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ABC MADRID 23-07-1909 página 8
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ABC MADRID 23-07-1909 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C VIERNES a 3 DE JULIO DE 1909. EDICIÓN 1. PAG, 8, r e s d e que el Goorerao dispuso llamar al servicio militar á los individuos comprendidos en la última reserva, acordó el Consejo del Banco de España mantener en sus puestos á los funcionarios del Establecimiento que se vean obligados á prestar Servicios en el Ejército y que se abonera sus respectivos familias los sueldos que les corresponda para que paedan atender á sus necesidades hasta tanto que, cumplidos sus compromisos militares, puedan volver al desempeño de sus cargos. erece ser conocida del púbnco una parte de la Orden del Cuerpo que ha publicado ayer el coronel del regimiento de León, Sr. Santa Coloma. Dice así el documento: A la sola noticia de movilización y sin recibir orden para ello, se han presentado eu el regimiento los soldados en situación de primera reserva Ricardo López Royo y Manuel Martínez Casanova, de la segunda y tercera compañía del tercer batallón. Esta conducta, que demuestra el buen espíritu de estos soldados, que presurosos vienen á cumplir sus deberes, es un hernioso ejemplo, que hago público con la mayor satisfacción. Ademas ue este nobilísimo rasgo, que indica el buen espíritu que rema entre los reservistas, el alumno de quinto año de Medicina D. Calixto Martín, reservista de de dicho regimiento, y que se halla veraneando en Oviedo, apenas tuvo conocimien to de la posible movilización del regimiento, se dirigió telegráficamente al teniente coronel de su batallón, D. Luis Mayorga, ¡anunciando su próxima incorporación á banderas. En igual sentido se han dirigido a sus jefes vanos soldados que actualmente disfrutan de licencia ilimitada. El guardia de Orden público Marino González, reservista del regimiento de León, se ha dirigido al teniente coronel señor Velasco, participándole su cambio de domicilio para que se sepa dónde se ha de avisar, en caso de movilización. El guardia íiarino se ha casado ante. ayer. os artilleros Los jefes y oficiales del 2 y del io. regimientos montados de Artillería obsequiaron anoche con un banquete á los ofi 1 1 ciales de las baterías de montaña que estaban de guarnición en Vitoria y están en esta corte de paso para Mehlla. Al acto, que fue una sincera manifesta, ción de confraternidad militar, asistieron, -además, casi todos los jefes y oficiales del Qgexpo de Artillería residentes en Madrid, reuniéndose en total 115 comensales. pero es má triste que todos se hallen bajo xóximamente á las nueve y media de el peso de la incertiaumbre. mañana, las puertas del cuartel se abrieron dando paso al batallón. i a Bolsa. El público Ha continuado ayer la baja durante! a ron repetidosprorrumpió en vivas, que fuelargo rato. sesión oficial de la Bolsa. El Interior al conLa tropa iba con gran entusiasmo. tado perdió 80 céntimos. El movimiento se El batallón, fuera de la generalizó y también descendieron los de- que conduce al una vez se dirigió por rampa cuartel, la camas valores: las acciones del Banco, por lle de Ferraz, Bailen y Mayor á la plaza del ejemplo, perdieron 6 enteros, y las de la Ta- mismo nombre, plaza de Provincias á la bacalera, 5 entero calle de Después de la hora oficial serenáronse algo tación. Atocha, para desembocar en la es los ánimos, y el Interior á fin de mes valía Durante las tropas á las cinco de la tarde 83. Su cambio de cie- vitoreadas el trayecto fueron el público, muj y animadas por que rre había sido el de 82,25. let excitaba á que dejen bien puesto el pabellón del pueblo madrileño. I os detenidos. Casi todos los soldados de este batallón Los detenidos anteanoche á raíz de los sucesos desarrollados ea la estación del Me- son naturales de Madrid. diodía lo fueron, unos, por los escasos agen- p n l a estación. tes de la autoridad que en los primeros mo- A la estación llegaron las fuerzas á las mentos había, y otros, en su mayoría, por i diez y cinco minutos de la mañana. oficiales del Ejército. Ei público, Fueron llevados á la Cárcel Modelo á dis- ras la llegada que esperaba desde largas Hotrató de entrar posición de la autoridad militar, la cual en- en la estación, del batallón, el paso la fuerimpidiéndole tenderá en el asunto. pública. Ei Juzgado militar eaipezó por la mañana zaA pesar de la consigna dada para que no 1 sus actuaciones. alguno en Los detenidos son tos siguientes: Roberto entrase público lo cierto es el andén, no se que entró muPalacio Molinero, Amando Martínez Na- sabe por dónde, el estaba totalmente varro, Miguel Esteban Gómez, Hermenegil- cha gente, y quede andén personas las que 2.000 do Nieto Moran, Eloy Grande Nieves, Ra- lleno, pasando encontraban. fael García Mínguez, Eíeuterio Medina Ro- allí se dificultad ni incidente fueron embarSin dríguez, José Moreno Lara, Lorenzo Aran- cando los soldados poco á poco, quedando zana Arroyo, Agustín García Clausín, Anto- listo el embarqtie á las once en punto de la. nio Cánovas Ayala, Andrés Diego Gómez, mañana. Martín Pérez de Goya y Ricardo Gandía. El entusiasmo en la estación fue grande Los tres primeros fueron curados en. el Gabinete médico de la estación de varias por parte de soldados y paisanos; los pri- 1 meros entonaron el Himno patriótico deí lesiones sin importancia. Todos los detenidos serán juzgados por batallón de Madrid siendo aplaudidos y vitoreados por la muchedumbre. haber cu oietido el delito de sedición. En uno de los vagones los soldados co locaron un cartelón con un letrero escrito con lápiz que decía: L corresponsal en Melilia nos dijo en uno de sus telegramas de anteayer que no podía comunicarnos los) nombres de los muertos y heridos en el último combate porque se lo impedía la censura. 1 1 I a noticia nos sorprendió tanto, que en el primer momento sospechamos que se tra, tara de una mala interpretación; pero después, al leer los periódicos de la noche, vi mos que todos los corresponsales decían lo mismo y que se trataba, por lo tanto, de una orden general. Respetuosos siempre con las autoridades, acatamos esta orden como las acatamos todas, pero también muy respetuosamente declaramos que no se nos alcanza el objeto que puede perseguir. Bien está que la cen sura militar intervenga en cuanto se refiere á planes y medidas y organizaciones; pero á ocultar nombres, ¿para qué? ¿Para llevar la alarma y la intranquilidad á centenares de familias, á todas las familias que tienen deudos ea Melilia? Triste es que unos cuantos adquieran la cert de su desgracia, L a censura. Nuestro p 1 general Pintos y la Sanidad. Como consecuencia de los sucesos de la madrugada, se redoblaron las precauciones por las autoridades civiles y militares. En los alrededores de la estación de Atocha se encontraba apiñada una gran muchedumbre, impidiendo el acceso á los andenes fuerzas de la Guardia civil. La cancela que da entrada á la avenida de la estación se había cerrado y estaba custodiada por medio escuadrón y dos secciones de Infantería de la Guardia civil, y fuerzas de Caballería del Cuerpo de Segundad. Próximamente á las seis y media de la mañana se presentó en la estación del Mediodía ei general Pintos, jefe de la brigada, acompañado de sus ayudantes; el coronel Páez jaramillo, jefe de la segunda media brigada, y la ambulancia de montaña de Sanidad militar. Sin incidente alguno, y en medio del mayor orden, fueron embarcando los jefes, oficiales y los soldados de Sanidad. -A las siete y veinticinco arrancó el tren mixto. El general Pintos dio vivas á España, al Rey y al Ejército, siendo contestados por los soldados y el público que se encontraban en los andenes y algunos pasajeros que iban en el tren. 1 os Cazado! es de Madrid. Desde muy temprano, por los alrededores del cuartel de la Montaña, que es donde se alojaba el batallón de Cazadores de Madrid, no se podía dar un paso por la afluencia de gente, en su mayoría familias de los expedicionarios. Se desarrollaron tristes escenas entre los soldados y sus familias. Los jefes del batallón dieron permiso á los soldados para que salieran un momento dpi cuartel para desped. rse de PUS. mujeios SALIDA DE LAS TROPAS Hijos de Madrid. El público dio entonces repelidos vivas 3. Madrid, á los Cazadores de Madrid y al Ejército. Uno de los reservistas del batallón, vas congado y discípulo del ilustre barítono Ta buyo, cantó un aire vasco á toda voz, J? l público le aplaudió con entusiasmo. Llegada la hora oficial de salida, el corneta de órdenes dio un toque de atención. A los pocos minutos el tren partía lenta- mente, mientras la banda tocaba el himno del batallón y se daban entusiastas vivas á España, al Ejército y á Madrid. Entre los que acudieron á ja estación á despedir á las fuerzas expedicionarias, tanto de las siete y veinticinco como las de las once y cuarenta y cinco se encontraban, en. representación de S. M. el Rey, el coronel de Estado Mayor Sr. Jordana; el capitán general de Castilla la Nueva, los generales Sres. Bascaran, Ramos, Andino, Manglano y Palanca, y todos los jefes y oficiales fran eos de servicio. -Entre el elemento civil se encontraban el subsecretario de Gobernación, señor conde del ¡Moral de Calatrava; marqués del Vadi lio, el alcalde, que llegó cuando el tren salí? de agujas, y el obispo de Sión También se encontraban los concejales Sres. Mazzantini, Martínez Kieisser, Gatv cía, Díaz Agero, Larrea y el Sr. Ruano, secretario del Ayuntamiento. Ei simpático gobernador civil se enteré que en uno de los vagones colocados á la cabeza del tren iban varios reclutas oriuní dos de Navarra. El marqués quiso despedir á sus paisanos, y se dirigió hacia aquel vagón. Al verle, los soldados le recibieron coa vivas y aplausos, que Vadillo contestó a b o zando á los animosos soldaditos. Uno de éstos se dirigió al marqués y le dijo: -Don raco, ¿no lama usted?

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