ABC MADRID 04-11-1928 página 53

EPISODIOS NACIONALES CADl Z POR BENITO PÉREZ GALDÓS (CONTINUACIÓN) L punto que entró don. Pedro oyéronse estrepitosas risas chiste, y luego tomó BeSa la palabra para sostener la conveen la sala; peí o doña Flora salió al punto a la defen- niencia de vestir a la antigua. ¿Verdad que era graciosa la sa de su amigo, diciendo: manía? Para que no se dude de mi veracidad, quiero trasladar- -No hay que criticarle, pues hace muy bien en vestirse aquí un párrafo del Conciso, que conservo en la memoria. a la antigua; y si todos los españoles, como él dice, hicieran Otro de los medios indirectos, decía, pero muy poderoso, lo mismo, con la costumbre de vestir a la antigua, vendría el para renovar el entusiasmo, sería volver a usar el antiguo trapensar a la antigua, y con el pensar ejs- obrar, que (lo que je español. No es decible lo que esto podría influir en la 1 fe- es hace falta. licidad de la nación. ¡Oth, padres de la Patria, diputados del Don Pedro hizo profundas reverencias y se sentó junto a augusto Congreso! A vosotros dirijo mi humilde voz; voslas damas, aiites satisfecho que corrido por el recibimiento otros podéis renovar los días de nuestra antigua prosperidad 1: que le habían hecho. vestios coa el traje de vuestros padres, y la nación entera- -No me importan burlas de gente afrancesada- -dijo mi- seguirá vuestro ejemplo. Esto lo escribía poco después aquel mismo señor Beña, poerando de soslayo a los que le contemplábamos- ni de filosofillos irreligiosos, ni de ateos, ni de francmasones, ni de de- ta de circunstancia, a quien yo vi en casa de doña Flora. jY mocratislas, enemigos encubiertos de la Religión y del Rey. recomendaba a los padres de la Patria que imitasen en su ataCada uno se viste como gusta; y si yo prefiero este traje a vío al gran D. Pedro, pasmo de los chicos y alboroto de palos franceses que venimos usando hace- tiempo, y ciño esta es- jeantes! ¡Qué bonitos habrían estado Arguelles, Muñoz Topada que fue la que llevó Francisco Pizarra al Perú, es por- irero, García Herreros, Ruiz Padrón, Inguanzo, Mejía, Gaque quiero ser español por los cuatro costados y ataviar mi llego, Quintana, Toreno y demás insignes varones, vestidos persona según la usanza española en todo el mundo, antes de de arlequirj. es! Y aquel Beña era liberal y pasaba por cuerdo; verdad es que que vinieran los franchutes, con sus corbatas, chupetines, pelucas, polvos, casaca? de cola de abadejo y demás porquerías los liberales, como los absolutistas, han tenido aquí desde e l que, quitan al hombre su natural fiereza. Ya pueden los que principio de su aparición en el mundo ocurrencias graciosíi me escuchan reírse del traje cuanto quieran, s bien no 1 simas. Quintana preguntó a D. Pedro sá la Cruzada del Obispado harán de la persona, porque saben que no lo toleio. -Esta muy bien- -dijo Amaranta- Esta muy ¡bien ese tra e Cádiz pensaba presentarse a las futuras Cortes en aquel je, y sólo las personasJ de mal gusto pueden criticarlo. Seño- talante el día dé la apertura. -Yo no quiero nada con Cortes- -repuso- ¿Pero usted es res, ¿cómo quieren ustedes ser buenos españoles sin vestir a de los bolos que creen habrá tal novedad 1? La Regencia está la antigua? -Pero, señor marqués (don Pedro eia marqués, aunque decidida a echar la tropa a la calle para hacer polvo a los me callo su título) -dijo Quintana con benevolencia- vocingleros que ahora no pueden pasarse sin Cortes. ¡Angeli ¿por qué un hombre formal y- fesnrado como usted se ha de tos! Déseles la novedad de este juguete para que se diviertan. -La Regencia- -repujo vgl poeta- -hará lo que la maa- den. vestir de esta manera, para divertir a lt) s chicos de la calle? ¿Ha de tener el patriotismo por funda un jubón, y no ha de Callará y- aguantará. -Aunque carezco de la perspicacia- ¿que distingue al señor don Pedro, me parece que la nación es algo peder guarecerse en una chupa? -Las modas francesas han corrompido las costumbres- -re- más que el señor obispo de Orense. -Verdaderamente, señor don Manuel- -djjo Amaranta- t puso D. Pedro atusándose los bigotes- y con las modas, es eso de la soberanía de la nación que han inventado ahora... decir, con las pelucas y los coloretes, han venido la falsedad del trato, la deshonestidad, la irreligión, el descaro de la ju- Anoche estaban explicándolo en casa de la Morlá, y por cierto ventud, la falta de respeto a los mayores, el mucho jurar y que nadie Jo entendía; eso de la soberanía de la- nación, st se votar, el descoco e impudor, el atrevimiento, el robo, la men- llega a establecer, va a traernos aquí otra revolución como la francesa, con su guillotina y sus atrocidades. ¿No la cree tira, y con estos males los no menos graves de la ¡filosofía, el usted? ateísmo, el democratismo y eso de la soberanía de la nación- -No, señora; no creo ni puedo creer tal cosa. que ahora han sacado para colmo de la fiesta. Que pongan lo que quieran, con tal que sea nuevo- -dijo- -Pues bien- -repuso Quintana- si todos esos males han doña Flora- ¿No es verdad, señor de Xerica? venido con las pelucas y los pofros, ¿usted cree que los van a -Justo, y afuera religión, afuera Rey, afuera todo- -voechar de aquí vistiéndose de amarillo? Los males se qusdarán ciferó D. Pedro. en casa, y el señor marqués hará leír a las. gentes. -Denme trescientos años de soberanía: de la nación- -dijo- -Señor don Manolo; si todos fueran como usted, que se Quintana- y veremos si se cometen, tantos excesos, arbitraempeña en combatir a los franceses imitándolos en usos y cosriedades y desafueros como en trescientos años que no la ha tumbres, lucidos estábamos. habido. ¿Habrá revolución que contenga tantas iniquidades e Si las costumbres se han modificado, ellas sabrán por qué injusticias como el solo período de la privanza de don Manuel lo han hecho. Se lucha y se puede luchar contra un ejército, Godoy? -Nada, nada, señores- -manifestó D. Pedro con ironía- por grande que sea; pero contra las costumbres, hijas- del Si ahora vamos, a estar muy bien; si vamos a ver aquí el tiempo, no es posible alzar las manos y jne dejo cortar las siglo de oro; si no ya a haber injusticias, ni crímenes, ni bodos que tengo si hay cuatro personas que le imiten a usted. ¿Cuatro? -dijo con orgullo D. Pedro- Cuatrocientas rracheras, ni miserias, ni cosa mala alguna, pues para que están ya. afiliadas en la Cruzada del Obispado de Cád s, y nada nos falte, eti vez de padres de la Iglesia tenemos perio- v aunque todavía no hay uniformes para todos, ya cuento con distas; en vez de santos, filósofos; en vez de teólogos, ateos. -Justamente; el señor de ¿Congosto tiene razón- -reputó cincuenta o sesenta, gracias al celo de respetables damas, alQuintana- La maldad no ha existido en el mundo hasta que guna de las cuales me oye. Y no nos vestimos así, señores no la hemos, traído nosotros con nuestros endiablados limíos, para andar charlando en los cafés, y metiendo bulla por- nlas calles, ni imprimiendo papeles que aumenten la desyer- bros... Pero todo se va a remediar con vestirnos de moji ¡ggtaenza e irrespetuosidad despueblo hacia lo más sagrado, ni ganga. paíai convocar G Btes ni cortijos, ni para echar sermones a lo- Pero, en liltimo resultada- -preguntó la condesa- ¿hay J dómine Lucas, sino para salir por esos campos hendiendo ca- Certes o no? Señora; las habrá. bezas- de filósoíos- x cuchillando, enemigas áe la Iglesia y del Rey. Ríapse, delijajej en np sirven para esa Re Ríapse deljijajej en bifeatósa íiéíejít cuanto sean des pachados los mosquito 5 q? J á g j A C S á n Eso lo hemos tpsoladpj; 4 fc v í! i Sanrfi- Petii ft ereiiiosis- mee y. haremos qué lok redactores- ¡Ay, qué íüisijaesi lílijSfaf Jjsfed; señor don Manuel! del Semanario patriótico se vistan de papel impreso, que es la Verá usted qué escenas tan graciosas habrá en las sesiones... moda francesa que más les cuadra. y digo graciosas por no de ír terribles y escandalosas. Dicho esto, D, Pedro celebró mucho con risas su propio (Continuará. y