁBADO 25 DE FEBRERO DE 1933. EDICIÓN DE LA MAÑANA PAG. i5. blico, durante diez años, del presidente del Consejo y el ministro de la Gobernación. 51 Sr. Maura la leyó, y entonces entregó la que traía redactada al Sr. Guerra del Río para que la leyera y luego la inutilizara. Firmó la del Sr. Algora. He aquí el texto de la proposición: El Congreso declara: Primero. Que la represión realizada en Casas Viejas infiere a la República un daño que no puede quedar impune ni falto de reparación. Segundo. Que la responsabilidad de esa forma de represión no puede imputarse al régimen; y, Tercero. Que los altos intereses de la Patria y de la República exigen con imperiosa urgencia del Gobierno una confesión del error cometido y una inmediata rectificación de conducta. El Sr. Azaña declara que si en una votación tiene mayoría seguiría en el Poder La conferencia que el Sr. Azaña y los ministros sostuvieron con elementos destacados de la mayoría, y especialmente con los socialistas, tuvieron por objeto la preparación de una proposición incidental de confianza para el Gobierno. Desde luego, comprendían los ministros y los políticos llamados por el presidente del Consejo, que era preciso conceder algo a las oposiciones, y especialmente a los radicales- socialistas disidentes, que en aquel momento discutían si debían seguir o no sus representantes en el Ministerio. Esa concesión pudiera ser la de aceptar el nombramiento de una Comisión parlamentaria que investigara y esclareciera los sucesos de Casas Viejas, y velaran por la mayor rapidez en el ejercicio, El Gobierno celebra numerosas de la justicia ordinaria. Así quedó acordado, del mismo medo conferencias en el despacho de que la proposición fuerayredactada y firmada, en primer término, por el jefe de la ministros minoría catalana. Se acordó también que Mientras en los pasillos todo era expecta- el texto de la proposición se enviara a los ción y se esperaba con vivísima ansiedad el radicales- socialistas, por si su conocimiento resultado de la reunión de los radicales- pudiera hacerles variar de actitud. iocialistas, el Gobierno celebraba frecuentes Luego de estos cabildeos, el Sr. Azaña conferencias con los elementos más des- estuvo un rato en el salón de conferencias tacados de la F. I. R. P. E. entre ellos el con varios diputados, y les dijo que si lleSr. Galarza, y llamaba a los miembros del gara a haber una votación y tuviera, mayoComité ejecutivo del partido socialista, se- ría, una vez ratificado el criterio del GoEorcs Del Toro, De Francisco y Cordero. bierno, no abandonaría el Poder. Esta llamada ocasionó un gran revuelo, -Esto, naturalmente- -agregó- en el porque se supuso que el Gobierno deseaba caso de que los radicales- socialistas no comprobar la noticia de que muchos diputa- acuerden retirar del Gabinete a sus minisdos de la minoría socialista habían decidido tros. no tomar parte en las votaciones que se provocaran con motivo de los sucesos de Frases al vuelo Casas Viejas. Desde luego, podía advertirEl conde de Romanones llegó a la Cáse que el número de socialistas que había en la Cámara era menor que el de costumbre. mara muy avanzada la tarde. Preguntó qué Al salir del despacho de ministros los había, y, después de ser informado por los miembros del Comité ejecutivo socialista, periodistas, contestó: -Lo de ayer es malo para todos. La fueron interrogados por los periodistas con sombra de Casas Viejas se proyectará mula natural curiosidad. cho tiempo sobre todos los Gobiernos que El Sr. De Francisco dijo: ¿Cosas políticas? De eso, nada. Yo, pre- s e sucedan. Hay que recordar la semana cisamente, acabo de llegar a la Cámara y t ágica de Barcelona, y lo de Ferrer, y lo jio estoy enterado de que ocurra nada. He- que aquello le costó a Maura, a pesar de mos venido a ver al Sr. Prieto, que forma hallarse en pleno poderío. En un breve diálogo de los Sres. Osparte también del Comité ejecutivo de nuestro partido, y hemos estado cambiando im- sorio y Gallardo y Salazar Alonso oímos estas frases: presiones sobre cosas de régimen interior. Hablando con el Sr. De Francisco, los periodistas vieron salir del despacho al señor Azaña, el que se dirigió al salón de sesiones sin decir nada a los informadores. El Sr. Ruiz del Toro, más tarde, dijo: -Hemos tenido un cambio de impresiones. -i Políticas? -Naturalmente. Ya sólo nos queda espeHOY, SÁBADO. rar. Nos han dicho que los radicales van a a las once y media, presentar un voto de censura, y ya saben ustedes que eso tendría que estar sobre la Mesa cinco días. Comprenderán que un Go LA CACERÍA 1 E FIEKAS EN I A D bierno no puede estar tan largo plazo en SELVA LOCA DE GOTÍG crisis. La solución depende de lo que de- Domingo, lunes y, martes, magníficos baicidan los radicales- socialistas si éstos toles de Carnaval. masen el acuerdo de retirar a sus ministros. Yo creo que eso no puede acordarse en una sección, sino en pleno Parlamento, -í y así la crisis sería como debería ser. Los periodistas le dijeron que la proposición la firmaban las oposiciones, menos la agraria, y se refería a los sucesos de Casas ¡Viejas. -Pues eso varía la cuestión- -repuso el Br. Ruiz del Toro- aunque creo que exisfe la otra. Si la pugna continúa van a hajjosr inevitable un Gobierno socialista, y yo, ¡personalmente, creo que eso sería un error, jorque en las circunstancias actuales, y sin jrxier gobernar en socialista, nuestro partalo fracasaría. -El Gobierno debe marcharse por sil incapacidad y su ineptitud- -dijo el senos Salazar. ¡El Sr. Ossorío y Gallardo le contestó: -Los momentos son muy graves. Hoy; es día de elevaínos todos, ustedes y nos- i otros. En una sesión agitadísima, que dura cerca de cuatro horas, la minoría radical- socialista acuerda dos cosas diametralmente opuestas Los ministros del partido ante la minoría A las tres de la tarde quedaron reunidos los diputados pertenecientes a la minoría radical- socialista. Una hora después llamaron a los ministros de Agricultura y Justicia, Sres. Domingo y Albornoz. No hay para qué subrayar que la clave de la jornada política estaba en esta reunión. Numerosos periodistas y hasta fotógrafos be hallaban en el pasillo de la sección sexta, donde se celebraba, y podían escuchar los campanillazos de la presidencia, que denotaban la agitación que había entre los deliberantes. Transcurría la tarde y la sesión continuaba. Todo estaba paralizado, en espera de la resolución. Ni se entraba en el orden del día, dentro del salón de sesiones, ni había otro comentario en los pasillos que el de una posible crisis, derivada de la salida de los Sres. Domingo y Albornoz. Esta convicción estaba tan generalizada, que entre los diputados socialistas, que son los más reacios a un cambio político, se hacían conjeturas y suposiciones acerca del Gobierno substituto del aptual. Se supo que uno de los secretarios había llevado a los radicales- socialistas el texto de la proposición incidental de la mayoría, y momentos después el Sr. Galarza salió de la Sección sexta para buscar a los elementos directivos de la F. I. R. P. E. y convenir con ellos el modo de defender la proposición, en el caso de que fuera aceptada por la minoría radical- socialista. Bien dadas las seis abandonaron la reunión los Sres. Albornoz y Domingo. Se! mostraron reservadísimos ante los periodistas y se trasladaron directamente al despacho de ministros, pasándole recado al señor Azaña para que acudiera, con elfinde darle cuenta detallada de lo ocurrido en la r e j unión de la minoría. ¿Qué ocurrió en ella? Según nuestras no ticias, hicieron gran mella los razonamientos de los diputados Sres. Moreno Galvache, Gomáriz, López Goicoechea y Ruiz de Villa, que propusieron, como se sabe, la convocatoria de la reunión. En términos concretos, el problema que se planteaba es éste: si a los intereses del partido, a los idearios del mismo y a sus compromisos con la opinión pública convenía la permanencia de los Sres. Domingo y Albornoz en el Gobierno, después del debate sobre los trágicos sucesos de Casas Viejas. Tanta mella hicieron, que la minoría se mostró inclinada a que la colaboración cesara, y en este sentido pareció que se tomaba acuerdo. Entonces fueron llamados los dos ministros áé partido. Creemos que ambos llamaron la atención de sus correligionarios acerca del gravísimo peligro que se corría si se planteaba la crisis, derivándola de un asunto como el de Casas Aviejas. Podía entenderse por la opinión pública que el Gobierno, completamente ajeno, según dijeron, a los sucesos denunciados en la Cámara, caía envuelto en los horrores de una represión sangrienta. A nadie podía escapar la trascendencia que esto tendría para el porvenir político de ios hombres que se sentaban en el banco azul; y, ademáSj sería un golpe mortal para co- Grandiosa baile de Carnaval FIJADOR MAtx para el pelo: un poco yya está

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