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ABC MADRID 21-08-1924 página 17
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ABC MADRID 21-08-1924 página 17

  • EdiciónABC, MADRID
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LA REPRESENTACIÓN HÍPICA DE ESPAÑA EN PARÍS. Tuvimos un feliz encuentro; el marqués de Martorell se hallaba de paso en Madna, recién llegado de París, donde fue presidiendo nuestra representación hípica en los Juegos Olímpicos, y conociendo su competencia en estas cuestiones y su entusiasmo por cuanto sea fomento y desarrollo del deporte, no pudimos dejar de tener con él una interesante charla sobre la cuestión hípica, en lo que afectaba a nuestra actuación en París. Autoridad indiscutible en la materia, oíale con aquella complacencia con que se escucha a quien sabe que algo puede enseñarnos. Y palabra más, palabra menos, nos decía el marqués de Martorell: -De tres pruebas se componían los Juegos ecuestres: doma, campeonato y, Copa de las Naciones. La primera, cuyo programa bien estudiado no admitía los aires de alta escuela, exigía la ejecución de los movimientos en puntos determinados con gran precisión. Los 26 caballos que se presentaron hicieron su trabajo con precisión admirable, en condiciones perfectas de entrenamiento para tomar parte en la prueba. Sin embargo, apreciando detalles muy in- significantes, la clasificación no era difícil de hacer. Los suecos ocuparon los dos primeros lugares; sus caballos, en. un equilibrio perfecto, no podían dejar de ser los primeros. No tomaron parte en esta prueba ni ingleses, ni norteamericanos, ni italianos, ni portugueses, ni españoles. En ciertos países no se abandona la parte artística de la equijtación, que si indudablemente no debe abandonarse, tampoco merece se la dé una importancia demasiado exagerada. El Campeonato constaba, de tres, pruebas doma, fondo y obstáculos. La doma, sumamente elemental, fue muy í ien hecha por los holandeses, que obtuvieron cuatro primeros lugares, y bien por 4 a mayoría de los demás concurrentes, aunjque demostrando casi todos la; poca importancia que daban a este trabajo. La prueba ¡de fondo era el verdadero campeonato. Empezaba con siete kilómetros de marcha para llegar al Hipódromo de Auteil, en el que fee hacía un recorrido de 4.000 metros con obstáculos muy duros (todo ello individualmente) saliendo inmediatamente a efectuar na marcha de 16 kilómetros, y terminando la prueba con un cross- cmmtry de ocho kilómetros, con obstáculos naturales. anto los tiempos de marcha como eí eple el cross tenían señalada velocidad mínima, y el aumentarla en íos dos últimos mejoraba la nota. El piso de todos los caminos no pudo ser mejor. El único accidente que se re- gistró fue la muerte, de un caballo sueco al caer en un salto en el steeple. De los 48 caballos que comenzaron la prueba, nueve no la terminaron, y en los demás, si se apreciaron en algunos ligeras cojeras, puede decirse que la llegada se hizo en buenas condiciones. Quedaron eliminados al terminar esta prueba, por no concurrir más que dos dé sus cuatro concursantes, Checoeslovaquia, Estados Unidos y Francia. La prueba de obstáculos, que se verificó cuarenta, y ocho horas después, era sencillísima y fue fácilmente ejecutada. La clasificación del Campeonato fue: Primero. Holanda; segundo, Suecia, y tercero Italia. El premio de las Naciones, prueba Tortísima, constaba de 16 obstáculos de 1,40 Je altura y con un fog ¡dp jue en varios VENGANZA FRÍA EL YERNO. -ÍPSE... ¡LO SÍENTO MUCHO, PERO N O VA USTED A TENER MAS REMEDIO QUE AGUANTARSE... ¡H E ALQUILADO EL BOTE POR TRES MESES... mente el piso, resultaba muy pesado para los caballos. El mejor recorrido lo hizo un suizo, con ocho faltas. La clasificación fu é: Suiza, Suecia, Portugal. Los caballos que se presentaron eran buenos y muy bien puestos para los trabajos que se- les exigía; tanto, que muchos de los jinetes lograrán en el premio de las Naciones tener relativamente pocas faltas (18 ó 20) por las condiciones de, los. caballos que montaban. De los jinetes es difícil hacer una justa apreciación. Sin pasión puede decirse que los nuestros van muy bien unidos con sus caballos, sin las exageraciones que se aprecian en otros. Los belgas, muy buenos, así como los norteamericanos. De los portugueses nada hay que decir, por sernos bien conocidos; con entusiasmo les felicitamos al obtener el tercer lugar de la clasificación. Los franceses siguen con su escuela, y los ingleses, con su única manera de montar, aunque con bonísimos caballos. Los búlgaros, finlandeses, polacos, suecos, suizos, etc. con más o menos suerte en tijfer obstáculos, pero con poca escuela. En cuanto a los italianos, creí encontrar bastante exagerados los principios en que basan su equitación. En el deseo de no estorbar en nada a su caballo, están tan lejos de él que no pueden intervenir cuando el caso lo requiere, y por eso sufrieron varios desengaños en estas pruebas. Mucho se puede aprender de lo visto. Lo primero es el saber que estamos muy dis- tanciados de todo lo que se práctica por el mundo, pero en condiciones de hacerlo tan bien como cualquiera otro. Para ello es preciso estar en constante trato con las demás naciones, asistir a cuantos concursos sea posible, precisando, por tanto, que la Escuela de Equitación cuente cgn caballos en condiciones y adquiridos con miras a estos certámenes. Jinetes los tejemos, y de la Escuela seguirán, saliendo. No es ni difícil ni caro el ponernos en condiciones e 3 cuestión de owjen y constancia. ¿Llegaremos a tenerlo alguna vez, y no dejarlo todo para improvisarlo en el último momento? De varias cosas anas hablamos, todas relacionadas coa el ¡hipismo. La satisfacción que nos produjo oir tan e usiiirnés jüijjiojs IJegafej a- dos. rnetros. -Enajen p ¿xcesrva- dM 3o á írai ó testar afirmativamente a su pregunta. Sí; llegaremos a tener orden y preparación; llegaremos a tener caballos y llegarán nuestros jinetes a ocupar en los torneos internacionales el puesto de honor a que son acreedores. Llegaremos porque los Centros oficiales se percatarán de la necesidad de atender como es debido a ese organismo llamado Escuela de Equitación, y bien dbtada, y puesta como los adelantas modernos exigen, será el plantel donde salgan los primeros jinetes mundiales. En contacto con las primeras figuras del deporte hípico en París, nuestros jinetes resaltaron. Atendamos como merece la equi tación militar. -Rubryk. UN RASGO D I G N O DE IMITACIÓN La noticia publicada hace días por A B C de haberse accedido por el señor subsecretario de Instrucción pública a- la petición del director del Instituto Nació- nal de Sordomudos para establecer cursos complementarios de Agricultura, ha tenido ur- a consecuencia inmediata y digna de todo encomio: Hace dos días se presentó en dicho Instituto uri cabaltero, que no quiso dar su nombre, yjien el de una señora, que ocultó tambié entregó 7.500 pesetas para el mejor defáiroHo de esos cursos y singularmente para la adquisición de animales que sirvan para dar en las mejores condiciones posibles las enseñanzas avícolas, apícolas, etc. etc. El director del Instituto Nacional de Sordomudos sos ruega encarecidamente seamos intérpretes de la gratitud de cuantos por aquel establecimiento se interesan, que en esta ocasión, y por las condiciones en. que se ha hecho el donativo, no pueden expresarla directamente. Nos dice, además, que en el mes de Octubre, una vez reanudado el curso, se cantará en la capilla del Colegio una misa solemne que será- aplicada por la intención de la generosa señora donante, y cuya celebración se anunciará oportunamente. Añade que el Instituto eftá S SS 5I abigijo. a c u ¿n t personas- teJÜaS- intér %i en ci nocer- le,

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