ABC MADRID 14-09-1908 página 5
- EdiciónABC, MADRID
- Página5
- Fecha de publicación14/09/1908
- ID0004355281
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A B C LUNES 14 DE SEPTIEMBRE DE 1908. EDICIÓN 1 PAG. 5. nadas con arreglo á las prescripciones que fije el pliego de condiciones facultativas y para conservarlas y repararlas durante el plazo de garantía. No se comprenderán en el presupuesto los gastos de expropiación que puedan ser necesarios, porque las expropiaciones, si las hay, se liarán directamente por administración. 10. Los proyectos, firmados por ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, deberán redactarse en español, y las medidas se expresarán en el sistema métrico decimal. 11. El mini terio de Fomento, previo informe del Consejo de obras públicas y los demás que considere necesarios, adjudicará con entera libertad la construcción de la obra á que se refieren estas bases al concursante cuya proposición estime más conveniente, reservándose el derecho derechazar todas las proposiciones presentadas, sin que se admita en ningún caso reclamación alguna de los concursantes cuyas proposiciones no sean admitidas y reservándose también el derecho de proponer á cualquiera de los concursantes las modificaciones de su proyecto que crea oportunas el ministerio. El concursante no está obligado á aceptar estas modificaciones; pero una vez aceptadas serán obligatorias, como t das las que contraiga con su proposición. e 12. El concursante á cuyo favor se haga la adjudicación de la obra quedará obligado á otorgar la correspondiente escritura ante el notario oficial del ministerio de Fomento, en Madrid, dentro del término de treinta días, á contar de la fecha en que se publique en la Gaceta la adjudicación del concurso. f 13. Antes del otoigamíento de la escritura á que se refiere la base anterior consignará el adjudicatario, como fianza definitiva, en metálico ó en efectos de la Deuda pública á los tipos asignados por las disposiciones vigentes, el 15 por 100 del importe de la obra fijado en la proposición ó modificado por el ministerio con la aceptación del concursante. 14. Si transcurriese el plazo señalado sia haberse depositado la fianza y sin haberse otorgado la escritura, se entenderá que el coneursante renuncia á la adjudicación, perdiendo la fianza provisional, quedando la Administración en libertad de hacer nueva adjudicación ó de anular el concurso. Bl proyecto correspondiente quedará de propiedad del Estado. 15. Firmada la esentura, se devolverá á los demás concursantes los respectivos proyectos y las fianzas que les correspondan, considerándose al adjudicatorio como contratista de las obras para todos los efectos legales. -16. El contratista dará principio á las obras dentro de un plazo máximo de un mes, contado desde la fecha de la escritura, debiendo comunicar á la Administración la fecha precisa en que ha de comenzar los trabajos para la debida inspección. -17. Las obras se ejecutarán con arreglo al proyecto presentado y á las modificaciones que acuerde el ministerio y acepte el concursante antes de la adjudicación. El ministerio dictará disposiciones especiales para la inspección de las obras. 18. Las cuestiones que se susciten por la ejecución de alguna obra, en el caso de que disfruten de patentes los sistemas de construcción que en ella se empleen, serán de cuenta y riesgo del contratista, no admitiendo la Administración responsabilidad alguna por tal concepto. 19. Los accidentes del trabajo que pue; dan ocurrir durante la ejecución de las obras serán de exclusiva responsabilidad del con -tratista, el que queda obligado al cumplimiento de lo dispuesto en las leyes y dispo, si don es vigentes sobre la materia. l l 2 Se abonará al contratista, mediante certificaciones mensuales, el importe de la obra que vaya ejecutando, aplicándose para obtener las valoraciones relativas á aquéllas los precios de los cuadros correspondientes del presupuesto según las mediciones directas que han de practicarse al efecto. Estas certificaeiones se harán efectivas en moneda española y estarán sujetas á los impuestos establecidos, pudiendo el ingeniero encargado dejar de certificar hasta el 20 por 100 del importe de las valoraciones mensuales, cuando haya para ello causa justificada, ajuicio de la Inspección facultativa de las obras. 21. El plazo de ejecución de las obras será el marcado en el proyecto aprobado ó el que! a Administración imponga y acepte el adjudicatario antes de la adjudicación definitiva, y contado á partir de la fecha del comienzo de las obras. 22, La recepción provisional, liquidación y recepción definitiva se ajustarán á lo dispuesto sobre el particular en el pliego de condiciones generales para la contratación de obras públicas de 13 de Marzo de 1903, que se aplicará á la ejecuGiónde estas obras, además de estas bases y de las condiciones facultativas. El plazo de garantía será un año, y durante este plazo la conservación y reparación de las obras serán de cuenta del contratista. necesidad, y me consta qué más de una vez socorrió necesidades bien expuestas, aunque careciesen de fundamento. Torres hizo la guerra de África como artillero; fue el jefe de la trinchera que tomó el general Prim, de quien hablaba siempre con elogio, no obstante haberle acribillado el peeho á balazos los catalanes. Quedó entre los muertos de la trinchera, fue recogido por los suyos y salió gracias á su naturaleza privilegiada. Pasó á Gibraltar y se hizo negociante; dese- mpeñó el Consulado de Marruecos en aquella plaza, y más tarde fue nombrado p ara otros cargos burocráticos; Bargas, que se sintió enfermo, aconsejó á Muley Hassan que le llamase por creer que sólo él podría substituirle con ventaja. Así fue, y el gran emperador de Marruecos no tuvo motivos para arrepentirse. Con Torres han contendido en más de veinticuatro años los mejores diplomáticos del mundo; ninguno logró engañarle; pocos, muy pocos, podrán ufanarse de no habet salido chasqueados. Recuerdo de una palabra muy frecuenté en sus labios, pero que sólo empleaba con aquellos que pretendían imposibles y qua, estimaban sencillísimo envolverle. Torres los conocía en seguida y, por inverosímiles que fuesen las peticiones, les contestaba afectuosamente diciendo: jiar, que significa: bien; pero que al propio tiempo es una interjección que significa: ¡pepino! Por estas y otras cosas, los chasqueados hicieron una atmósfera feroz contra Torres; pero hombres como sir Jhon Drumond Hay, como Diosdado, como Tattenbach y otros diplomáticos dignos de ese nombre, nunca han hecho de Torres otra o a que justificados elogios. Yo, en diez años seguidos de frecuente trato, no he notado en él ninguia deslealtád. Era un musultán á machamartillo; pero no era intolerante; lo prueba e! haber aceptado el cargo de embajador extraordinario del Sultán en el Vaticano cuando el Jubileo de León XIII, yendo á Roma eon nuestro inolvidable P. Lerchuudi. De su honradez, nadie podrá hablar siu elogios. Hacia el año 90 del siglo pasado había gastado toda su hacienda; tenía todas sus fincas hipotecadas. Muley Hassan ordenó liberárselas, y dispuso que por la Aduana de Tánger se le entregase un sueldo decoroso, el primero que ha cobrado un funcionario marroquí. A la muerte de Hassan, Bu- Kamed, verdadero regente de Marruecos, siguió depositando en él su confianza; lo mismo hizo Abd- el- Aziz, y seguramente Hafid habría seguido igual conducta. Recuérdese el importantísimo papel que desempeñó en Algeciras, donde trabajó con ardor, más propio de un muchacho que no del hombre caduco, próximo á los noventa años. Los últimos sucesos, lo de Marrakés, lo de Uxda, lo de Casablanca, éstos sobre todo, tiabrán quebrantado su espíritu y su cuerpo decrépito y no ha podido resistir tanta desdicha. Ya en Algeciras rogó, suplicó, encaieció á los representantes de Europa que hicieran comprender á sus Gobiernos respectivos la necesidad de implantar con mucha parsimonia las reformas acordadas en Marruecos, para evitar sangrientas sacudidas y un estado anárquico en el Imperio. Inspirados en sus ideas están los artíettlos que escribí en A B C los días 25 y 26 del pasado Agosto, No es, pues, extraño que se confirme cuanto en ellos se anunció. Difícil va á ser el nombramiento de su sucesor. El Mehebi, protegido de Inglaterra, no puede serlo. Quien le pudiera substituir es un hombre muy influido por las ideas de Torres y el que sublevó á Tétuán en favor de Haiid: el effa. r. NUESTROÍTGRABA DOS r e los tres asuntos á que se refiere la in f. ormacióh gráfica del presente número damos detallada noticia por separado en las secciones correspondientes. Esto nos excusa de repetir aquí la referencia, pues si lo hiciéramo. s duplicaríamos las tres noticias. I i 11 telegrama de Havas anuncia la ffiuer te df este marroquí, que tañí os años ha dado que hablar á la Prensa y que ha sido objeto de la constante preocupación del mundo diplomático. Me figuro cuántas cosas se han de decir con motivo de su muerte y cuánto se reiría él si pudiera hacerlo, porque, no obstante su grave seriedad, era hombre de buen humor, que se enteraba de todo y s, e reía de todo. Hacía muchos años que nos profesábamos leal amistad; no sé lo que haría más mella en su ánimo, si el médico ó el amigo; sé que me distinguió mucho, que depositó en mí toda su fconfianza, á la que no falté nunca, y que cuando hace un año me despedí de él lo hi ce con pena y como si un presentimiento me anuncia, 1 que no le volvería á ver. No se extrañe, pues, que estos renglones carezcan de adornos y filigranas; el sentimiento por la pérdida de tan buen amigo no me permite otra cosa que la exposición de algunos recuerdos. Sid Mohamed To. rres sucedió en el cargo que ahora desempeñaba á Sid Mohamed Bargas, también de origen español, aunque de más ilustre prosapia que el sucesor, cuya familia, según pude coleigir, era de origen modesto. Sus antecesores residían hacía siglos en Marruecos, y sus abuelos están enterrados en Rabat, alguno en Mogador y la mayor parte en Tetuán, bajo la sombra de un santuario erigido al antecesor del célebre Raisuli, quien por este motivo debía mucho á Torres, tal vez la vida, seguramente la libertad. Conviene insistir en esto para que se convenzan muchos españoles de que no han perdido ningún pariente, ya que fueron infinitas las cartas que en vida recibió, y en las cuales, como se adivinará, le pedían dinero, y en algunas, que volviese á la religión de sus padres- Nunca se burló de estas solicitudes, que estimaba unas piadosas; otras, hijas de la SID MOHAMED TORRES