ABC MADRID 28-04-1922 página 1

MADR 1 DD 1 A 28 DE A B R I L D E 1922 NÚMERO SUELTO 10 CENTS, g DIARIO ILUSTRA DO. AÑODECIMOOCTAVO N 6 Q 25 10 CENTS. íf tf FUNDADO EN E t AÑO 1905 POR D. TORCUATO LUCA DE TENA MALAGA. EL INCENDIO DE L. ADUANA UNA VISTA DEL E D I F I C I O A LAS POCAS HORAS DE DECLARARSE EL SINIESTRO. (í u T O FERNANDEZ Y HERRERO) TRES ESCRITORES MILITARES DEL SIGLO XIX III Y ULTIMO VILLAMARTiN- ALMrRAíSíTE. BARADO El Memorial de Infantería, al dar cuenta en su número del mes de Febrero del corriente año del fallecimiento de Barado d c e La dolorosa noticia, piadosamente comentada en la Prensa de aquella noble ciudad (Tarragona) no ha alcanzado la resonancia ni producido el duelo nacional que merecía: Algunos años de obscuro retiro y más que nada la fragilidad de nuestra memoria colectiva, que tanto se parece a la ingratitud, dijérase que habian cancelado la inmensa deuda cultural contraída por la Infantería, por el Ejército, por la nación entera para con el gran español y escritor ins gne que supo narrar con lapidario titilo y aliento de epopeya el memorable sitio de Amberes. A pesar de ello, y reconociendo la citada publicación el ext -aordinario mérito de Barado, só o dedica a su iie rología poco más de media página Villaniartín y Alm rante emprendieron voluntariamente la carrera de las Armas, infante el uno, ingeniero el otro. No así Barado. Aunque nacido en Badajoz en 1853, puede considerársele como catalán. En la Universidad de Barcelona cursó la facultad de Filosofía y Letras, y allí obtuvo la licenciatura. La quinta de Castelar, primer ensayo en nuestro país del servicio general obligatorio, le llevó como soldado a! primer regimiento de Artillería de montaña; de guarnición en Barcelona. Dada su cu tiu- a y su inteligencia, fácil le fué alcanzar el empleo ds alférez de Milicias provinciales, pasando al Ejército en 1875; tomó parte en la campaña de Cataluña contra los carlistas, ascendió a capitán en i88 g y a comandante et) 1908. Habiendo vivido muchos más años que Villamartín, su labor claro es que fué más copiosa, dando a luz Elocuencia militar en España, El Museo Militar, La vida militar en España, Literatura militar española en el siglo XIX. La pliüura militar, El sitio de Amberes (1584- 85) Ronda volante, Don Luis de Reqiiesens y la política española en los Países Bajos, Historia militar d e España (conferencia en e Centro del Ejército y Arn. ada) Don Antonio Estalella, croc del Br- ich y primer caudillo catalán de la guerra de la Independencia, Don Juan de Austria en Flandes, César en Cataluñai Nuestros soldados. Entie todas estas obras descuellan, y bastan para darle lugar privilegiado entre los tratadistas militares españoles, El Museo Militar, El sitio de Amberes y Don Luis de Requcsens, discurso que leyó el 27 de Mayo de 1906, al tomar posesión de la plaza de académico de número en la Real Academia de la Historia. Fué el encargado de contestarle otro dis. tinguido escritor militar, el general D. Ju lian Suárcz Inclín, que rindió la debida justicia a los méritos del nuevo académico. Cedámosle la palabra: Debiendo sólo parar la atención en las tareas históricas de Barado, señalaré como obra culminante El Museo Militar, cuya publicación comenzó en 1883 y te rmínó en i885, porque es un soberbio estudio de historia, desenvuelto en tres colosales tcmo un monumento levantado a la virtud, según dijo el Sr. Cánovas del Castillo, donde no se traza tínicamente a grandes cuadros la historia militar de nuestra Patria en sus relaciones con la historia social, iní; que sc presenta en útil V necesario comphvni- nto cuan