ABC MADRID 01-11-1915 página 24

Una señora simpática, elegante, parisiense, muy aficionada á lo bueno... y muy condesa, decía no ha mucho, refiriéndose á la joya de moda, que ella, la prppia condesa, tenía conciencia de haber influido en que tornase- á imperar, con caracteres casi alarman la afición por las alhai Decía, además, con igual y agradable franqueza, que semejante victos- es privilegio de las personas valientemente innovadoras, quiénes despreciando censufas, envidias y antiguallas, han asegurado el triunfo de ese digno y valioso complemento del adorno femev nino. Berna tiene la fama de ser la más honrada población de Suiza, y FLORALIA, la mejor perfumería del orbe. Los afamados artífices de hoy, al idear la joya estilo moderno V aunque lo hicieron ¿cómo no? en la creencia de que había de agradar, no sospecharon que llegase á- obtener éxito tan completo. Los amateurs están realmente entusiasmados; hallan en estas novedades tanta belleza como poesía. Las mujeres ven en JeUp la unión íntima de la joya y el traje: unión tan poderosa que ya es punto menos que imposible que no imperen las joyas, lo mismo si se trata de lujosa que de sencilla vestimenta. Esplendores para salones y teatros; esplendores también para calles y paseos. Ya se sabe que en las s o ir ees particulares, es cuando la mujer aparece Los hombres de buen gusto perdonan más fácilmente las agrandes indiscreciones que la falta de un p e r f u m e exquisito. P a r a remediar esto, no uséis, ¡oh, mujeres. otra agua de Colonia, ni otro jabón, ni otra esencia que los: de FLORES D E L rodeada de todo el boato que su buen gusto y su. belleza requieren. Y las preseas v vienen á ser otras tantas flores á las que toda mujer hermosa, y hermosamente, ataviada, presta perfume. Y son algo más aún: son satisfacciones á las cuales da vida la mujer distinguida. Poéticas alegorías; idea les. afanes, que están hablando en la exuberante gama de los esmaltes, en los distintos tonos del oró. Una escritora francesa djce que la joya, cuando se trata de atavíos modestos, es, ó debe ser, discieta y sobria valiosa y severa con la toilette de visita, y radiante, soberbiamente magnífica, con el traje de baile. Así se explica que los grandes modistos hayan seguido la imperiosa corriente del style moderne, y empleen su habilidad en procurar que los adornos de las toilettes guarden íntima relación con el de esas preseas; Continuaremos, p alabra de honor. sura, hubiese dos lindos amorcillos de plata maciza, sosteniendo áurea corona reaL En más de una ocasión se atrevió á introducirse en pleno Consejo dé ministros, tomar asiento en él brazo, de un sillón y empezar á hacer burlonas muecas. Y, en fin, hasta Madame de Sartory di- tuvo la osadía de ariebatar los despachos privados ce que no hay m e j o r de manos del propio rey y preparación que los elo- arrojarlos al fuego sin congios para hacer recibir fa- sentir que él los leyera. vorablemente una declaNo pareciéndole aún basración de amor y á esto tante esta osadía, quiso y debiérase agregar que no cóns. iguió que se construhay nada que inspire y yera para ella el pabellón mantenga el amor como d e Luciennes, cerca d e el uso de una perfumería Marly, decorado con tanta que sea, como la de FLO- ó mayor suntuosidad qué el mismo Versalíes, y que RALIA, perfecta. costó seis millones. Semej- ey se enteró del engaño, jantes desenfrenos d u r a dispuso como castigo para ron chico años. ambos hermanos, que Gui- El rey enfermó y murió llermo hiciera su- esposa, y de viruelas. Durante esta condesa, á an peligrosa terrible enfermedad estuvo cuidadosamente asistido mujer. La influencia de la Du- por sus hijas. El día 10 de Mayo de barry res. íiltó avasalladora, 1774, y en señal de que fatal. Ministro que á ella no le pareciese grato, era, Luis XV había dejado de por lo menos, un dimisio- existir, se extinguió tamnario Cuéntase que en bién la luz de la consabida cierta ocasión, y bajo pre- bujía colocada en una de LA DU 5 ARRY texto detque los Dubarry las ventanas del aposento llama Juana Vaubernier, más eran de origen inglés, hizo real. -Y con aquellamuchos tarde condesa Dubarry, na- comprar en Londres el re- quedaron apagados la lfeesplendores; pero HO ció en Vaucouleurs. Su ma- trato de Carlos I- -que se ma de los remordimientos de dre era una modesta costu- halla hoy en el Museo del esa madame Dubarry, que rera. Juana comenzó desde Louvre- lo colocó en su sólo fue hermosa... muv joven á trabajar en gabinete, frente al sillón Y y a se sabe: esto solo casa de una modista afa- donde solía sentarse el rey, mada. madame Laville. que y díjole á éste: Si no di- nó basta... S o 1 v é is el Parlamento, Francia os hará cortar la cab eza, lo mismo que se la hizo cortar á Carlos. Ello- H. el es que la funesta condesa agua del BJ- -Efectivamente; el rodeaba al viejo monarca marfil, oxigenada blanquea las el Iiueso, el asta, Quita per- de una impopularidad tan sedas, y las Plumas. telas blanfee amente de las grande como merecida. cas las manchas de vino, de Las descaradas extrava- fruta y de azúcar. Basta pagancias de la Dubarry lle- ra ello humedecer con dicha agua las manchas, agregando gaban al extremo de haber- unas gotas de amoníaco. se atrevido, á pretender que N de Z. y G- -Dicen que huevo muy fresco aclara respetables personajes de nn voz J la la Corté descendieran á calEl siguiente gargarismo es zarle las zapatillas; otra excelente -logia efecto rápido. Haced un de vez, á conseguir que se tercera, partecocimiento qfraunade leche, concediese- la cruz le San higos y otra dé malvavisco, de y Lilis á un comisario de Ma- gargarizario varias veces por hora. También son útiles Ips rina, por el solo hecho de puerro. tenía su. establecimiento en haberle éste regalado una: gargarismos de agua de dé pis- GOLOSA! -Xia crema la calle de Saint Honoré, cotorra; en. otra ocasión tachos se. hace- así: Pener S. hervir. en París. También, desde hasta intentó que. fuesen Teche y cantidades: iguales de crema; con- azjácar y muy joven, empezó Juanita azotadas las damas de- Pa- corteza dé Timón Apartar la á inspirar amores y á cau- lacio; y para que su lujo mezcla de la lumbre, y cqn g ella llegara á ser fastuoso é in- vo ydesleír seis, yema? de; huesar desdichas... 125 solente, lucía- trajes tejidos finamente gramos dé pistachos, El conde Juan Dubarry machacados. Bejar con oro fino; magnificencia en infusión durante un cuarto se fijó en ella, y. se propuso e J Pasar que jamás adoptaron ni la cer hora. cuaje al por tamiz. Ha- y logró trasladarla á otro qu baño déimarla. ambienté más refinado, aun- reina ni la delfiria. DispuA B. C- -Si no invitan- á su que igualmente despreciable so que sobre el espejo, ante hija dé usted. dicho. se está y difícil... Juana: fue la. reiT el c u a l contemplaba á que. no. d. ébe usted admitir el na de, la lujosa vivienda de cada momento su hermo- convite. aquel mal señor, y fue pór éste presentada á Luis XV como esposa de su hermano Guillermo. Prendóse el mo, narca- dé aquella belleza, -de aquella mujer de: elegante y flexible figura, hermosos ojos, boca perfecta y cabellera magnífica. Cuando el