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ABC MADRID 15-04-1931 página 3
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ABC MADRID 15-04-1931 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRIPD 1 A 15 DE A B R I L D E 1931 NUMERO SUELTO 10- CENTS. J 6 Jf B C EN NUEVA YORK Desde el Chrysler Building Hay una: deliciosa novela, de Julio V. er. ne que se: llama El doctor Ox, o; La ciudad oxigenada. La accióir transcurre, si nial. no recuerdo, en una ciudad holandesa, aunque probablemente recuerdo nial, -porque es inútil que yo relea cada verano a Julio Verne, en la misma casa y en la misma edición de Gaspar y Roig, donde. lo leí de chico. Julio Verne me vuelve siempre a la infancia y, al releerlo, yo no tengo nunca niásj de doce o trece años. Ello es. que en la ciudad oxigenada viven las gentes más pacíficas del mundo, hasta que el doctor Ox la inunda de oxígeno para hacer un experimento, y, de la noche a la mañana, el carácter da la población sufre un cambio radical. Todo el mundo se disputa. por un quítame. allá esas pajas. por un tropezón, por una mirada, por un gesto. Los matrimonios mejor avenidos antes se pasan el día regañando. Las calmosas y spmnolientas- partidas del Casino- adquieren Una violencia terrible y no es extraño- que- acaben, a golpes. Un día ocurre tin rozamiento con la- ciudad inmediata, y, ni corta ni perezosa la ciudad oxigenada Je declara, la guerra. El vecindario asalta éi- Museo Arqueológico, y, provisto de las armas; más obsoletas y dispares, -se dirige a. un. viejo campanario para escudriñar desde su altura el horizonte y hacer un plan de ataque, Todo el mundo quiere pasar el primero por la estrecha y ruinosa escalera y el burgomaestre está a punto de irse a las manos con el cura, pero hacia la mitad del camino los mismos que se habían abierto paso, a. empujones se hacen a un lado para dejar subir, a los demás. -Haga usted el favor... -De ninguna manera. Dsted primero. Ño faltaría otra cosa... La ascensión va haciéndose en una. forma, cada vez más cortés, y, al llegar a lo alto, el cura y el burgomaestre se dan uno. al otro las- más- finas, amables y espontáneas explicaciones. Abajo queda una turba frenética en espera de la menor indicación para lanzarse a, sangre y. fuego sobre, la ciudad rival, pero los de arriba- no hacen indicación alguna. AL contrario. Viendo la ciudad. rival, en el horizonte piensan que lo ocurrido no vale la pena y que. sería -uná verdadera locura el indisponerse; -con tan buenos vecinos. Y. es que la atmósfera- artificial creada por el doctor Ox sólo tiene unos cuatro d cinco metros de altura, y que, libres de su influjo, los habitantes de la ciudad. Oxigenada, son los hombres más buenos y tolerantes, de la tierra. Nueva York tiene también algo de ciudad oxigenada. Es una ciudad donde parece que todo el. mundo está rascando ollas de barro de. -j a. -mañana a 4 a noche y de- la nqche a la mañana. Es una ciudad delirante, una ciudad exasperada. y íveiiética. Paseando por sus calles uno va poco a poco saturándose de. electricidad, y no es que uno pisotee deliberadamente a nadie, pero si por casualidad resulta t ue le da un pisotón a DIARIO ILUSTRAGES 1 M O SEP TI MO N- 8 831! D o: AÑO va REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: CALLE DE SERRANO, NUM. 55! MADRID algún transeúnte se alegra de habérselo dado. No hay más que 1 1 procedimiento para 11 substraerse a la violencia ambiente y poder tener de Nueva- York una visión desapasionada: subir al último piso del Chrys 3 er Buildiug. Una vez allí. uno está, como si dijéramos, un dcssiis de Ha jnelee y puede contemplar el ir y vénir de los hombres con la misma imparcialidad con que contemplaría el ir y venir de un hormiguero. Yo suelo pasarme horas y horas en el -Chrysler Building, que, sobre ser todavía el edificio más alto de la ciudad, se. encuentra situado en pleno centro, y, desde su enorme altura, Nueva York se me aparece sin detalles accesorios ni circunstanciales en una perspectiva de conjunto. tan completa y tan estilizada como- si- -fuese, ni más ni menos que una perspectiva histórica. Así, por ejemplo, yo no veo los automóviles como tales, automóviles, sino- como cintas que se desarrollan a una velocidad uniforme por las calles y las avenidas. Para entender a Nueva York en Su totalidad, para hacerse de él una idea realmente sintética, haría falta ser un genio, -y ppr si uno rio lo es, más vale que se gaste cincuenta centavos y suba al edificio de Mr. Chrysler. Nueva York, por lo demás, tan apretado entré (sus dos grandes ríos, con sus enormes estructuras arquítectónieasíy; con la orgía de sus iluminaciones, es la ciudad más plástica del mundo y el espectáculo, que ofrece desde lo alto del Chrysler rió. ítiene ponderación. ¡Qué maravilla, señores- -Hasta que subí al Chrysler yo no habia. tenido nunca Ia- -emocióri del mundo. moderno, y estoy por decir que tampoco había témdd la delhnuudo antiguo, porque, en fin, la ¡yi sión que se alcanza desde allí es tan extraordinaria que lo mismo puede servir como, una- anticipación de lo futuro, que como una reconstrucción de lo pasado. Uño sabe, naturalmente, que aquello es Nueva York, pero, buscándole a Nueva York un término de relación, tan pronto se va al año 220 Q de. la Era Cristiana como al 1500 de antes de Jesucristo. Y cuándo, renunciando al espectáculo prodigioso, porque no es posible pasarse la vida en el Chrysler Building, se decide uno a bajar, es como si bajase desde el campanario a ila ciudad del doctor Ox. La perspéctiva histórica se desvanece, los detalles anudan el conjunto y las hormigas, sin dejar de ser hormigas, crecen y adquieren- la proporción de seres humanos. V: J U L I O C A M B A E cumplen hoy dos años del fallecí- miento de nuestro inolvidable fiin- dador y maestro, D. Torcuato Luca; de Tena, y necesitamos apelar a nuestros- sentidos físicos para persuadirnos: de su eterna ausencia: tan viva y fresca percibimos delante de nuestros ojos la huella de su obra gigantesca; tan- sonoro el latido de ¿corazón- de gran español. Pocas veces podrá decirse con más verdad que lo decimos nosotros cómo la muerte no se ha llevado el espíritu de un hombre; porque, en efecto, el espíritu, de Luca de Tena sigue presidiendo nuestro trabajo diario. y continúa iluminando nuestro pensamiento con los ideales supremos que han sido, -y serán siempre, el alma de A B C... S En- D. Torcuato. Luca de Tena se sumaron la concepción genial y renovadora, la tenacidad laboriosa y la fuerza espiritual. Fue, a: la zcs, un creador en la Prensa; -y- una definición elevada y categórica de lá misió. ti patriótica de la Prensa. Cuantos le, -acompañamos en las jornadas más trabajosas y en los moiijenios de triunfo le debamos la doble enseñanza que pKodigoicon. su cerebro y su. co- razón. El- mejor hamcmje, digno de- su memoria, es tMíerar ipiestro propósito inquebrantable de. proseguir sin titubcos. vi desviaciones la marcha rectilínea que él nos trazara. Ese deber, qu- e nos guía con fervoroso afán, es la mejor herenciaraie pudo legarnos, y que nosotros recogemos. con voto de entrañable fidelidad, rodean- do. a su hijo y sucesor, hoy más solemn e- mente que nunca, en estas horas vísinia crisis por: gue atraviesa nuestra niüd a E spaiiáj v Nueva Yorky. abnÍ, -1931. El 5 público debe leer diariamente nuestra sección de antfncips: por palabras el asificados; en secei ofiés; En ellos enec ttará coiístantemen- f e

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