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29/08/1925
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Periódico ABC MADRID 29-08-1925, portada

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRAj g AÑO VIGESIMOPRIMERO. N. 7.070) S) S wiH l i i ii PIAR JO ILUSTRADO AÑO VI GESIMOPRIMERO. N 7.070 S) S i: i: si i iii i i Til, iiHi, ii) riii, ii i M i iii: r iiiMirrnv FUNDADO EL! DE JUNIO DE 1905 POR D. TORCUATO LUCA DE TENA í: I LA FRAGATA PRESIDENTE SAR rIENTO ESCUELA DE GUARDIAS MARINAS, ENTRANDO EN LA BAIIIA, (FOTO MARJ- N) llIlilli: í! líll! l! ll l ¡l! ¡l! llillin ¡lll! ll! l ¡l! ll! N: i: PROSEGUÍ R Y A D E L ANTA R No todo o que se prosigue se adelanta h? escrito Gracián. La fórmula se puede aplicar a todos los órdenes de la vida. A la literatura en general y a la redacción de las obras literarias la aplicaba, en especial, Baltasar Gracián. No todo lo que se prosigue se adelanta. En la literatura, cada veinticinco años aparece una generación de escritores noveles. Bullen. rebullen, producen estrépito, se vanaglorian todos estos escritores de ser ellos los buenos, los nuevos, los que hacen adelantar una etapa nueva a las letras. Y en realidad, si la literatuia prosigue, lo que adelanta es poco. De todos esos escritores nuevos que rebullen y se a itan cada veinticinco años, sólo quedají, aca. ío, dos ó tres. La turba de novelistas, poetas, ensayistas, se desvanece- -pasados los veinticinco años- -en las brumas de lo pretérito. El fenómeno que se produce en una literatura se produce, poco más o menos, en fIra análoga, y con mayor o menor intensidad. No hablemos de la literatura española presente; deseamos no herir ningún legítimo amor propio; hablet ios de las letras f inccsas actúale- La novela es Viúo de los í eneros más abundanlcniente cultivaílos; no n- uqrc lia novela; se transforma, si, Vadi- calmente. Y acaso esta transformación e s parecida a una muerte: muerte de modalidades y técnica pasadas. En Erancia son legión los nuevos novelistas. De todos los actuales cultivadores de la novela, ¿cuántos quedarán? Los poetas, a la hora actual, en Francia, son también innumerables. ¿Cuántos de esos poetas dejarán su estela en las antologías? Seis, ocho o diez, en resumen de cuentas, qiiedarán tal vez entre novelistas y poetas. La mayoría de esos nombres que alun- a repitan y glorifican los esci itorcs jóvenes e pañoles, no representará nada dentro de. algunos años. No queremos nombrar a nadie. Pero puesto que ya no se cuenta entre los vivos, deseamos hacer una excepción en favor de un ingenio joven, muerto cuando se alaria ante él- -como ante nuestro Cirio líscalante- un brillantísimo porvenir. Como Cjrio Escalante, Rayraond Radiguet nnn ió a los veintitrés años Compuso (los 0- tres libros, entre ellos Bl baile del conde de Ore cJ (novela de técni- ca divergente, 1) 0 opuestíí a la de Proust) y ahora acaba de oñbrcarse un volumen ipóstunio de poesías del mismo sutil escritor: Las mejillas encendidas (Les jones en jen) Y- Raymond Radiguet es un ejemulo que puede ilustrar la fórmula de Gracián. Muchos escritores. ci una generación, prosiguen escribiendo libros, tratando de hacer adelantar a la literatura: pocos, poqulsinios son los que. en realidad, la hacen adelan tar. ¿Nos equivocaremos vsi aseguramos quel el autor de Las vicjiUas cncend: das- -t: in original y delicado poeta- -la hubiera hecho adelantar, en efecto? La obra de este poeta y novelista contribuye- -con las r e Otros varios- ingenios- -a señalar una etapa nueva eh él arte. La vieja retórica se transforma. Una vna- ñera nueva de decir ha entrado en Im lite ratura. Dicen que Í: el teatro, según la frase de un crítico, el reinado del hecho concreto ha concluido Si esto fuera verdad, volveríamos a la estética de La vida es sueño, de CaUlcrón; pero- -óigalo mi amigo Eugenio d ürs- -a La vida es sueño, auto sacramental, no al draaia (jue Icemos, corrientemente y vemos representar. Artículo esencial, a nuestro entender, de la nueva técnica, es la supresión de as iransiviones. P- n los libros de Raymond Radiguet citados, y mejor en las poesías (i- e en la. prosa, se puede cstud ar este caDÍlu o de la nueva retórica. La supresión de las transiciones forma la base del nuevo arte de escribir. Pero no se engañen en España los escritores jóvenes: la empresa es ardua, dificilísima. Góngora ño llegó del primer salto a la supresión de las. transiciones. Se 1 equieren para esta operación tres condiciones esenciales, indispensables: primera, sensibilidad de artista: segunda, pronensión naiutal a la condensación; tercera, dominio del inslrunvento con que se ha de verificar i l is ie m? ím a 3

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