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ABC MADRID 24-04-1931 página 3
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ABC MADRID 24-04-1931 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID DÍA 24 DE A B R I L D E 1,931 NUMERO SUELTO 10 CENTS. J 0) DIARIO ILUSTRAD O. A Ñ O VI GES 1 MOSEP TI MO N 8.839 f! REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: CALLE DE SERRANO, NUM. 55, MADRID POCAS HORAS DESPUÉS DE AUSENTARSE DE ESPA FALLECIÓ EN PARÍS LA ESPANOLISIMA INFANTA DOÑA ISABEL DE BORBON linas líneas de Salaverría, Pradera, Bueno, Pujol, Castell y Comenge. Información del fallecimiento. La infanta doña Isabel era un tipo de su rango le impusieran en la alta sociedad, el ser que más que nadie parecía tener degran princesa; en mentalidad y en hechura pero sin prodigar su presencia, antes limi- recho a reposar en el seno de esta tierra. moral sumaba las características más rele- tándola, con aquella exacta medida de disLos príncipes, hoy como siempre, conocen vantes de la mujer superior: inteligencia lu- creción que fue una de las notas más pre- el dramático juego de las alternativas popuminosa, amor al estudio, percepción sagas, ciadas de su carácter y de su conducta. Dama lares. La infanta sabía lo qué hay de inestavisiones amplias, sentimiento artístico, gtisto egregia, mujer verdaderamente ilustre, fue ble en la fortuna política; pero acaso selecto, ternura y piedad, y ese quid tan sin- siempre, ante todo, modelo de mujer dis- nunca llegó a imaginar que un día Madrid gular y tan escaso de la verdadera distin- creta; atributo de equilibrio que sólo flo- habría de inferirle el máximo ultraje. Veía ción que sabe hallar: -el justo punto de armo- rece en los grandes talentos. a Madrid como un reflejo de ella misma. nía entre la dignidad de continente y de Por eso supo mantenerse alejada de las Lo consideraba campechano, leal, y bonaademanes y la línea llana de un trato afec- intrigas de la. política y de toda- acusación chón, incapaz de brusquedades trascendentuoso- y asequible. ¡Pobre infanta Isabel! de intromisora en los negocios de Estado. tes alegre y sensiblero, un poco casquivano, La vida le deparó pocas satisfacciones y la Su ascendiente sobre D. Alfonso XII y so- y nada más. Dispuesto a irse en clamorosa hizo víctima de propios infortunios y tes- bre D. Alfonso XIII se mantuvo por el muchedumbre detrás del caballo de Prim o timonio partícipe de los ajenos. Todavía afecto y el respeto, no por halagos ni asi- de Alfonso X I I o detrás de Salmerón y de inny niña lloró: en el, destierro, después de duidades. Es seguro- -puede afirmarse- -que Pablo Iglesias. Detrás de alguien, eon tal ver rodar el Trono de- su madre. Ya mujer, su sinceridad hizo honor a su prestigio y a que sepan tocarle al sentimiento. La estupela razón de Estado frustró el designio para la independencia de su pensamiento si en el facción de la infanta habrá sido inenarrable. elegir el camino de la ventura conyugal. La seno de la confianza familiar hubiera algu- al ver que Madrid se dedica a substituir madures la rodeó de preocupaciones y des- na vez de opinar. Porque vale añadir que príncipes por delegados federales. Pero ella velos en los días difíciles de la Regencia. doña Isabel, de un fondo de rectitud in- era demasiado antigua, demasiado siglo x i x La senectud se vio privada de sosiego en variable e irreducible, sentía repugnancia para poder comprender ciertas cosas de las estos años últimos, tan, azarosos para el Mo- por la lisonja, la hipocresía y la falsedad. que hoy agitan al mundo. narca. Sus horas acaban otra ves en el desLa raza francesa de los Borbones se ha- Se ha ido con la infanta doña Isabel una, tierro. La muerte, que la rondaba, no lia de las figuras de más fibra y de más valor bía en ella decantado en una suprema opequerido librarla de estas postreras amarguintrínseco de la Casa de Barbón, desde su ración de españolismo. Si los Austrias traras. Podríamos, afirmar que ha sucumbido origen, y una mujer excepcionalmente insig- jeron su empaque borgoñón y su tiesura immás que a los quebrantos físicos, al golpene, que. además de ser. una gran princesa perial, la infanta Isabel- fuá, como- la cornil taso moral. era también una gran española, segura de sionada por el destino para reintegrar la Pasarán muchos años y su memoria se- que practicaba- el mejor culto a la Patria función monárquica a su primitiva cualidad guirá viva; sobre todo en Madrid, donde en el amor a Ja, cultura, a la tradición y al española. No podemos imaginarnos a un disfrutó siempre de la devoción popular, prójimo desvalido. príncipe castellano de la Edad Media sino coíno un pago de reciprocidad al aiiior qué Nos contamos entrañablemente adheridos un poco al modo de lo que era ja. infanta ella sintiera siempre por su pueblo. Para Isabel: la persona procer que e s t á n o sobuscar su contacto, para compartir sus ale- a la condolencia que ha, de producir su per- -bre el pueblo, sino dentro, del. pueblo misdida. Por su mentalidad, por sus virtudes, grías o sus dolores, para mezclarse con él mo, y que comparte igual sus virtudes que en los momentos de regocijo tradicional o por sus obras, por su patriotismo, siempre sus defectos, tanto sus. alegrías como sus sentimos hacia la egregia infanta admiraen las explosiones de pesadumbre, la infan dolores. Su característica familiaridad no se ta Isabel sabía descender de su jerarquía y ción y cariño, que en estos momentos pa producía a través de. la vulgaridad, sino por recen avivadas al pedir una: plegaria por sil ser únicamente una madrileña más. Y su una profunda humanidad. Que es, en resocasa, su peculio, su influencia, su Hítela es- eterno descanso. lución, lo peculiar de Castilla. taban siempre al servicio del artista y del ¡Qué conflicto ahora en las conciencias menesteroso. Su protección a los principiande los madrileños! Toda la trascendencia tes desposeídos de recursos para entregarse Al final nó lia tenido suerte. Hubiera de la doctrina republicana no bastará para a la vocación era constante e inagotable. muerto dos semanas antes y la Fortuna le secar las fuentes sentimentales de Madrid. Por su amparo y su ayuda llegaron al triunfo músicos, pintores, artífices; y otros mu- habría ahorrado la pena más profunda, la Los mismos que ayer todavía se agrupaban chos, en plano más modesto, aseguraron los tristeza, más amarga. ¿Morir fuera de Es- en muchedumbre clamorosa y. alzaban los medios de vida. Y fue igualmente liberal paña ella, la española integral? ¿Ser arro- puños ante la mansión de los Reyes, hoy y fervoroso su concurso a las obras de 1 be- jada de Madrid la mayor madrileña de todas sentirán que las lágrimas humedecen sus neficencia. Practicaba la caridad largamente, y conocer el sorprendente dolor de que sean ojos. La Chata se ha muerto. Y se ha muerhuyendo de exhibiciones, con la callada con- manos de madrileños las que le señalen el to distante, en tierra extraña, lejos del Masecuencia de un gozo espiritual en el bien caminó del destierro? Así son de absurdas drid bullicioso que ella amó tanto. Sorprenlas determinaciones del hado. Ha muerto dida en su vejez, aterrada en su ingenuidad del prójimo. desterrada la mujer que parecía representar de ancianita titubeante por el súbito e inNo rehuía los deberes de Corte ni los que todas las cualidades esenciales de la tierra; comprensible despido... El episodio merecía Final patético

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