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ABC MADRID 29-06-1914 página 7
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ABC MADRID 29-06-1914 página 7

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A B C. LUNES 29 DE JUNIO DE 1914. EDICIÓN i. a PAG. -7 Tigi. nu. v 1 -i tic! ¡ejo Soberano, predi. 1 lecto del dolor En dos tercios de siglo, la personalidad de Francisco José ha intervenido en los acontecimientos históricos de más trascendencia ocurridos en Europa. Respetado por todos los jefes de Estado, querido por sus subditos, que desde hace tiempo están convencidos de que á la persona del anciano Monarca está unida la tranquilidad y la paz del Imperio austrohúngaro, es la de Francisco José una figura simpática, atrayente, por la fama de bondad y de sencillez que ha sabido conquistar en la más encopetada y rígida de las Cortes, y también por la aureola de desgracia que nimba su persona, agobiada por íntimas penas; muerto su hijo en la aún no del todo esclarecida tragedia de Mayerling; asesinada su esposa en Lucerna por ei fanático Luchen; misteriosamente desaparecido, sin dejar una huella, el archiduque Juan Orth... Nació el 18 de Agosto de 1830, y en plena juventud, á los diez y ocho años, se vio proclamado Emnerador. Su tío Fernando I, fatigado del Gobierno y debilitado por las dolencias, abdicó la Corona el 2 de Diciembre de 1848, y el mismo día su único hermano, el archiduque Francisco Carlos, cedio sus derechos á su hijo primogénito. Así comenzó el reinado de Francisco José. Hungría no quiso reconocer al nuevo Monarca, y se constituyó en República, bajo la presidencia de Kossuth. En cuanto termino la guerra contra Cerdeña, por la victoria de Novara, Austria concentró sus fuerzas contra Hungría, y el joven Emperador se trasladó al teatro de la guerra y asistió á la toma de Raab, que, seguida de otras brillantes acciones, le hicieron dueño de Hungría. Las armas y la política del joven Seberano triunfaron también en Italia. Veneeia capituló, y el Rey de Cerdeña se comprometió á pagar á Austria una indemnización de 75 millones de francos. Francisco José procuró inmediatamente recobrar las prerrogativas que su antecesor había perdido en 1848. Declaró que, en lo sucesivo, sólo ante él serían responsables los ministros; disolvió la Guardia nacional; abolió la libertad de la Prensa; derogó, sin haberla aplicado, la Constitución, que había dado á sus subditos tres años antes (1849) y estableció, en suma, el Poder absoluto, no respetardo de la obra de la revolución más reforma que la libertad de los siervos. En el exterior, recobró en Alemania la influencia que sus predecesores habían tenido, y en un viaje que hizo á Berlín á fines de 1852, renovó la amistad entre Austria y Prusia. rota en años anteriores. Casó en Abril de 1854 con la princesa Isabel Amelia Eugenia, hija del duque Maximiliano de 3 aviera, y con este motivo levantó el estado de sitio en el reino Lombardo- Veneto. Al año siguiente firmó con el Papa un concordato en extremo favorable al poder eclesiástico derogando las leyes de José II, concediendo á los obispos el derecho de comunicarse directamente con el Papa y confiando á los prelados la inspección de la enseñanza pública y la censura de los libros y periódicos. En IÍÍ 59 se necfó á confiar la cuestión del reino Lomhardo- Veneto á un Congreso europeo, y ordenó al general Gyulay que penetiase en el Piauionte. La suerte le fue desfavorable en esta empresa, que tuvo para el Ejercito austríaco tristes consecuencias en la bataíJa de Solferino, á la que asistió el propio Emperador. Firmada la paz de VJlafranca con el Emdre, la princesa María Teresa de Portugal. Cuando terminó sus estudios, el archiduque Francisco Fernando ingresó, como los demás príncipes de la Casa Imperial, en el Ejército, y recorrió sucesivamente todos los grados, hasta llegar á generalísimo, cargo que le concedió últimamente el Emperador. Por educación y por temperamento, era 1 archiduque Francisco Fernando un carácter esencialmente militar y entre sus compañeros de armas, que eran ahora sus subordinados, contaba con muchos y entusiastas partidarios. Precisamente el archiduque se hallaba en Sarajevo porque, como jefe superior del Ejército, tenía que dirigir las grandes maniobras que en aquella región debían celebrarse. El archiduque tan trágicamente muerto era muy aficionado á la caza. En su juventud realizó un viaje á la, India para cazar tigres, y á su regreso á Europa se sintió atacado por una afección al pecho. Siguiendo los consejos de los médicos, abandonó durante una temporada larga toda ocupación activa, y viajando por el litoral del Adriático, y haciendo, estancias en El Cairo, Argelia y Córcega, recobró la salud. Estaba casado el archiduque con la condesa Sofía de Choteck, dama que fue de la archiduquesa Isabel, é hija de un diplomático que fue embajador de Austria- Hungría en San Petersburgo. La Familia Imperial hizo oposición á este matrimonio, por lo desigual del enlace, que al fin se celebró porque el Emperador protegió los amores de su sobrino, y algunos años más tarde concedió á la condesa Ckoteck el título de duquesa de Hohenberg. La condesa Sofía Choteck de Chotkowa y Wognin había nacido en Stuttgart el i. de Marzo de 1868, y era dama de la Orden Soberana de Malta. El archiduque, su esposo, estuvo en Madrid, representando al Emperador, cuando se celebró la boda del Rey D. Alfonso y se alojó en el palacio de Denia. Quedan del infortunado matrimonio una hija y dos hijos. El archiduque Francisco Fernando era un hombre activo, inteligente y enérgico. La energía, que hacía compatible con la bondad de sentimientos y la afabilidad en el trato, era su cualidad más saliente. Anhelaba la prosperidad de su patria y era el auxiliar más eficaz del Emperador, que le confiaba el estudio de los más arduo negocios del Estado. En estos últimos tiempos el archiduque heredero había celebrado trascendentales conferencias con el Emperador Guillermo y otros jefes de Estado, y estas entrevistas habían dado mayor relieve á su perso nalidad. En política se había significado come jefe de una tendencia imperialista y era decidido partidario de la homogeneidad de las diversas nacionalidades que integran e! Imperio. Gozaba del respeto afectuoso de su pueblo, del cariño del Ejército y de prestigio El archiduque asesinado en las Cortes extranjeras, y el Imperio NOTAS BIOGRÁFICAS austrohúngarq había puesto en él esperanzas muy legítimas para cuando el veneraEl archiduque Francisco Fernando ha- ble Emperador Francisco José fuese arre; bía isacico e 18 de Dic enibw e 1 S 63; te- batado á la existencia. 3 nía, por lo tanto, poco más de cincuenta años. El nuevo heredero Era hijo de! difunto archiduque Carlos Luís, hermano del Emperador, y de la arde Imperio chiduquesa María Anunciata, princesa de CARLOS FRANCISCO la casa de las Dos S ciüas. Cuando tenía Hereda los derechos al- Trono el sobrinueve años de edad murió su madre, y por esta razón fue educado, lo mismo que sus no del archiduque Francisco Fernando, arhermanos, por la tercera esposa de su pa- chiduque Carlos Francisco José. perador Napoleón III, Francisco José se dedicó á dominar la grave situación creada en el interior de su territorio, y otorgó á su pueblo instituciones constitucionales, en las que tuvo en cuenta las diferencias de carácter de las distintas nacionalidades. La cuestión de los ducados de Schleswi -Holstein dio origen algunos años después á la lucha de Alemania e Italia contra Austria, en la que ésta á pesar de las victorias de Custozza y Lizza, perdió en Sadowa definitivamente la campaña, y Francisco José se vio obligado á firmar el 1 ratado de Praga, que aminoró su territorio y quebrantó gravemente su prestigio. Las consecuencias que estos desastres tuvieron en la eolítica interior amenazaban derrocar el régimen, y entonces tuvo el acierto de confiar el Gobierno á Beust, que hizo una política francamente liberal. Fruto de esta política fue una e. tapa de tranquilidad. A la salida de Beust, encargó Francisco José del Gobierno al conde Andrassy, que á los siete años de su gestión logró, por el Tratado de Berlín, que se autorizase á Austria á ocupar la Bosnia y la Herzegovina. Al recibir á las numerosas diputaciones que acudieron á felicitarle con motivo del XXV aniversario de su elevación al Trono, el Emperador se congratuló por haber adoptado las ideas liberales. Aprecio mucho- -dijo- -la importancia de una Prensa libre; á la vez que contribuye al desarrollo de la vida intelectual, aprende á juzgar y á conocer sanamente todo lo que se refiere á la vida pública. En Septiembre d- e 1880 supo Europa que Alemania, Austria é Italia habían firmado la alianza ofensiva- defensiva, no hace mucho renovada, y que al ser conocida en aquella época- valió al Imperio austríaco y á su Monarca una decisiva influencia en las cuestiones europeas. El 30 de Septiembre de 1891 salió ileso de la explosión de una bomba colocada en la ví a férrea por donde había de pasar el Emperador en su viaje de Reichenberg á Bohemia. La explosión ocurrió un poco antes del paso del tren imperial, y no pudo demostrarse de un modo concluyente que se debiera á un complot contra la viáa del Soberano. En 1803 hizo un viaje á Suiza, y en Agosto de 1896 recibió la visita del Zar, y se l a devolvió en San Petersburgo en Abril del año siguiente. En Septiembre del mismo año celebró una entrevista en Budapest con el Emperador de Alemania. El Rey D. Alfonso, que profesa ran afecto al anciano Monarca, le nombró hace seis años capitán general de los Ejércitos nacionales. Sobre la sucesión de Francisco José hacen lss conocedores de la política europea predicciones muy pesimistas. Bajo la autoridad del Emperador late, no del todo contenida, la agitación de razas, pueblos y religiones en discordia...

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