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ABC MADRID 04-12-1910 página 5
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ABC MADRID 04-12-1910 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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A. B C. DOMINGO 4 DE DICIEMBRE DE í 9 T EDICIÓN í PAG: S. EL SUCESO DE AYER ATENTADO FRUSTRAD! INTENTO DE AGRESIÓN En las primeras horas de la tarde de ayer, y al salir de su domicilio, estuvo á punto de ser objeto de una agresión el ex ministro conservador Sr. La Cierva. Un individuo que vestía traje gris, algo deteriorado, y. que representaba tener unos treinta años, que por allí andaba, al observar que el Sr. La Cierva se disponía á subir al carruaje que se hallaba a la puerta de su casa, se abalanzó hacia el coche, al mismo tiempo que se llevaba ks manos á los bolsillos de fa americana, como si tratará de sacar algún arma. El agente de Vigilancia Sr. Alviach, que presta allí servicio, detuvo en el acto á aquel sujeto, logrando evitar que fuera agredido, el Sr. La Cierva El propio agente 1 Alviach condujo- al detenido á la Coniisarír más próxima, que. es la del distrito rT congreso, situada en la calle dé las Huertas. EL SR. LA CIERVA Conviene advertir que el Sr. La Cierva io se dio cuenta de nada de lo ocurrido. En su carruaje se dirigió al Congreso, adonde llegó á las cuatro menos veinte, y tranquilamente conversó un instante con algún correligionario y dos periodistas, yendo luego á ocupar su escaño. Allí conversó largamente con el conde de Penal ver primero, y con otros diputados de la minoría conservadora después. Próximamente á las cinco y cuarto, un compañero nuestro que se hallaba en la Cámara, se apresuró a solicitar noticias del Sr. La Cierva- -quien continuaba en el sa- lón de sesiones- -por. conducto de un se- ¡nador. E 1 Sr. La Cierva se mostró sorprendido por la interrogación, y aseguró que la versión era totalmente inexacta; que nadie había atentado contra él, ni él conocía el me- ¡ñor indicio que hiciera verosímil la noticia. Otras varias personas interrogaron lúe- go al Sr. La Cierva, obteniendo la misma negativa. Transcurrió largo rato sin que llegase confirmación, por lo que se dio por falso el rumor. Después de las seis salió el Sr. La Cierva deí salón, y entonces parece que un personaje oficial le dijo algo áe lo ocurrido. Enterado ya el Sr. La Cierva, salió del. Congreso y montó en coche, dirigiéndose; al Circulo Conservador con objeto de asistir á la conferencia que allí tenía anunciada el Sr. Sauz Escartín. Al Círculo Conservador acudieron numerosos amigos políticos y particulares del Sr. La Cierva para felicitarle por haber salido con suerte del percance que pudo po 11 er en peligro su vida. Entre las personas que allí acudieron figuraba el director general de Agricultura, D. Tesifonte Gallego, quien llevaba el encargo de felicitarle personalmente en nombre del presidente del Consejo. LA NOTICIA EN MADRID La noticia, abultada desde los primeros nic neinos en proporciones exageradas, se difundió rápidamente por la corte, Díjose que un criminal había disparado dos tiros sobre el Sr. La Cierva, y así fue comunicada al Congreso, al Senado, á la Diputación provincial, que en aquellos momentos celebraba sesión, y á los Casinos, causando la alarma y la sensación consiguientes. En las Cámaras, tanto los amigos políticos del ex ministro conservador como los senadores y diputados de otros matices apresuráronse á confirmar la veracidad del aserto; pero tanto el presidente del Consejo y el gobernador civil, en el Congreso, como el subsecretario de Gobernación, en el Senado, refirieron lo sucedido, afirmando que el presunto criminal había sido de ¡tenido, sin que hubiera llegado á cometer el atentado, y afirmando además que, según la declaración que había prestado, era cierto que había intentado llevar á la práctica su criminal propósito. Muchos senadores y diputados y algunos personajes de la situación actual dejaron tarjeta en el domicilio del Sr. La Cierva. EL ATESTADO Conducido á la Comisaría del distrito del Congreso, según antes decimos, fue sometido el detenido á un minucioso interrogatorio, formando el comisario el oportuno atestado. Dijo llamarse Francisco Sanmillán y Carro, de veintisiete años de edad, soltero, natural de La Guarda (Álava) y que había trabajado como fundidor de metales. El 13 de Octubre de 1904 ingresó en el Ejército y sirvió en el regimiento de Guipúzcoa, de guarnición en Vitoria, desde donde pasó á Aranjuez, desempeñando sus servicios como escribiente en la Comisión liquidadora, y allí permaneció hasta el año 1908. Después, y una vez licenciado, recorrió v. arias provincias, Logroño y Falencia entre otras, no trabajando en su oficio ni en otro- alguno en ninguna de ellas. Fue luego á Barcelona, en donde residió en casa de un cuñado suyo, llamado Pedro Gamboa, y como éste observase que Francisco no trabajaba, le obligó á ir á Beasaín, en donde trabajó, durante mes y medio, como pintor de coches en los talleres de una Compañía constructora de material ferroviario. Marchó de Beasaín á Vitoria, en donde murió) una hermana suya llamada Pelaya; regaño luego con su cuñado, y esto le obligó, hace pocos días, á venir á Madrid. -Llegó a Madrid hace siete días, á las seis de la mañana, hospedándose en una fonda de la calle de las Hileras, desde la que se trasladó, á las doce del mismo día, á la posada: del Peine, en la que durmió cuatro noches. No Gontento, sin duda, con su albergue, mudóse á otro, situado en la calle del Oso, núníero 11. Su vida en la corte ha sido errabunda. Muchos días comía en la taberna que primero encontraba. Ayer comió á las doce, y á las doce y media fue á las inmediaciones de la casa del Sr. La Cierva. Al ser registrado, le fue ocupada una pistola de calibre de 15 milímetros, cargaclá coa dos cápsulas. La pistola se hallaba montada, como para poder disparar en el acto. También se le encontró, entre varios pa- peles sin importancia, un librillo dé papel de fumar, en una de cuyas cubiertas había escrito lo siguiente: M. y L. -Los mataré. EN EL JUZGADO Desde la Comisaría, fue conducido Fran ¡cisco Sanmillán al Juzgado de guardia y encerrado en un calabozo, á disposición del juez. Prestaba ayer la guardia el Sr. y ante éste, y el actuario Sr. Moli 11 er prestó declaración el detenido. 1 ambién se hallaron presentes en este acto el presidente y el fiscal de la Audieni cia, Sres. González del Alba y Mena, res- pectivamente. Aunque acerca de lo actuado se guarda ba, como es natural, la mayor reserva, parece que en ningún momento negó Fran- i cisco Sanmillán sus intenciones de aten? tar contra la vida del Sr. La Cierva. Negó que estuviese afiliado á partido políticcTalguno, y. dijo que su proposito al venir á Madrid era el de matar ál Sr. Maura y al Sr. La Cierva, para vengar á la sociedad de los males que aquéllos la habían causado. El jueves por la tarde, y en ocasión en que el Sr. La Cierva informaba ante los Tribunales, estuvo en la Audiencia, y allí preguntó á un portero del: Colegio de Abo- -gados que dónde vivía el ex ministro con? servador. Informado convenientemente, se dedico á rondar por las cercanías del domicilio que le habían indicado, provisto de una pistola que había comprado por diez reales en el Rastro. Hace dos días, y una de las veces quft estaba en la calle de Alfonso XII. vio entrar en la puerta de la casa en que reside el Sr. La Cierva á un caballero con barba, blanca. Preguntó quién era y dijéronle que el ex jefe superior de Policía, Sr. Méndez. Alanis. Concibió entonces la idea de que dicho señor había de salir á la calle acompañado del Sr. La Cierva, y acechó su salida con el propósito de matar á ambos; pero como tornase á salir- sólo el Sr. Méndez Alanis, no quiso disparar contra él. Dícese que también ha estado estos últimos días en la tribuna pública del Senado y, en la del Congreso, de la que fue expulsado como sospechoso. OTRAS NOTICIAS El juez Sr. Martínez ha ordeñado á la Policía la práctica de algunas diligencias, acerca de las cuales se guarda la más ab soluta reserva. Sábese qué se ha practicado un detenido registro en la casa de la calle del Oso en que habitó Francisco Sanmillán, y se cree que no ha producido resultado satisfactorio, pues solo se encontró algunas prendas de vestir y varias herramientas. Está reclamado por el Juzgado milita! del regimiento de María Cristina por un delito de hurto que cometió cuando era escribiente en Aranjuez; También lo está por el Juzgado de LQ groño como autor de otro hurto. Francisco Sanmillán, tanto en la Comí saría como ante el Juzgado, se expresó sin exaltación de ningfin genero y con perfecta naturalidad. Su aspecto es de persona equilibrada, insistió en manifestar que no era anarquista y que no profesa ideas políticas.

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