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ABC MADRID 22-03-1908 página 1
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MADRID, D O M I N G O 22 DE MARZO D E 1908 NUMERO S U E L T O 5 CÉNTIMOS KtW f O i IVf 1 í A I f IVÍ M f O SAL ILUSTRADA. AÑO IV. N Ú M 1.021. 1 t u 2. É P O C A í í r f M A D R I D AL DÍA p u e s señor, el alcalde dio ayer una conferen d a casi pública sobre el tema Bl centenario del 2 de Mayo. -Medio de arbitrar recursos para su celebración la cual conferencia fué una de las notas más interesantes del día. Dijo en resumen S. M. que hay mucho entusiasmo por dicho Centenario, mucho calor, mucho patriotismo... pero el dinero no parece por parte alguna Si no fuera por el Rey, por el Ayuntamiento, por el propio alcalde y por otro corazón bondadoso que han aprontado en junto 11.000 pesetas, á estas horas ¡ni agua! Todo estaba previsto. Incluso otro Centenario cómo el del Quyote. También maniiestó el alcalde, variando la conversación, que se ha tomado el rábano por las hojas en lo del bando de caridad. No tíay obligación de suscribirse; hay la de firmar el padrón, cosa que ya sabíamos de memoria. Lo que tiene es que lo inhábil del bando está precisamente en eso: en darnos pretexto para ofendernos. Añadan ustedes á las pocas ganas! de dar un motivo para jactarnos dé no admitir imposiciones, y ahora, se lo explicarán ustedes todo, como én las comedias. Por los Tribunales, lo más interesante fué la vista de un procesó seguido á un individmo que eñ nombre de otros se dirigió á un tribunal exigiendo con el respeto debido que no se condenase á Nakens y consortes en el proceso Morral. Vamos, uña especié de alcalde de Zalamea, que ahorcaba con muchísimo respeto Falta saber lo que los peticionarios querían expresar al valerse del verbo exigir. Porque en a n a región del Norte la gente del pueblo suele llamar cursi á lo más elegante y distinguido que pueda verse. La política estuvo animada. EJn el Senado siguió hablándose de lo que, según se dijo ayer, no van á poder decir palabra los anuncios de los periódicos. Los señores de la Cámara Alta han tomado con mucho calor ese asunto. Nadie lo diría. E n el Congreso se barajó la cuestión económica y la local. E n este debate sigue jugándose á la obstrucción, porque el presidente no permite j u g a r al diávolo. La noticia más sensacional fué la del suicidio del general Borrero, figwra que u n día llegó á adquirir en España el relieve de la del general Boulanger en Francia. Ambos fueron olvidados. Ambos tuvieron idéntico triste fin. Otros sucesos, lucha épica ent e u n echador de cartas y un agente de Vigilancia, de la que resultaron éste con mordiscos- -lo que prueba qiíe anuéi echaba aig o más que. las c. nrtas: los dientes, -y u n conclave de cardenales encima, y el agresor, perseguido, acorralado y rendido, al fin, en la Pradera del Canal. Otro accidente de automóvil, éste en el paseo de San Vicente. La víctima fué esta vez, afortunadamente, un fawol; pero para el caso es igual. El auto iba á gran velocidad. El tiempo, benigno, pero con tendencias marcadas á molestar. Por la noche, u n estreno, ü n Eslava, La carneflaca, título doblemente pecaminoso, porque en Cuaresma huelga la carne y porque debe entrar en la esfera de los anuncios esos que dicen que van á ser prohibidos. La carne flaca, sin embargo, gustó al público d, e aquel teatro, que se pirra por la carne, aunque sea gorda. ifen la Comedia aeúut de Santiago, con un éxito grande. Ahora sí que el simjjático teatro de la calle del Príncipe podrá decir: ¡Santiago y cierra España! it i Osuna, Medinaceii, Montéllano, Valencia y T Serclaes; marqueses de la Romana, Mina, Gerona Viana, Monsalud y Cabriñana; condes de Daoiz y Velarde, y vizconde del Parque. Estos señores determinarán la participación que han de tener en los actos que se celebren. Ya me han contestado las Diputaciones de Navarra, Cádiz, Cácerés y Lérida, ofreciendo asistir á las fiestas de la cónmemorá ción y contribuir á darlas mayor brillaute z. -í r- -Pero ni usted, ni usted- -dijo un periodista dirigiéndose alternativamente al gobernador y al alcafde- -nos han dicho el objeto de la entrevista de ustedes. El alcalde al gobernador. ¿Quiere usted qae le apunte? El goberna dor al alcalde. -Quiero que apunte usted y que dispare. Y el alcalde prosiguió diciendo á los perio- -Pues el objeto de la visita ha Sido la consulta hecha por la Diputación de Navarra al marqués predilecto, representante de Paniplona, respecto á la imp rtáncia que ib a á tener la conmemoración del Centenario. Afirmó, el buen marqués del Vadillo y añadió que el objeto de la visita había sido ese y asuntos relacionados con la buena administración municipaL el Gobiernoí H ablando concentral del CeutenArio del 2 de La jHuta Mayo visitó ayer tarde en el Congrego al jefe del Gobierno parapeHirlemn créditode 25o.o bo pesetas con destirfo á la proeésión cívica, a l a creación de- ian. grup escolar y á la erección del monumento áf Daoiz y, Velarde. El Sr. Maura manifestó que no p uede conceder tal crédito, orque -sérviría de precedente para otras peticiones del mismo género. Ofreció, en camtíio, tratar del asunto en Consejo y recomendar á. los íministros que dediquen á dicho fin cuantos recur ps puedan allegar de sus respectivos departamentos. También prometió activar todo lo posible la aproba ción en el Senado (en el Congreso ya está aprobado) del proyecto concediendo el bronce para el monum ito. Finalmente dijo el Sr. Maura á la Junta que pasen al Gobierno las peticiones co ncretas de lo que necesite, y aquél verá el me dio de poder complacerlos. if M traron en la alcoba del general algunas personas de la casa, y, acercándose al Sr. Borrero, pudieron apreciar que éste se hallaba sin conocimiento. esperanza. Sin Avisado el médico de la Casa de Socorro, BODA D E S H E C H A POR CABLE DE N U E S T R O SERVICIO PARTICULAR ¡NUEVA YORK, 2 J 4 T se trasladó inmediatamente al domicilio del general Borrero, y después de reconocer á éste detenidamente, pudo apreciarle dos gravísimas heridas de bala; una situada en el cuello y otra en la cabeza. El médico, después de curarle, declaró que, WASHINGTON, 2 1 5 T aunque el general vivía aún, no abrigaba esperanza alguna de pladerle salvar, anto por la p 1 duque de los Abruzzos sale hoy de Nueva importancia de las heridas como por la pérdi- York en el Lusitania; créese que en dirección á Italia. da de sangre que había experiSientádo. Se insiste en que la ruptura de sus negociaciones matrimoniales con miss Elkins, es ya u n -a j u s t i c i a militar. hecho. Un hijo del Sr. Borrero dio aviso de lo Sin embargo, hay que esperar á que la noti ocmrrido á las autoridades militares de la ¡pla- cia se confirme. za, y poco tiempo después se presentó en el domicilio del general el juez militar, comandante de Infantería D. J u a n Valderrama, con objeto de tomar declaración al herido é instruir las oportunas diligendas. p l matrimonio concertado y próximo á veri ficarse del duque de los Abruzzos con lá rica heredera norteamericana miss Elkins, no se lleva ya á efecto, porque la prometida se niega rotundamente á abandonar la religión protestante que profesa. IMPRESIONES PARLAMENTARIAS F L M A E S T R O GALDÓS 1 a crAsa aci suicidio. La opinión más generalizada, y así lo cree el ayudante del g enéral Borrero, teniente coronel Sr. Pruna, acerca de las causas que impulsaron á aquél á atentar contra su vida, atri- j íbúye éstas á la terrible dolencia que venía padecien dp, y que, aunque lentamente, iba mi natido su existencia. ipiiaileciuncuto. A las dos y media de la tarde, siu haber pronunciado frase alguna jdurante su larga agonía, falleció el general Borrero, rodeado de su esposa, de sus trés hijos y de los íntimos de la familia: etalles D áUna tdelSsuicidio. la casa lia oiiiainiestaao criada de que las r e l e la madrugada y ó n ruido sordo que se repitió af poco rato, jpero no le dio importancia, por creer que se trataba de una ventana de la cocina que el vieiito abría y cerraba. Fueron sin duda, las detonaciones del arma con que se quitó la vida el general. El arma con que el Sr. Borrero ha puesto fin á su existencia es un revólver de pequeño calibre. T v la casa del general, Al tener noticia del triste suceso, el subsecretario del ministerio de la Guerra, general Molites, envió á casa del general Borrero á su ayudante el teniente coronel de Caballería señor Rico. n nombre del capitán generai estavo el coronel Sr. RebpUedo, Durante la tárde han sido muchos los milítares- que han dejado tarjeta en el domicilio del finado. Sil cadáver del general Borrero, vestido con levita de campaña, descansa sobre el lecho en ue dejó de existir. Un paño blanco rodea su cabeza, tapando las heridas. 1 entierro se verificará esta tarde. A puntes biográficos. El teniente general D, Francisco Borrero y Limón había nacido el 25 de Febrero de 1840. Contaba, pues, sesenta y ocho años de edad, y j) prten ía á una distinguida familia andaluza. El último cargo que tuvo fué el de capitán general de Aragón. Figuró también en política, siendo diputado á Cortes por el distrito de San Clemente, y senador por la provilfcia de Cuenca. La intervención del general Borrero en la política, especialmente desdej que con loS sucesos del 19 dé p t i é m b r e de 1886 se planteó de nuev y con cierto carácter agudo, el problettía ¿ailitar, fué bastante activa, -aaquiriendo en este térreno su personalidad bastante relieve, sobre todo después depa muerte del general Cassola, que fué el caudillo de los elementos reformistas. Su actitud política ió lugar á, múltiples incidentes, y distanciados enormemente los generales Martínez Campos y Borrero surgió entre ellos una cuestión personal, j ú e fué ven- tilaqa por las armas, sin que, por fortuna, tuviese consecuencias desagradables. El general Bprréi o ejerció diferentes mandos militares, y en lgúaa ocasión se creyó muy probable su entrada en el? ministerio de la G err Procedía del Arma úet Infantería, ycalcanzó el grado de teniente general en Noviembre de 1892. Estaba en posesión de las grandes cruces del Mérito Militar y dé San Hermenegildo. Actualmente se encontraba en situación de cuartel. De su matrimonio teník una hija, con quien vivía en la calle del Conde de Aranda, y tres hijos, que pertenecían también á la carrera militar. Uno de éstos es capitán de Caballería y otro de infantería. El tercero es teniente de este Arma, y se encuentra destinado fuera de Madrid. I L NÁUFRAGOS DEL Yi LLAR- RE L. D NUfiS, XE SBBl á; U? PARTICULAR H. na z i 8 N. Voy á tratar en breves líneas de un asunto muy delicado; quiero poner en mis palabras toda suerte de respetos y miramientos. Sé trata de un ilustre escritor que representa en la Cáma fa popular al pueblo de Madrid. El público conoce la marcha que en el Parlamento lleva el proyecto de Administración local; Se discute lentamente; un grupo de di íputádos republicanos se esfuerza en hacer obstrucción al proyecto. La obstrucción consiste en presentar numerosas enmiendas. Las enmiendas son discutidas y el grupo obstruccio nista pide su votación nominal. Ahora bien; para que una votación nominal sea concedida es preciso que la pidan siete diputados. Los que dirigen la campaña obstruccionista se han esforzado en reunir este número dé representantes en Cortes. La tarea no h a sido nada fácil; republicanos y solidarios han rehusado secundar estos planes. Al cabo, se han encontrado los siete diputados. Estos diputados son los Sres. Soriano, Nougués, Beltr án. Calzada, Moróte, Llórente. H e estampado los nombres de seis: me falta escribir el nombre del séptimo. No es otro este diputado que D. Benito Pérez Galdós. y aquí entran mis perplejidades y mis dii das. Pérez GalUós es una de nuestras primesas f rr tirno, 15 tf- fí -fí ¡x -yf fl íf f r ft -J -IÍ- i s- j -J n la playa deTorfeniieva, skio denominado Zarza, ha aparecido el cadáver de un náufrago del Villarreal, que las olas h an arroíado á la costa. En la cara y manos habían dejado señales los peces que se cebaron en sus carnes. 1 teniente de navio Sr. Zurriaga, al conocer la comunicación del comandante de aquel piáesto de Carabineros, ha marchado á Torrenueva para encargarse del c adáver. En todos los teatros y cinematógrafos de esta ciudad se darán fuiíciones benéficas para socorrer á las familias de los náufragos. E imm SiaieiDIO DEL GENERAL BORRERO Antecedentes. Desde hace bastante tiempo, el teniente general D. Francisco Borrero y Limón, que se hallaba en esta corte en situación de cuartel, venía padeciendo una enfermedad terrible: un cáncer en el estómago. A consecuencia de esto, las fuerzas del general habían decaído; pero el- enérgico espíritu del paciente, rebelándose contra los estragos de la dolencia, evitaba la postración, y eL, señdrBorrero h a cía su vida habitual. Era, por lo tantÓ cosa corriente verle salir de su domicilio, sitiado en la calle del Conde de Aranda, núm. 8, y dirigirse al c e n t r ó l e Má drid. 1 a noche antes. E t viernes llegó el géiíeral á su casa, á las siéte, y después de cenar se puso á jugar al be sigue, como otras noches, con su hijo don Francisco. Perdió el primer cartóa, y el hijo le ofreció la. revancha, que aceptó. Jugado el segmndo, también le fué ganadoí entonces le dijo: -Mala suerte tienes, papá. -Hace tiempo que la tengo mala. Se retiró entonces á su habitación. Etan las once y média. Pocos minutos después, su hijoiD. Francisco le decía desÜe él pasillo: -Buenas noches. Que descanses. -Adiós, hijo mío, hasta mañana. Tales fueron las últimas palabras que se vSabe haya pronunciado el general Borrero. p l suicidio. A las siete y media de la mañana de ayer entró una sirviente á la alcoba del general, ofrecién dose á su vista un terrible espectáculo. Br. Borrero, empuñando en su m no derecha un revólver, yacía en el lecho, en cuyas ropas se veían grandes manchas de sangre. Tratábase, pues, al parecer, de un s uicidio, aunque, según se nos ha dicho, nadie oyó rui do alguno. A las voees de la doméstica i: l rida eette- respeta su nombre; se le admira en España. Síi vida es una larga vida de trabajo: una gloriosa vida. ¿Cómo no ha de causar estrañeza ver á este hombre insigne sentado todas las tardes entre el grupo denlos diputados citados silencioso, cabizbajo, esperando durante toda la sesión para pedir de rato en rato u n a votación nominal? Se p uede ser un batallador polemista en el Parlamento; se pueden pronunciar numerosos y ardientes discursos de oposición. Pero, ¿no es un poco triste ver á esta gran figura nuestra sirviendo silenciosa de complemento á una obra de perturbación realizada por los dichos señores? ¿Cómo, cuando otros diputados no han querido prestarse á desempeñar este papel, se ha prestado Galdós? Con sencillez y con cortesía me he propuesto hacer mis observaciones en estas crónicas. Una vida de trabajo, una vida de gloria, u n a vida de entusiasmos populares y admiraciones, ¿puede tener este triste y obscuro epílogo? AZORIN EL CENTENARIO D E L DOS D E J l A Y O el alcalde. W abla alcalde de Madrid no asistió ayer mai; i ñana á su despacho, pero concurrió al de sa antiguo amigo el marqués ¿del jVadillo, y allí había sido llamado también el secretario general del Ayuntamiento... En cuanto al objeto de esa visita... oigamos al alcalde que, previamente invitado por el gobernador para que dirigiera su voz á los representantes de la Prensa allí congregados, dijo, sobre poco más ó menos, lo siguiente: Pues, señores, acabo de ser recibido por Su Majestad, que por cierto se muestra entusiasmadísimo ante la idea de la conmemoración del centenario del 2 de Mayo de 1808 y con la jelebración de la Exposición Histórica. Galantemente ha puesto á mi disposición cuantos objetos haya en sus Reales Palacios que se relacionen con los memorables y suntuosos sucesos y puedan enriquecer la Exposición é interesar. S. M. me ha entregado 5.000 pesetas para coadyuvar á los gastos de la conmemoración. Di cuenta al Monarca de la reunión celebrada anoche por el Comité ejecutivo del Centenario, de los acuerdos tomados y de la reunión que hoy volverá á celebrar. Y ahora, señores, es preciso que ustedes me ayuden mucho, porque yo solo nada puedo. Esta tarde veremos en el Congreso al señor Maura para abordar la cuestión capital, para pedirle dinero. Porque ahora no hay más fondos que las 5.000 pesetas de S. M. las 5.o po votadas por el Ayuntamiento y las 500 que hemos dado el Sr. Jiménez y yo, total 11.000 pesetas. Como ustedes comprenderán, sin dinero no se hace nada. En la reunión del Comité Sie acordó formar una subcomisión de Grandes de España que desciendan de aquellos hombres que lucharon por la independencia. Esta subcomisión la componen los duques de Bailen, Zaragoa Albur uergtt Taaisffle s. INFORMACIÓN POLÍTICA 1 o de Barcelona. Ayer quedó aprobado en el Congreso el crédito extraordinario para el aumento de fuerzas de Seguridad y Vigilancia en las provincias de Barcelona y Gerona. Juntamente con el proyecto se aprobó la enmienda creando el cargp de comisario de la Policía en la primera de estas dos poblaciones. No hubo debate para aprobar dicha enmienda, pues aunque el señor Suárez Inclán pensaba combatirla, desistió de hacerlo en virtud de alguna indicación de su jefe Sr: Moret, quien se mostró conforme con lo propuesto por el Gobierno. El proyecto pasará al Senado, en donde tampoco encontrará dificultades y será aprobado rápidamente. Durante toda la tarde se estuvo dando vueltas á estas dos preguntas: ¿quién será el nuevo comisario de Policía de Barcelona? ¿Para qué cargo se nombrará al Sr. Pozzi? Se creía que este señor iría de juez especial para entender en los procesos incoados por los delitos terroristas. Se decía que el cargo que ocuparía sería el de gobernador. Se suponía que sería nombrado juez special y comisario de Policía. Otros indicaban para este nombramiento al coronel del 14.0 tercio de la Guardia civil, Sr. Cossío. Lo indudable es que en virtud de la nueva organización, se merman algunas facultades al gobernador de Barcelona, descartando de sus iiMMBMiwii atribuciones aquellas que son esencialmente POR TELEFONO de Policía. DE N U E S T R O SERVICIO PARTICULAR Anoche d e d a el ministro de la Gotíernacióu VALENOA, 2 í JO N. que el Sr. Pozzi no será nombrado para ocu 1 a noticia del suicidio del general Borrero, par ningún cargo en Barcelona, y qme el viaje ha causado en Valencia dolorosa impre- de dicho señor á Madrid no ha obedecido al sión. propositó que ha circulado estos días. En el correo de Madrid han salido su hijo y Respecto del nuevo comisario áe Policía de su hefmano político el general D; Demetrio Barcelona, dijo el Sr. La Cierva que el GobierCueiaesij no MQ tiene aún designada la persona ue ha

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