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ABC MADRID 17-03-1912 página 9
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ABC MADRID 17-03-1912 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C DOMINGO i 7 DE MARZO DE EDICIÓN i PAG: 9. Pújalo. Ha sido Infructuoso el paseo. Enrw queta había sufrido un colapso. Su vida pw ligraba. El doctor Valentí Vico viene por el clausi tro, entre dos hermanitas de la Caridad. Viene de visitar á Enriqueta. Se nos aproxima con aire misterioso. Estamos allí algunos periodistas, y al verle tan decidido, nos dis. ponemos á escuchar grandes revelaciones. -Ustedes serán de la Prensa... -Sí, señor. -Y querrán saber algo acerca de quéta. Martí. -Es nuestro deseo. Pues yo sólo puedo decirles que se rirá muy pronto. Luego se cierra en un silencio Hermético. -Acabo de hacerle la viascopia, y esa es mi sensación. Cjue se muere. Después se aleja con el sombrero ladeado, con su barbita nevada y su chaquet obscuro Desolado por no saber más, me alejo, y me voy á la cárcel de hombres. PÚJALO, BANQUÉYMARTl LOS MISTERIOS DE BARCELONA LA SECUESTRADORA BE MINOS EL RASTRO DE UN CRIMEN. CON M 1 L L A N ASTRAY día con dolor en una pierna. Consultó al médico, adquirió medicinas recetadas. Persistía el dolor. Al día siguiente le dijo otra El jefe superior de la Policía barcelone- cocinera en el mercado: a me recibe á solas en su despacho. Soste- -Si te quieres. curar, yo conozco á una lemos una larga conversación. Yo no pue- mujer inventora de un ungüento que acaba io, sin embargo, referiros lo que D. José con todos los dolores... v ffillán Astray ha tenido la benevolencia- ¡Bah, será una porquería cualquiera! te referirme. Claro en la exposición, ex- -Te digo que no. A mi me ha curado. presivo en la forma, luminoso en el concep- Y mira si será bueno el ungüenfo, que hasto, me ha ido contando sus impresiones ta tiene grasa de persona. acerca de la célebre secuestradora, Al final, Accedió. Aquella misma ta r de le compró íeteniendo sus pasos en redor de la estan- por 10 pesetas el ungüento i una mujer cia, me dice: misteriosa, i Curó! Y ahora, cuando ha vis- -He hablado con el amigo. No con el pe- to el retrato de Enriqueta Martí, ha extiodista. clamado Un gran abatimiento cae sobre mí. -Esa mujer fue la que me vendió el un 1 Ha sido lo más interesante de mis andan- -Sin embargo, su concepto sintético, su güento. Esa mujer es la bruja que me puso zas folletinescas. risión con fórmula, el golpe de vista, podré buena. La cárcel modelo. El director, aiaDie, ac ¿jarlo á la voracidad publica... Parecería fábula esta narración si quien El Sr. Millán Astray sonríe un poco y ex. me la ha referido no fuese persona de toda cede á mi demanda. Un vigilante me lleva hasta una celda, y me abandona. Hay uní -dama: veracidad. Yo, guardando las debidas re- reja. Detrás, un pasillo tenebroso. A este- -Haga usted lo que le parezca mejor. servas de nombre y lugar, te la transmito, pasillo llega de imnroviso Juan Pújalo. Y como lo que se me antoja mejor es conlector, para lo que pueda serte útil. Juan. P- ujaló merece una crónica, un litar, referir, allá va la impresión del señor Pero, ahora bien, ¿cómo es Enriqueta bro, una biblioteca. Es un hombre formidaMillán Astray. Martí? ble. Chiquito, estrafalario, melenudo, con El ilustre jefe de Policía no gusta de ate Vayan algunos detalles sueltos. No es, unos mostachos rubios y caídos, unos ojos, nerse á los hechos concretos, al folio, al sino cuando ha decidido sacrificarlos, ene- de cinc, fríos y quietos, la corbata deshe- j balduque. Tiene un concepto elevado de la miga de los niños. La prueba es que Tere- cha, la camisa rota, todo el aire de un depsicología. El Sr. Millán Astray estudió un sita y Angelita no fueron maltratadas por menté. Al acercarse, me alarga su mano por poco á Enriqueta Martí; y la encuentra ana neurótica, una enferma, un caso de per. ella. Acaso no habiendo gozado nunca los la reja, y me dice: -Soy inocente. Consigne usted que soj Tersidad invencible, que tiene su sitio en el encantos de la maternidad, siente un bárbaro prurito por tener hijos, por amarlos. Es inocente. manicomio antes que en la cárcel: Y atropellado, colérico, con una voz pas -Un abogado inteligente podría sacar de trato agradable. Mo es culta, pero hamticho partido de tal mujer. Ha cometido bla con facilidad y se explica con desen- tosa y horrísona, me cuenta sus aventuras: -A los pocos días de casado me separé de crímenes, ha ganado algún dinero, y, sin voltura. Su situación económica no es desesnerada. En su casa fueron encontrados 34 Enriqueta. Es un cerebro que no he cono embargo, vivía en la miseria. No ha gozado cido jamás. Creo que no tuvimos hijos. del producto de sus infamias. Yo creo que duros y algunas ropas en buen uso Para defenderse usa de la mentira, y ¡Hombre! las cometía impulsada por un fatalismo -Ella me dijo, es decir, trie escribió, pue cuando se ve acosada, finge desvanecerse, demente. Hay una pausa. De pronto, yo le interro- desmayarse. Es rápida, vehemente cuan- ya estábamos separados, que había tenida do ha encontrado pronta y satisfactoria res- una niña, Angelita. Yo volví á los dos días go al Sr. Millán Astray: de haber dado á luz, y me extrañó ver que -Y de supuestas complicidades con gen- puesta. Su vida anterior ha sido la incoherencia no tenía. leche y que andaba por todas partes conocidas, ¿qué opinión tiene usted? 1- -En Barcelona la fantasía popular es me- y lo absurdo. Teniendo algún dinero acudía tes ágil y desenvuelta, como si no le hubieHiterránea. Han circulado mil supercherías á conventos y cuarteles en busca de la sopa ra ocurrido nada. Ahora me convenzo dé Estupendas. Unas veces era Enriqueta Mar- boba. Alquilo una vivienda en la calle de la que mi mujer me engañó una vez más con tí agente de un instituto de acróbatas; otras Paloma, núm. 7, donde no fue jamás; pero aquel parto simulado. Una vez más, porque, ¡tveces era facilitadora de grasas humanas que pagó siempre escrupulosa. Iba frecuen- me ha engañado muchas veces. ¿Sí? I? jpara un médico parisiense curalotodo; hasta temente á la callé de la Luna, número 22, ¡Es igual! ifué, en el sentir versátil de la opinión, ter- donde, por cierto, vivió Posa. Por las maña- ¿Y qué opinión tiene usted acerca de fcera en monstruosidades atribuidas á indi- nas acudía astrosa, nauseabunda como una- mendiga de la peor laya. Por las tardes iba Enriqueta? viduos de la buena sociedad barcelonesa. -Que es una loca. Yo no conozco su Todo esto es absurdo. Y lo último, espe- vestida de seda, con plumas en el sombre cialmente. Ni una prueba, ni una sospecha, ro. Allí charlaba con un viejo nigromante, vida al detalle, porque me fui pronto de su ni un indicio hacen alentar esta suposición. dado á la cartomancia, que ahora no resul- compañía. Pero es capaz de todo. Ahora, Por lo demás, es una cosa burda, que haría ta culpable ni cómplice; pero al que con- que yo no. sé nada, pues de nada me dio parte. sultaba sobre artes de hechicería. reir si no fuese tan macabra. Pújalo habla con incoherencia, sin mediEl Sr. Millán Astray responde, cateEstos son los detalles nuevos que pudo górico: mi diligencia entresacar en este fárrago de tar, impetuosamente. Habla de sus infortunios, de sus calamidades y de su inocencia. -No. Eso es una patraña ae ia gente. suposiciones en que Barcelona se debate. Enriqueta Martí es una neurótica que se Y ahora, en conclusión, ¿quién es Enri- Luego me dice que es pintor y vegetariano -Si, soy pintor. Una vez viendo una alCreía curandera. Es un caso de bruja anti- queta Marti r gua. Hubiera sido quemada en Zocodover. En mi leal saber y entender 110 es más cachofa, se me ocurrió pintarla. Entonces COMO ES ENRIQUETA MARTI que una hechicera, hechicera por sus fecho- tomprendí que tenía un artista dentro. Y lo rías, no por su cara ni por su espíritu. La soy, ¿sabe? Un gran artista no comprendido. r Luego me cuenta su iniciación en lo ve Voy formando mi juicio, aventurado, única sospecha para otras suposiciones, está acerca de Enriqueta Martf. en una lista de nombres y domicilios ha- getariano: -Aprendí á comer hierba en los montes. Se trata de tma curandera. Ignoro sí por llada en su mansión. Pero estos nombres autoconvencimiento ó por lucro. Ignoro si son de gentes conocidas por su amor á la Yo no me moriría de hambre teniendo meíes una criminal demente ó una criminal caridad, gentes que fueron víctimas de sus jorana v tomillo. Ahora, en la cárcel, no íiata. El hecho, al parecer claro, es que ha socaliñas acostumbradas, pues Enriqueta pruebo el rancho. Me mataría. Como un puSecuestrado á varios niños para componer lo mismo vendia un ungüento que limpiaba ñado de trigo. ¿Ve usted? Introduce su mano en la faltriquera y, ¿rogas maléficas. un bolsillo. granos. -Vov á deciros ío que ayer me contaron EN LA CÁRCEL DE MUJERES saca unos mejor alimento. Esto y agua. -Es el personas de toda autenticidad, y que tiene Hablamos unos minutos más. Se aleja. Esta mañana he ido á la cárcel de mujejjna enorme importancia. La cocinera de cierta casa amaneció un res para ver á Enriqueta Martí y á María Pújalo es. un pobre hombre sin cultura, pery

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