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ABC MADRID 20-10-1926 página 12
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ABC MADRID 20-10-1926 página 12

  • EdiciónABC, MADRID
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j una deslumbradora ¿ana de armiño. Se ha cía llamar entonces Geraldine Leopold. ¡La bella Geraldine! la, anunciaban carteles y programas. Había recorrido Europa de extremo a extremo, e innumerable? hombres se habían enamorado de ella. Desdeñó a. príncipes y sonrió, acogedora, a más de un hohemio. Uno de los desdeñados se suicidó por ella. Otra tragedia amargó la vida de Geraldine. En un teatro de Cádiz, tirando al blan- co sobre su hermano, lo mató... Ella estuvo a punto de volverse loca. Pasaron algunos años, v. no supe más de Geraldine. Me dijeron que se había dedicado a repr- sentar comedias, y hasta creo que alguna zarzuela. Luego, en el apogeo de sxí hernrotura, se retiró del inundo farandalesco. Fn la Habana se encontró al hombre ue había de hacerla feliz. -v fe casó, con él: un simpático cubano, de familia de artistas, empresario de circos, llamado Antonio Fubillones. Y entonces murió para los públicos 1 la bella Geraldine. Una. noche, hace muv pocos años, me presentaron a ella en el Gran Teatro Pav- 1 ret. de la Habana, donde l ubillonc? tenia aquella temporada su cir. co. La hallé u bella como siempre, aunque algo n; ú p áÜda. algo más delgada, ¡algo más triste! Unas semanas más tarde moría Pu bil! o: ie ¿7 dejándola dos hijas encantadoras, aunciuu nunca tanto como lo fue su madre. Y la desconsolada viuda, por sus hijas, tuvo que hacerse cargo del circo, y llevárselo con ella de pueblo en pueblo... En un rjncón de Colombia la lia sorprendido la muerte. ¿Cuántos años lenta... Cincuenta y cinto... ¿Sesenta... -Seguía siendo bella aún. Para que no dejara de serlo, se la ¡levó la muerte, ¡Fue piadosa la muerte! Cómo concebir a Geraldine v eia. encorvada, sin el divino fuego que iluminara sus OÍOS con resplandores de incendio... La bella Geraldine l; n muerto bella. Pero sus hijas no tienen boy pan... MIGUEL DE ZARRAGA. Nueva York, Octubre, 1926. A B C EN SUIZA, EL BIENESTAR -DE LA REPÚBLICA ES COSA DE TUECO En estos días recorren ¡a ciudad unos hombres, portadores de carteles en el pedia y en la espalda, que dicen así: ÍNICJATiVA EN FAVOR DEL JUEGO. FOMENTO DEL- TURISMO Estos ciudadanos llevan grandes pliegos de papel, tinta y pluma: Kccorren los cafes, Í. A FAMOSA ARTISTA NORTEAMERICANA GIÍRALDINÉ! MUERTA RECIENTEMENTE suben a las casas, detienen a! transeúnte c; la calle. aquellos que ya encanecieron o comenzaron A B C E N NUEVA YORK. a teñirse... Yo (que no me considero viejo -Monsieur; ¿tiene u; ícd derecho de voto? -piregunían. todavía, ni necesito teñirme todavía! la En- la afirmativa, el ciudadar. o es invitaG E R A L D 1 N E R A recuerdo ¡en los tiempos en que, siendo un muchacho, absortr. mehte la admiraba sobre do a estampar su firma para engrosar el rui mero de los que creen cjiie la Kepúhhca- e- M MUERTO el minúsculo escenario del desaparecido teaen peligro, y puede salvarse pov e b- iccatro Miñón, en Segovia, donde conmigo comÉl New York Times publica la noticia. partían la isión de. la maga belleza los com- rat y el treinta y cuarenta. Un lacónico cablegrama, fechado en BogoParece que antes se jugaba en Gi: ic ov: i. pañeros de entonces, el popularísimo autor tá. Sus contadas palabras nos dicen que en Las autoridades consultaron cor; el pud; de los Retazos, Pepe Rodao, y el romántiun pobre y escondido rincón de Colombia co autor de las Brisas del Éresma, Vicente sobre qué era preferible: l a mornüdnd o- V ha muerto- -ha muerto en la miseria- -la Fernández Berzal. Era esto hace casi treinholgura financiera que riel juego rcs; ilta ta años. señora Geraldine Wade, viuda de Púbipara la República. El pueblo voló po: 1 i ilones... moralidad, y los electores debieron irse i Poco después la volví a- contemplar en sus casas muy satisfechos, como todo aquel Geraldine ¡La bella Geraldine, de hace Madrid, en el también desaparecido circo que ha ayudado a la virtud a no a! ¡og: i: e veinticinco años ¡La que después de este de Colón, y aún me parece verla: tina esen la charca del vicio. Mas; al poco tiempo. cuarto de siglo aún seguía siendo, sin llacultural mujer, en sutiles mallas, con una algunos ciudadanos cayeron en la cuenta cí? márselo va. la misma bella Geraldine, inestrellita de brillantes en la frente. Trabaque está bien ser moral cuando el bolsillo marchitable! jaba en el trapecio, tiraba al blanco, bailano sufre demasiado; y se planteaban el proI No la recuerdan muchos de los lectores? i ba la danza serpentina. Cuando terminablema de aquella mttcliachita, ds a tieti cs Seguramente la recordarán, por lo menos, 1 ba su número, se envolvía, regiamente, en

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