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02/10/1925
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Periódico ABC MADRID 02-10-1925, portada

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WADRID DÍA 2 DE OCTUBRE DE 1925 UMERO SUELTO 10 CENTS. tíSiS) S MADRIDt UN MES, 3 PESETAS. PROVINCIAS: TRES MESES, 9. AMÉRICA Y PORTUGAL: TRES MESES, 10 PESETAS. EXTRANJERO: TRES MESES, 25 PivSETAS. REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN SERRANO, 55, MADRID. APARTADO N. 43 inimi inni i ll A BG DIARIO ILUSTRADO. A Ñ O VI G E SIMOPRIMERO N 7.099) a) f) g LAS TROPAS ESPAÑOLAS HAN LLEGADO A AXDIR E INCENDIADO EL POBLADO Y LAS CASAS DE ABD- EL- KRIM La división del general San. iurio ha llegado a Axdir. Dominado desde ayer a mediodía desde las crestas más cercanas, poco después el incendio destruía la mansión feudal de Abd- el- Krim y los caseríos. Las llamas no han llegado a alumbrar la fuga del cabecilla, egoísta y cobarde, que puso a salvo su cabeza pregonada huyendo días ha en demanda de un refugio en la montaña, sin intentar la gallardía de caer en la que fué su sede. E n el delirio de su ambición, ha preferido a la paz, honrosa y llena de provecho p a r a ¡sus gentes, y para él mismo, niás que para ¡nadie, proseguir la lucha, y ha empeñado a los fanáticos de Beniurriaguel- -sus víctimas- -en una resistencia estéril. El nuevo victorioso avance señala con nimbo glorioso la fecha de ayer, porque es algo definitivo en el doble concepto de la eficiencia y del prestigio militar; es decir, del propio prestigio de España. Las tropas de Sanjurjo, para cuya bravura hay que escribir el elogio en superlativo, personifican en Axdir a todo el Ejército, y llegan triunfantes, arroUadoras, irresistibles, luego de un audaz desembarco, ganando en pocos días, con admirable e inverosímil empuje, las rocas y los montes. La bandera española ondea en el focc más indómito de la rebelión, en las estribaciones montañosas de aquel territorio semisalvaje, hosco y apartado de la civilización, y en el cual jamás se admitió la convivencia del europeo. La victoria en el solar de Abd- el- Krim era una necesidad del plan militar y un cimiento para la obra civilizadora del Protectorado en un futuro, próximo; pero era también- -quisiéramos expresar el pensamiento español- -un anhelo patriótico. Desde el año 21, Axdir no era tan sólo el cuartel de los feroces beniurriagueles, mantenedores los más duros de la rebeldía, con su historia o su leyenda de invictos ante el Sultán de todos los tiempos y delante de los Roghis a cuyas mehallas destrozaban fuera o dentro de sus límites, ya saliendo a derrotarlas, ya atrayéndolas con celadas a parajes ventajosos. Axdir, desde 1921, era también la síntesis, la concreción final ie aquella triste página en que tantos y tantos de nuestros soldados alcanzaron la aureola de 1 cristianos martirizados... El epílogo era Axdir, donde la soberbia de una falsa victoria y la bellaquería de una vil codicia prolongaban el martirio con monstruosas crueldades... Sí; era preciso que se llegara allí, que se persiguiera, que se derrotara, que se expulsara a la hiena de su mismo cubil; ¡que la mano de nuestro soldado pusiera fuego al palacete donde soñaba su República de todo Marruecos la petulancia y la altanería de Abd- el- Krim y a las casas que fueron testigos de ultrajes y agonías... El sabio instinto popular, la conciencia del pueblo, señalaba siempre ese punto: Alhucemas, Axdir... Nuestras tropas ya están en Axdir, y el caudillo beniurriaguel, en franca derrota y en descarada huida. La importancia militar del logro es evidente; pero todavía es más alta y valiosa la importancia moral, que nos depara un magnífico desquite. Debemos acogerlo con verdadero júbilo porque es paso decisivo para cerrar muy pronto la campaña; porque socava el poderío del cabecilla, ya en desmoronamiento; nos desquita con su derrota plena, y corona el prestigio de nuestro Ejército, que es el de la nación. Muchas jornadas cruentas y heroicas han derramado el laurel sobre nuestros soldaditos desde la primera operación de la reconquista en todas ellas, y en las horas de penalidad y de abnegaciones, les acompañó el ansia, la admiración y la gratitud de la Patria. Hoy, que han hollado el suelo en que se alzaba el poderío de Abd- el- Krim; hoy, que vindican el ultraje, debemos sentirnos muy cerca de ellos, como si oyésemos sus vítores, para repetirlos con la voz y con el corazón. En Ceuta, en Tetuán, en Melilla, donde palpitan más próximos el entusiasmo y, los sufrimientos del combatiente, y se percibe más viva la trascendencia de cada victoria, el contento público se ha exteriorizado; lucen colgaduras e iluminado nes. En toda España debe exteriorizarse del mismo modo. Los jefes, que en empresa tan arriesgada y difícil han mantenido a insuperable altura sus dotes de mando; la oficialidad, que ha derrochado su bizarría, con largo tributo de vidas y dei sangre; el soldado de los batallones de allá y de la Península, que ha templado su valor en los vivacs de Morro Nuevo, bajo el bombardeo enemigo- -en términos aún no divulgados por prudentes razones- y que ha prodigado su valentía junto a la pujanza del Tercio, deben saber que España recibe con entusiasmo las victorias de Alhucemas, y sobre todo, la toma de Axdir, y premia con su aplauso a las tropas victoriosas que, lo jrepetimps personifican solemnemente en estos momentos a todo el Ejército y a la Patria. 4 iiinrimiinnioit) í

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