Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 06-11-1930 página 3
ABC MADRID 06-11-1930 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 06-11-1930 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

MADRID DÍA 6 DE NQVBRE. DE 1930 NUMERO SUELTO 10 CENTS. 0 S PROBLEMAS ACTUALES REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN CALLE DE SERRANO, NUM. 55. MADRID a la distribución discrecional de dones na- orden público; ¡desgraciados los pueblos returales por la Providencia. Y así es de pre- r ducidos a este resorte cuasi mecánico de sumir- -la experiencia, por lo demás, lo con- convivencia social! -Jerarquía quiere decir, firma cumplidamente- -que la chispa del ta- en los que- figuran o se sienten llamados, a lento, y aun. la llama del genio, no siempre figurar arriba, conciencia de su responsaDemocracia y selección corran parejas con el fortuito usufructo üe bilidad, de la plétora- de idealidad latente La reciente aparición del último libro de bienes, económicos: ni con la asignación ar- en el manoseado aforismo nobleza obliga; D. José Ortega y Gasset, La rebelión de las bitraria de funciones directivas. Si no que- en los de abajo, sentido de su indigencia, masas, pone de actualidad, con la. visión agu- remos, pues, malograr en germen los dones docilidad de ánimo ante los valores superioda y penetrante de los trances históricos que providenciales generosamente repartidos en res de la vida, traducidos por personalidaes familiar a nuestro espectador un as- la masa popular, y por ventura regateados des asimismo culminantes, capaces de acelepecto fundamental del grave momento que a quienes ocasionalmente la conduzcan, tor- rar en uno u otro orden el ritmo progresivive actualmente el mundo, y aun esa parte zeso. será que para- esta tarea directriz en- vo de la Historia. del mundo que nacionalmente más nos in- cuentren ancho cauce cuantos emerjan de Y no es España donde menos se deja senaquella masa- -con- la virtud ascensional de tir, a la hora presente, esta necesidad de enteresa España. Paucis v ivit: huvianum gemís, el género una superioridad innata. Hay nada más sa- tonar el ambiente con la proclamación de humanó vive para- pocos se dijo ya enla namente democrático que esta universal vo- estas verdades. A despecho de advertencias antigüedad. y se sigue pregonando por quie- cación de los ciudadanos a triunfar en la autorizadas, pero excepcionales, -que no devivimos horas de couíunes no dejan de explotar este; aparente mo- vida, sin violentar sus cauces naturales con jan de recordarlas, en las que la vulgaridad de atonía, nopolio de los bienes de la vida por parte las mallas de una organización artificiosa y sión y llevar la batuta de la vida nacional, parece de una privilegiada minoría, para agitar, en esterilizante? sin que falten, discordantes ecos, desactitudes de rebeldía a la, gran masa de los Pero está vocación, para ser fecunda, ha- graciadamente a: sus nuestro prestigio, munpara desposeídos. El tópico logra aún entre los brá finalmente de florecer en una selección dial, altavoces de estruendo. ¿Dónele se. hainteresados un éxito fácil ante el espectácu- espontánea de capacidades que, cada una en llarán los hombres llamados a encauzar lo aceces insolente de las desigualdades so- su orden, constituya una verdadera aristo- nuestra grave crisis hacia soluciones fraciales, -y es seguro que- late- todavía en el cracia social. Del pueblo saldrán, sí; pero al guadas al temple de ideas y no de pasiones, fondo de aquél- un imperativo: de justicia, pueblo llegarán a imponerse con la magia de normas y no de arrebatos? ¿Dónde la cuya graduar realización- nadie cree ya ex- de su prestigio cuantos sientan vibrar su fórmula feliz que logre fundir en- fecunda cusable. sNo en vano, en esa inversión de- va- alma a tono con una vida mejor, con un irmonia el vigor impulsivo de una ísaná; delores que vino a introducir el Cristianismo ideal más alto, más noble que el dominante mocracia con la irradiación prestigiosa en en la conciencia del mundo antiguo, 1 la exal- -en el propio medio quejes diera el ser, y su propio seno, de un germen de selección S tación de los humildes fue proclamada con cuyo prosaico yugo les haya sido forzoso: JUAN ZARAGÜEÍA tal ahinco, que sobrenada en las- mayores í- acudir para erigirse en campeón de sus fu- i WI E te- crisis históricas y confusiones doctrinales turos destinos. Aristocracia y democracia, por encima de la marea de egoísmos que en nobleza y plebe, no son, pues, como fre- LAS CARRETERAS DE ocasiones amenaza anegarla. Y las teorías cuentemente se imagina, formas contrapuesmás tildadas de rendir al placer o al inte- tas e irreducibles de una estructuración soESPAÑA rés un culto exclusivo no dejan de hacerlo cial o política: toda democracia rectamente Con este mismo tHulo apareció en Inglateextensivo a la generalidad de los hombres. entendida deberá abocar en una aristocracia, rra, hace pocos meses, un libro The qreatest happiness of the preatest nunt- como toda aristocracia que aspire a una sana te como bien- pi- esentado, que ha tan interesanllamado granber, la mayor felicidad del mayor número y fecunda vitalidad habrá de hundir su rai- demente la atención eii dicho país y qué mede hombres pregona como ideal y norma gambre en el cálido subsuelo del alma po- rece ser conocido por buena parte, at pierios, de conducta el utilitarismo de Bentham, y pular. de los españoles The Roa ds of Spain, por nada habría que reprocharle por esta, maDesgraciadamente, una y otra se nos ximización de la felicidad si por otro lado muestran frecuentemente desnaturalizadas Charles L. Freeston, miembro. dé la Real fue la cifrara en el óptimo antes que el máxi- bajo la terrena pesadumbre que tan impla- Sociedad Geográfica de la Gran Bretaña, prepublicado por Humphrey Toulrain al mo, en la calidad mejor que en la cantidad, cablemente abate el vuelo de nuestras mejo- cio de diez chelines y medio; algo elevado de los objetivos placenteros de la vida. res ansias de redención. La aristocracia, si se traduce en pesetas y se compara con el No es ¡pues, en tal sentido como se da substraída por la herencia a las palpitacio- coste de la mayoría de los libros que apa- hoy la voz de alarma contra la creciente nes de- la vida popular, fácilmente deriva recen en nuestro, país, pero, nada caro s i consideración de las masas en la dinámica hacia una corporación hermética, preocupa- se tiene en cuenta e ¡precio medio de las de la vida social. Pero cuando uno se pre- da sobre todo de defender sus privilegios de publicaciones inglesas y la circunstancia de gunta, no si el tesoro de la vida debe ser casta. La democracia, a su vez, con la com- ser ésta una obra admirablemente editapara, todos, sino si debe ser elaborado y fra- plicidad de quienes no vacilan en adularla da, con cerca de cincuenta itinerarios, nuguado por todos; cuando de la perspectiva para mejor explotarla a través del servilis- merosas ilustraciones y un índice muy comde finalidad se convierte el tema hacia la mo de una aparente sumisión, no contenta pleto. Es la octava de las obras que sobre de eficiencia, las respuestas varían, la per- con dar su justa nota de realismo en el ei automovilismo en Europa publica su audesarrollo de la vida social, pretende atem- tor, que está considerado en Inglaterra como pleiidad se impone. El siglo xix, no obstante, no parece haber perarla al ritmo de su sentir plebeyo. De una autoridad prestigiosa en la materia. vacilado 1 en exaltar el tipo de vida demo- ahí la rebelión de las masas, no consisten- Para reunir los datos; que necesitaba, a crática, en consagrar la hegemonía de la te, como pudiera alguien suponer, en la fin de escribir su libro sobre España, el se- a obemultitud, lo mísmo en lo político que en lo consabida airada actitud del llamadosino en ñor Kreeston llegó a la frontera de Rehovia destinado mandar, social, como la forma insuperable, en el fon- decer frer- te alde imponera al mundo, cerno en la primavera de 1929 y salió de nuestro do la única absolutamente justa, de convi- la pretensión país, por La Junquera, al cabo de unos un derecho impone un deber, la tesitura vencia humana. ¿Se puede mantener ello, vulgaridad, de ordinariez y aun a veces de dos meses, después de haber recorrido en aude en pleno siglo xx, sin reserva alguna? chabacanería, a que forzosamente vive con- tomóvil más de S. 000 kilómetros. De su Hay en la concepción democrática de la traída la mayoría, que por lo mismo es. me- opinión al finalizar el viaje no deja lugar vida pública algo que seguramente sobrevi- dianía, del género humano o de un sector a dudas, y aprovecha el primer párrafo del virá a las aceradas críticas de que es ac- determinado de! mismo. libro para declarar que nuestras carreteras tualmente objeto. Una estructura social conson las mejores- del mundo- -the finest in fiada exclusiva o predominantemente al azar Urge restablecer el sentido de la jerar- the worid- y a continuación demuestra de una herencia o al clásico maridaje de la quía, lo mismo en los de arriba que en los los fundamentos de su aserto explicando por fortuna con la audacia se irá haciendo cada de abajo. Pero la jerarquía no es sólo ni qué aventajan nuestras rutas a las de los día más intolerable. Spiritus ubi vult spirat. precisamente- -como es también frecuente demás países. Los que conocemos las ca el Espíritu sopla donde quiera dice el entender- -una disciplina meramente exter- racterísticas propias dejas nuevas carreteEvangelio hablando del orden sobrenatural na, una aetitudíde ac; íamiento. a la: autoridad ras nacionales. no tenemos necesidad de acude la gracia, pero con aplicación extensiva constituida, suficiente para salvaguardar el dir al libro del Sr. Freeston para ponernos AB DIARIO ILUSTRADO AÑ O VI GESI M O S EX T O N. 8.694 4 e

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.