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ABC MADRID 09-10-1912 página 7
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ABC MADRID 09-10-1912 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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A. B C. MIÉRCOLES 9 DE OCTUBRE DE 191 a. EDICIÓN i. PAG. 7. 5 céntimos. LA CIUDAB JUDIA por la Andrazy- ut entre cnisteras dé ocho reflejos y. sombreros de plumas de avestruz. Son las seis de la tarde. La Andrazy- ut está concurridísima. De cada cien personas, noventa son judías... Si se construyera un giran tejado que cobijara toda la ciudad, Budapest resultaría ser la más grande sinagoga del mundo. -Las mujeres húngaras no tienen ni la elegancia ni el chic de la vienesa. Lucen todas toaletas riquísimas, cargadas de piedras preciosas y brillantes; pero esto no impide el que nos causen repulsión... La mujer de Budapest es el prototipo de la corrupción. No tiene familia ni hogar. Vive en la calle, en el cabaret, en el café... Se pasa el día durmiendo y la noche velando... Tiene en su ser algo de la parisina y otro tanto de la orieutal. El amor para ella no es más que una serie interminable áe sensaciones físicas, siempre nuevas... Delante de una lujosa peletería pasan marido y mujer. Ella, después de echar una rápida ojeada sobre las hermosas prendas de invierno, se acerca á su marido y le dice algo en voz baja. El, después de hacer un ademán nervioso, responde: ¡Pero si no puedo, bien lo sabes tú! No oímos lo que elja dijo á. su marido; pero la respuesta de éste encierra todo un drama de familia... Dentro de poco, la esposa, 3 el brazo de un amante, paseará por las calles de Budapest, luciendo un riquísimo abrigo de pieles... -El marido, abandonado, infeliz, taciturno y cabizbajo, en busca de su ingrata compañera, de la madre de su tierno hijo, no tendrá más remedio que enjugar sus lágrimas al pasar delante de aquella tienda, de aquel lujoso escaparate de triste memoria. IMPRESIONES DE BUDAPEST Me gusta de vez en cuando callejear por Sa hermosa ciudad de Budapest. La capital Be Hungría ¡es tan diferente de Viena! ¡Viena es más grande; Budapest, más co ¿ueta. Viena tiene algo de feudal; es, sin ¡embargo, más simpática, más alegre, más Suvertida. Budapest es más ruidosa, más pairisiense, más ordinaria... Vrena es noble; Sal transitar por sus calles, las piedras de los edificios nos hablan de un gran pasado histórico, de una corte célebre, de familias inmortales... Budapest, en cambio, nos deja indiferentes; sus grandes y lujosos edificios liada nos. dicen, como los de las ciudades norteamericanas... Al contemplarlos, nin- guna idea, histórica acude á nuestra mente, porque todo lleva el sello de lo moderno, por haber sido todos sus monumentos históricos pasto ckr fuego de las revoluciones. Los húngaros de hoy son tan revolucionarios como los de antaño... Viena es una capital verdaderamente imperial; Budapest es jiña ciudad republicana, anárquica, al estilo! de París. Rara vez se ve pasar por sus an, chas avenidas una carroza con escudo en ¡la portezuela... No parece sino que Budapest tiene odio á todo lo histórico, á lo rancio... -Queremos un Rey nuestro, bien nuestro, ó un presidente. -Hemos de luchar hasta recobrar nuestra completa independencia. -Nuestros ministros son unos perros, unos antipatriotas. i Pobrecillos -pienso yo al oir tales barbaridades- ¿Que haríais sin el apoyo moral y material de Austria, de esta nación que tan injustamente maldecís, después de haberos hecho tanto bien... ¿De dónde sacaríais el dinero para sostener el país... ¿Dónde está vuestra industria, vuestro comercio. El puerto de Fiume, el único que tenéis y que robasteis al pueblo cróato, no tiene ningún valor... Pobres de vosotros el día que Austria os diga: ¡Ya se acabó, todo; arreglaos! Todas estas ideas vienen á mi mente al oir á los campeones húngaros. No, los húngaros no tienen razón... Jamás ha hecho Austria con ellos lo que ellos han hecho con los pobres croatos. El mozo se acerca á mí. Le pido la cuenta, pago y salgo... En la calle, inundada de luz y vida, veo á las mismas mujeres, con. sus valiosos vestidos cargados de brillan- i tes. Mis ojos, sin querer, tropiezan con aquella peletería tan hermosamente ilumi- nada... Me parece volver a oir aquella; frase: r ¡Pero si ño puedo, bien lo sabes tú! iY regreso contento á Viena, donde todavía hay orden, amor, familia, buenas madres y esposas fieles... 1 En Budapest, las orillas del Danubio, con sus grandiosos palacios, son magníficas; no tienen igual. El Hofburg y el Parlamento ¿011 edificios que no se ven en Viena ni en ¡París. Los demás edificios, tanto públicos como privados, son todos riquísimos, monufaientaíes. -i A pesar de tanta riqueza en palacios, jBudapest es una capital sin alma, sin co. Enfrente de la Opera hay uñ resiaufánl razón. Entre sus muros modernos, el viaIjero se siente intranquilo... Budapest tiene muy célebre. Es el restaurara Dreher. Son ÍEU residencia real desocupada, y carece de las nueve de la noche, y los flaneurs entran ¡príncipes, princesas, diplomáticos, que den en él para tomar su diner. Cerca de nuestra ¡Calor á síi vida pública y privada... Los mesa están sentados tres diputados de la- -s. vimágnates, coa sus trajes llenos de entor- oposición... chados y sus botas de charol, cuadran muy Cómo hablan en voz alta, no es necesario Jlbien en los escaños del Parlamento húnga- hacer esfuerzo alguno para seguir el hilo. ro; pero H 5 S causan risa al verlos pasear Se su. cojiYersación CONVOCATORIA DANUBIO: LOS INGENIEROS INDUSTRIALES Para íratar importantísimos asuntos se convoca á todos los antiguos alumnos de la; Escuela Central á una reunión que tendrá! efecto el viernes i i á las tres y media dé la tarde. Con la mayor urgencia se ruega á los residentes en provincias que asistan á dicha reunión, en la que habrán de tomarse acuerdos definitivos, cualquiera que sea el número jle aifctentcgrHLíf Qomisión.

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