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ABC MADRID 07-04-1909 página 4
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ABC MADRID 07-04-1909 página 4

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C MIÉRCOLES 7 DE ABRIL DE 1909. EDICIÓN 1. PAG. 4. modificará muy poco sus fases. El Gobierno que se forme será un Ministerio de transición, sin ningún carácter; Gobiefno de aluvión y de colores varios, que, á todo tirar, durará lo que las rosas de Malherbe. lío es político el problema planteado, sino social. El pais, q e atraviesa un período de convulsiones, perturbado en su desenvolvimiento económieo, descaecido por su penu- ría agrícola, embarrancado en dificultades comerciales, preocupado coa el problema de stts colonias, ha menester de hombres excepcionales que resuelvan, que actúen sin demora en este caos político y acaben definitivamente con estas desacreditadas y perniciosas maneras de gobernar. Todo cuanto no sea esto, será hacer más complejo y grave cada día el estado económico social de la nación. No ha de tardar la realidad en confirmar mis sinceras y modestas previsiones. -Realmeatá asistimos á un espectáculo banal y poco interesante, de puro repetido. ÍJo hay en la presente coyuntura ni hombres ni programa que satisfagan á la opinión pública, desorientada ante el fracaso y ía desestimución de los partidos históricos. Cuanto á lo que habrá de durar esta angustia, este malestar colectivo, no es posible vislumbrarlo. Todo será incierto, incompleto y voluble. Por desgracia, la política, y sólo la política, seguirá en juego, poniendo al desnudo las conveniencias de los partidos y las concupiscencias de las agrupaciones sedientas del Poder; y entre tanto, la patria portuguesa agoniza y avanza á pasos agigantados, ó á su ruina, ó á la revo ución. No son otras, á mi modo de ver, las consideraciones de orden genérico que los momentos presentes ofrecen á todos los espíritus que mirea serenamente la verdad. Estamos en la expectativa de un nuevo Gobierno que antes de elegido y formado ya arrastra consigo los gérmenes de dolencia que dio al traste con los anteriores, va que del mismo mal enferman todos. A medida que pasan días es más densa la cerrazón, y no estamos en trance de poder dar sin peligro un salto en las tinieblas. AFFONSO GAYO. gurios. Salí de casa y me marché á dar un paseo. En la Carrera de San Jerónimo me encontré á un conocido diputado ministerial. ¿Dónde va usted? me dijo. No tengo rumbo fijo le contesté. Véngase usted conmigo á dar una vuelta me replicó. Dimos un paseo por las calles. Durante él me estuvo hablando del problema político. Todo está desorganizado, deshecho y en la mayor anarquía, según este parlamentario liberal. El presidente del Consejo no tiene energía para nada; hay mil descontentos en el partido y en la mayoría. Cada día se cambian gobernadores y se produce un motín en alguna ciudad de provincias. Cuatro ó seis personajes ministrables (ó que al menos ellos lo creen) perturban todas las tardes con sus tretas aviesas y coa sus intemperancias la marcha de la labor parlamentaria. Todos estos rasgos del cuadro me los iba trazando mi amigo el diputado ministerial. Yo le escuchaba en silencio. Es usted un poco pesimista le dije al cabo. No sea usted inocente- -me contestó sonriendo, -todo el mundo sabe que esto no puede continuar así. No llevamos todavía un año en el poder y la opinión está ya harta de nosotros Me despedí de este amigo y pasé por delante de la Central de los telefonos interurbanos. Había un gran corro de periodistas en la puerta. -Les pregunté el resultado del Consejo de ministros celebrado en las primeras horas de la mañana. Me dijeron que salían del Gobierno tres ministros. Dos han salido hace veinte dias. A los corresponsales de provincias les gusta esta renovación casi semanal de los consejeros de la Corona; así pueden telegrafiar notas interesantes á provincias. Les di la enhorabuena y me marché á almorzar. DOR LA TARDE A las tres fuí al Congre so. Los amigos me dieron detalles sobre la crisis. No estando completo el Gobierno, no se celebraría sesión. Fue acudiendo gente á la Cámara. Se contaban mil historias absurdas respecto ¿pretensiones de personajes á las carteras vacantes. El jefe del Gobierno estaba mareado. Sin energía no se puede gobernar decía uno. ¡Aquí está todo desquiciado y perdido! gritaba otro. Los que más chillaban eran los liberales. A las cinco el salón ás onferencias estaba de bote en bote. Se dijo que el Rey ha suspendido su anunciado viaje á causa de la crisis. Con los conservadores- -decía uu diputado ministerial- -el Rey podía ir á todas partes cuando quería; pero con nosotros se ha de aguantar en Madrid, porque cada semana tenemos una dificultad y una crisis A las seis Hegó á la Cámara un conocido parlamentario y contó Hnas escenas sumamente pintorescas que con motivo de la crisis se estaban desarrollando en casa del presidente. Dos nombres que circularon como de ministros probables dejaron asombrados y estupefactos á todos. ¡No puede llegar á menos el cargo de ministro! exclamó un ex gobernador civil. A última hora de la tarde circuló por la Cámara la noticia de una imponente manifestación celebrada en Barcelona. Los detalles que se daban eran muy confusos; sobre ellos se fantaseó y se llegaron á hacer suposiciones de una gravedad extraordinaria. Con todo esto aumentaron la ansiedad y la confusáén en el salón de conferencias. Todo el mundo hablaba á gritos y nadie se entendía. Me disgustaba profundamente este espectáculo r me marché á la calle. Un amigo á quien encontré intentó hablarme de política. Le atajé n el acto. Ya sé lo que va usted á decirme- -le dije; -qae esto está desquiciado y que aquí en este país no puede gobernar nadie más que un hombre enérgico como D. Antonio Maura. Desde hace meses que no oigo otra canción. Ha blemos de otra cosa. Cené y me dispuse leer los periódicos de 5 a noche. Hay que hacer un gran acopio de paciencia para llevar á cabo esta empresa Todos los periódicos dicen lo mismo y lo re piten todos los días. Me sé de memoria los temas. Helos aquí: anarquía desgobierno concupiscencias reto ala opinión política cinismo opresión mayoría ia subordinada olvido del decoro pasiones desatadas debilidad y laxitud comparaciones con la figura recta y enérgica 6 Maura crisis semanales trasiego ct gobernadores motines en los pueblos recuerdo del- mando pacífico de los conservadores deseos de que se acabe este astado de descomposición y de inseguridad falta de labor parlamentaria é imposibilidad de hacerla por el estado anárquico de la mayoría carencia de plan de gobierno etc. etc. ¿Para qué seguir en esta ustaí s iiupoat ble leer periódicos. Todos dicen lo mistn en el tono más exaltado posible. Repasé por encima, los de anoche y los volví á dejar sobre la mesa. Después cogí uu libro, y tras una hora de lectura, me acosté Esto es lo que hice ayer, 6 de AorU de 1911, octavo mes de mando liberal. Ya ve el lector que mi jornada no pudo ser ni más sencilla ni más monótona. AZORIN ÍOR LA NOCHü NUESTROS GRABADOS I as regatas Oxford- Cambridge. Es uno de los acontecimientos deporté vos más salientes en Inglaterra las regates que anualmente se celebran en el Táraesis entre alumnos de las Universidades de Oxford y Cambridge. Hasta ahora han luchado en esta forma sesenta y tres veces los alumnos de ambas célebres Universidades, y haa triunfado en 34 regatas los de Oxford, contando en ellas las de este año, que vencieron también. Los equipos de Cambridge han ganado veintiocho veces. Una sola quedaron empatados. Acuden á presenciar las regatas miles de personas, que manifiestan su preferencia por unos ú otros de los competidores, exhibiendo el distintivo correspondiente; azul obscuro los de Oxford, y azul claro los de Cambridge. La carrera se hace en un recorrido de 6.84.0 metros. La embarcación de Oxford empleó en ello diez y ocho minutos y cincuenta y ocho segundos. Su triunfo fue acogido con una ovación. ensordecedora, como lo fue el año pasado el triunfo de los de Cambridge. 3- IV- 909, LO QUE HiCÉ AYER DOR LA MAÑANA Voy á decirle al lecr tor lo que hice ayer, dia 6 de Abril de 1911. Me levanté por la mañana y comencé á leer los periódicos. La lectura de los periódicos va siendo estos días un tanto monótona y desagradable. En todos los artículos de fondo y en todas las crónicas se dice lo mismo. De los tres ó cuatro periódicos que me traen por la mañana, ojeé los fosdos y Jas informaciones políticas. En todos se arremete contra los liberales. Esto me parece un poco absurdo. Los liberales llevan ocho meses en el Poder. En ocho meses, ¿cómo se quiere que un partido desarrolle toda su política? Un periódico dice que es intolerable el estado de marasmo y de inactividad en que se encuentra el Gobierno Otro dirige duros cargos al Sr. Moret y confiesa que so confió nunca en sus promesas de liberalismo y de secularización. Un tercer periódico habla de la mayoría parlamentaria y dice que es un conjunto caótico y heterogéneo de emulaciones y de odios, inútil para cualquier empresa, facilitador de las turbaciones políticas, desprovisto de régimen y de ideales No he acabado de leer la prensa de la mañana. Todos estos ataques violentos, desmesurados, contra el jefe del Gabinete liberal me desagradan. No puedo repasar con calma esta serie no interrumpida de hipérboles, de exageraciones y de tei ribles au- MADRID AL DI A A dios, Madrid, que te quedas sin gente! Ayer hubo desbandada general. Empezando por el Sr. Maura, que montó en automóvil y se fue á Salamanca, no se sabe á qué; peto el que quiera saber que vaya é Salamanca. Siguiendo por una nube de personajes políticos que tendieron su vuelo hacia remotas regiones, de las que ¡ayí tío tardarán en volver. Y acabando por seiscientos y pico de botijistas que, montando en tren de placer, emprendieron el camine de Murcia para admirar los pasos de Salcillo y echar de paso un mechón de pelos blancos al aire. Para Sevilla salió también la mar de gente. Y de paso para la bellísima capital andaluza están entre nosotros dos príncipes japoneses, un ministro del Gobierno francés y uno de los Rotschild. Lástima que no se queden aquí, porque verían algo queles causaría asombro: por ejemplo, la fiesta de la Cara de Dios el viernes. Otro ilustre huésped, éste marroquí, Mahomed Tazzi, tatabién recién llegado á la corte, preser iará inirraunnnunir n

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