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ABC MADRID 22-11-1921 página 3
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MADRIDDIA 22 DE NQVBRE. DE 1921 NÚMERO SUELTO Í 0; ENTS. DIARIO ILUSTRA DO. AÑO DECIMOSÉPTIMO, N. 5: 890 10 CENTS. f g f FUNDADO EN EL AÑO 1905 POR D. TORCUATO LUCA DE TENA MELILLA. LA. COMISIÓN DE VALLADOLiD EN MONTE ARRUIT SU ALTBZA EL INFANTE D. ALFONSO (i) LA DUQUESA DE LA VICTORIA (2) Y LA MARQUESA DE CAVALCANTI (3) CON EL ALCALDE DS VALLADOLID (4) REPARTIENDO LOS OBSEQUIOS DE DICHA CIUDAD A LOS SOLDADOS DEL REGIMIENTO D 2 FARNESIO. (FOTO LAZAUO) IMPRESIONES DE- UN HOMBRE DE BU EN A FE Simultáneo con al deb te de Marruecos, jen el qu: es imposible lograr que el Gobierno se decida a depurar responsabilidades, se desarrolla el debate, acerca de 1. a situación del Banco de Barcelona, en el qus tampoco- se consigue, la aclaración de culpabilidad que reclaman muchos diputados. No hace mucho tiempo, en uno de nuestros artículos, comentábamos el grave mal que representa la forzosa falta de fe. en la justicia, que ha de experimentar todo es, pañol. En la- sesión celebrada eVvieríjes en q Congreso, D. Emiliano Iglesias, que pronunció, acerca de e, sta. cuestión del Banco Paredones un dis. curso de sólidos, argumentos, formiilaíoa esta misma opinión más concreta y enérgicamente. No es ya el, sentinijerito de la justicia el que está en entredicho, sino que, de seguir así, serán los propios funcionarios específicairiente encargados de administrarla los que provocarán hondos recelos 1 en las gentes. Y- -repitamos la vieja verdad- uns pueblo, que desconfía áé 1 á- Justicia está á uti Üsidó de la revoJkvcióm Ningún- otrg iay: tan angustioso; V r t En esté percance del Banco de Barceloita riav jueces q ue, según se desprende de flás diáfanas denurígiasr- f mñtpl ám, -en- jCpngreso por el Srv igtekiás y otros ora- creta, los consejeros, por cierto temor al escándalo, procedían a una investigación. Ahora no. Ahora no se consigue nada por ese medió. En el debate acerca de la catástrofe militar se han citado hechos punibles concretamente. En él asunto del Banco de Barcelona. el Sr. Torras ha expuesto categóricamente casos condenables. Y ¿saben ustedes lo que ocurre? Que el ministro a quien corresponda contestar engola la voz para hilvanar cuatro lugares comunes defendiendo a los funcionarios de su departamento que debieran, intervenir en la. cuestión. Si se trata de militares, el ministro de la Guerra ruge: ¿Es que se quiere: verter insinuaciones malévolas contra el Ejército? ¡Ah, señores! ¿No haibéis pensado que el Ejército es la misma Patria? Estoy profundamente afectado por la sospecha de. que se intenta- menoscabar, su prestigio. Y se sienta. Sus amigos le. feíic tan. S i se trata de funcionarios judicia- es el ministro de Grac a y Justicia gime: -La Cámara comprenderá mi emoción y i ó a l- j j a í s í V alver cómo se áfaca la independencia y la Ocurre, sobré todo- esto, ¡an colino inex- rectftud del Po der judicial Ah, señores. 1 plicabCe, y es- que 1 as deniuíicias hecíias en I Es que la Justicia no merece más respetos? el Parlamento no merecen de los ministros Yo exijo esos respetos para la Justicia. ser tomadas en cuenta. Nuestro Parlámén- Y se sienta, Sus. correligionarios l e tó: nunca ríá servido, en verdad, para gran ap audén. antes, -cuando- alg ien- -Esto- -es. una broma, idemasiado ...pesada. elcps -pemj- a- l- Fasctois, -una acusación con se levantaba á formular Cuando, conio ocurre -ien gsta temporada, se dores, -han cedido a presiones oficiales. -Es posible que esto ocurra? ¿Se dan cuenta líuestros políticos de que, a costa del triunfo momentáneo ds su influencia, están destruyendo en el país 1- os sentimientos de res- peto y de confianza en la autoridad, y dé que por este camino no podemos ir más que a una grave catástrofe? Es fáeiládveT. tir hoy cómo la plutocracia tien- e en sus manos Jos resortes del mando. Ante la codicia de las industrias, los Consejos de ministros se encorvan; ante los desmanes de entidadas bancarias, los mismos que debieran corregirlos se dec aran ajilados é éstas y manejan en su, servició los. recursos ádlPoder. No hubo enerría alguna para obtener para el Estado una participación en los fabulosos beneficios de los. años de guerra. en cambio, aho. ra ese mismo Estado sé precipita, con las manos- colmadas de: djriéró del pueblo, en socorro de fabricantes atrasados- y codiciosos y de banqueros imprudentes; qú ti nen sobré sí la responsabi idad de machas ruinas ajenas. No se puede. ir más alla en la impudic a ni en el agrá-

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