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ABC MADRID 12-10-1907 página 1
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ABC MADRID 12-10-1907 página 1

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EOCTUBREDE 1907 IJMERO S U E L T O E N T I M O S ígíf íf i H s i M i a a- i mmmB BwaaBi BftggsBaaa W CRÓNICA U N I V E R SAL n U S T R A D A AíQo IIL N Ü M 860, 2 É P O C A j tagana En el presente número incluímos el suplemento ilustrado de ocho páginas G E N T E M E N U D A ¡fi e deben exigir iodos nuestros suscripiores y compradores. PRECIO: CINCO CÉNTIMOS EN TODA ESPAÑA MADRID AL DÍA P otoño con sus suavidades deliciosas hizo ayer su aparición. Veremos lo que dura. Kl Ayuntamiento celebró sesión. Se mostró el de siempre. N o h a y quien le corrija. Hubo discusiones larguísimas, ardorosas. ¿Por qué? ¿Por cuestiones de interés vital para la vida municipal? ¿Por el arreglo d é l a Deuda? ¿Por la mejora de servicios? ¡Ca! por la separación de un empleado y el nombramiento de otro. X, a cosa llegó á ponerse fea. El alcalde llegó á mostrarse irónico. Dijo que no debía turbarse la alegría de la sesión. Vamos, que alegrémonos de haber nacido Y la gente, que sabe lo que se dice por ahí de que si el alcalde dimite, dimite el Ayuntamiento en masa, pensará lioy que sería u n a verdadera lástima que no se confirme tan feliz augurio. En su segunda l arte por lo menos. Decididamente, manos blancas no ofenden. ASÍ vino á decretarlo ayer el Tribunal de Justicia absolviendo á la mujer que hirió á su amante y cuvo proceso empezó á verseanteayer. Ivos taberneros visitaron al gobernador para ver si pueden seguir abriendo los domingos mientras resuelven ciertos extremos obscuros que embrollan la ley. El gobernador se hizo el sueco, aunque es de Soria. También le visitaron los estudiantes de algunas Facultades para pedir exámenes extraordinarios en Noviembre. Es de suponer que el buen marqués se inhibiera, ¡porque como á él le ha dejado suspenso el decano de la Facultad! En Apolo se verificó la función á beneficio de Málaga. I a función muy bonita. La concu rrencia poco numerosa. Una cosa es llover y otra dar trigo. De política, nada. E l Congreso, que se abrió anteayer, parecía ayer que se iba á cerrar hoy. Así estaba de desanimada la Cámara. Y la otra, la alta, ídem. De sucesos, el más notable un escándalo promovido por u n individuo, que después de una juerga edificante, faltó, maltrató y ha, sta hirió á la autoridad. En el camino del Pardo, un choque entre el tranvía de vapor y cuatro carretas, resultando herido el conductor de éstas. Y nada más de presente. I M i m n i ma iBMmiiminroiii. w. I- NOTAS MUNICIPALES I a sesión de ayer. Se abrió á las diez y media, bajo la presidencia del alcalde. Quedó aprobada el acta de la anterior, y se pasó á dar cuenta de los asuntos al despacho de oficio; pero antes el Sr. Ortega Morejón declaró que no habiendo asistido á la sesión última, mostraba su disconformidad con la actitud manifestada por los concejales liberales y republicanos acerca de la Memoria publicada por el alcalde sobre la desgravación de los vinos. El decreto de la Alcaldía, referente al acuerdo de la Comisión de subvención al Estado, por el cual se aprobó un presupuesto de 5.800 pesetas para adquirir material de enseñanza con destino á los grupos escolares de las calles de Bailen y Fernando el Católico, promovió largo debate, afirmando el S Largo Caballero que el material era deficieni? y el Sr. Iglesias que hacía falta más dinero, y el alcalde que en lo sucesivo se hará más, y que por ahora bastsfnte se había hecho con entregar la escuela pompleta. Entróse en el orden del día, y como siempre que se trata de personal, hubo empeñadísimo debate sobre la separación de un revisor veterinario municipal por faltas graves que, según el expediente que se instruyó, había cometido. 3 e presentó una enmienda que fué desechada por 12 votos contra 11, y luego fué desechado el dictamen por igual votación. Como en caso de ser desechado en todo ó en parte un dictamen de comisión puede, con arreglo al reglamento, acordarse que vuelva ó no á la comisión para que lo redacte de nuevo, se acordó en sentido afirmativo. También fué m u y debatido el nombramiento de un fiel de Consumos del extrarradio, asunto que se había acordado en la sesión anterior que no era de urgente necesidad, pero en la sesión de ayer se aprobó aunque con el carácter de interino y sin derechos personales cuando se le declare cesante. Con motivo de este dictamen, se produjo un vivo incidente entre los Sres. Gayo é Iglesias, que el alcalde cortó. Quedaron aprobados, sin discusión, dos dictámenes, y, entre otros, quedó sobre la mesa el relativo á la aprobación del proyecto reformado de la alcantarilla del parque del Oeste, con arreglo al modelo y nuevas condiciones presentadas por la dirección facultativa de Fontanería y alcantarillado. Poco antes de terminar la sesión, abandonó a presidencia el Sr. Sánchez de Toca y la ocupó el Sr. De Blas. La sesión terminó á las dos menos veinte minutos. mucho antes que no todo lo que es nuestro debe ser nuestro... Viajero. ¡Señorita! Tampoco usted será nunlALOGO DE BENAVENTE ESTRENADO EN LA FUNCIÓN VERIFICADA AYER TARDE ca dichosa. Tiene usted corazón. Crea usted que no me hubiera detenido aquí un solo insEN APOLO. A BENEFICIO DE LAS VICTIMAS BE LA INUNDACIÓN DE MALAGA tante, si no le hubiera á usted oído acusaciones contra mí... que no puedo aceptar resigna (FRAGMENTOS DE LA OBRA) do... Ya sé que esas acusaciones pueden servir Viajero. ¿Cree usted que no le habrá perao- de disculpa á los que fueron implacables... Y ESCENA PRIMERA en ellos no me ofenden... Pero en usted... en nado? L a señorita, sentada, iee. D e s p u é s el v i a j e r o Señorita. ¡Oh, no; eso no! Quise decir que usted... ofenderme, no... eso nada importaría, Señorita. (Asustada. ¡Ah! me lastima me duele, es que en usted quisiera mejor le hubiera sido morirse antes. Viajero. -Se muere cuando Dios quiere. Morir yo encontrar esa justicia más alta de que usted Viajero. -No se asuste usted. Usted perdone. Señoi ita. -No; usted es el que debe perdo- cuando uno quiei e, eso sí que dicen que no lo me habló, en que yo creo... Señorita. -Yo no puedo ofenderle... Yo qué nar... Estaba distraída... Me asusté... ¿No en- perdona Dios. Señorita. -Cierto, ¿Es que él murió así? Se sabía; lo que me dijeron, lo que dicen... Debí contró usted á ningún criado? ¿No llamó usted suicidó? comprender. antes quién era usted; pero por lo al entrar? Viajero. -Hay muchos modos de suicidarse. que oí no pude pensar que usted hubiera vuelViajero. -No, señorita, no. to aquí nunca. Señorita. ¿Deseaba usted ver á mi padre? Materialmente, no; moralmente, sí. Señorita. -Mire usted, será una tontería, pero Viajero. ¿Qué quiere usted? Será por la atracAvisaré. Viajero. o, señorita... Vuelvo á pedir per- Codo lo que he oído contar de esta casa, de esta ción que ejerce el lugar del delito sobre los dón. H a sido un atrevimiento. Pasaba por el familia, contribuye á que me sea penoso vivir criminales, según aseguran. camino; he llegado á este pueblo después de aquí. Ya ve usted, á mí qué debía importarme; Señorita. -Ahora es usted el que se culpa. algunos años... Al pasar me llamó la atención pero hay algo, qué sé yo, parece que donde Viajeío. -Yo, sí; por haber venido. Nunca este jardín; la puerta estaba franca; entré no han ocurrido desdichas queda siempre tristeza debe uno pretender revivir una sola hora de su vi á nadie, fui tan atrevido... y encantado con que se respira en el aire. Yo estoy triste desde pasado ni con el pensamiento. Recordar es enesta quietud, esta sombra, seguí adelante, ade- que vine aquí... y nada me sucede... Pero he vejecer y es morir. Hay mucho de mi vida eslante... Por fortuna, creo que mi aspecto no es oído contar á los criados viejos de la casa: parcido por estos jardines, por esta casa... Este Cuando esos señores salieron de aquí, arro- jardín está ahora triste como un cementerio. el de un malhechor. jados casi por la justicia... Señorita. ¿Pasó usted aquí nruchos años de Viajero. -No le gusta á usted esto? Viajero. ¿Cuando su padre de usted se hizo su vida? Señorita. -A mí, nada. Pasaría aquí cuatro ó dueño de todo? Viajero. -Sí, muchos... De niño; después una cinco días con amigos, muchos amigos; pero Señorita. -No, mi padre, no, antes... vez que huí de Madrid, de mi casa... esta quindejar San Sebastián y Biarritz... ta fué mi refugio; el refugio de unos amores Viajero. -D e allí vengo yo ahora. Señorita. -No tengo tan triste idea de la vida. muy tristes, muy desgraciados, que sólo tuvieSeñorita ¿Se habrá usted divertido mucho? ¿XJsted cree que todo lo que es debe ser así? ron unos días de felicidad aquí, lejos de todo... Viajero. ¿Yo? No, señorita. Estoy de luto... Viajero. -Todo lo que es... es así. Esa es la Después, aquí viví también, en los últimos Señorita. brutal realidad. Si debió ser eso, allá para los que tiempos, cuando la ruina de nuestra casa era Viajero. -E s verdad... ¿Muy riguroso? creen que todo no acaba en esta vida... ya inevitable... Días muy angustiosos, días en Seño fita. -Por mi madre... Señorita. -Para los que creemos. que mis padres y yo, sin hablarnos, en un si- ¡Qué pena! lencio hostil, parecíamos acusarnos cruelmente, injustamente... cierto, como se acusan los que, queriéndose mucho, no supieron nunca comprenderse. ¡Ah! el cariño délos padres mal entendido ¡cómo puede hacernos desgraciados para toda la vida... ¡Ese cariño nimio, faldero, que debilita, que acobarda... Esa eterna previsión de las madres que parece gritarnos siem pre con azoramiento, como si siempre fuéraV i tr T í mos chiquillos: Cuidado, no te caigas... Y nuestro paso, vacilante siempre, irresoluto, ccn aquel grito en los oídos... Y hemos de pensar como ellos piensan... y hemos de vivir como ellos vivieron... y hemos de querer como ellos quisieron... No es la vida la que nos dan... es su vida, la suya... Y sólo comprenden para nuestro cariño, ó aventurillas ligeras, sin consecuencias, que á nada nos comprometan para lo porvenir, y sobre esto siempre se harán los desentendidos y hasta lo verán con complacencia, y después, el matrimonio correcto, bur- gués, conveniente, la muchacha de buena familia... Me uua belleza discreta, de un carácter discreto... El verdadero cariño, la pasión, lo incorrecto, lo fuerte... ¡Ah! eso no, eso trastorna la vida, las buenas costumbres... Y contra un cariño así, que es nuestra vida, todos los medios son buenos para destruirle, para sitiarle, hasta por hambre, si es preciso para desesperarle y poder decir, al fin, cuando lograron su propósito: ¿Do ves ahora? ¿Te has convencido? Ese amor no te convenía... Era una locura... Si ios padres con su experiencia no enmendaran los errores de los hijos... Y pudieron más, siempre pueden más... Yo pude tal vez arruinar mi casa, yo sólo no; ayudaron otras gentes correctas también, con sus escrituras á conciencia, sus retros legalizados... A mí me arruinaron el alma, que ya no cree, que ya no espera, que ya no ama... Y ahí tiene usted mi historia; ese fué mi crimen, lo que usted oyó entre aspavientos de indignación a l a s personas de buenas costumbres... Un cariño de toda mi alma, defendido con toda mi vida... ¿Elora usted... ¿Elora Wt- Thl- i- a- TMH usted... ESCENA PRIMERA Señorita. -Siempre me pareció muy triste la SEÍ 5O RITA (Sra. Pino) Vea usted, íeo á Shakespears. historia de esta casa... Yo no sé si fué usted culpable, sé que fué usted muy desgraciado... y VIAJERO (Sr. ThuilHer) -Ótelo. Llorará usted Ja triste suerte de Desdémona. que pudo usted ser feliz... F O T A B C. Viajero. -Que nunca pese este ambiente soViajero. ¿Y usted se aburre en esta soledad? Viajero. cir A. los que creemos. Si yo no cre- bre su corazón. que no revivan para usted las Señorita. -No tengo más entretenimiento que yera en esa jubticia más alta... tristezas de esta casa... que si algún día ama Señorita. -Sería usted muy desgraciado. la lectura. usted, y ama usted sobre todo, nada pueda más Viajero. -Sería mucho más desgraciado. que su amor, porque nada vale más en la vida. Viajero. ¿Lee usted mucho... ¿Novelas... Señorita. -Dígame usted: ¿usted conoce á mi Y adiós, señorita, adiós... Usted me perdona, Señorita. o; ahora perfecciono mi inglés, ¿no es verdad? que casi tenía olvidado... Vea usted, leo á Sha- padre? Señorita. ¿Y usted á mi? Viajero. ¿Por qué, señorita. kespeare... Señorita. -Al referirse usted á él le consideró Viajero. ¿Qué dice usted? ¡Y la he visto á Viajero. -Ótelo... Elorará usted la triste suerte usted como un hombre sin corazón. usted llorar... ¿Qué no habrán rescatado esas de Desdémona... Viajero. -Hablaba en términos generales, se- lágrimas... Señorita. -i ox qué? Fué amada con pasión, Señorita. ¡Ulorar! No... Ea- s mujeres podemos son locura; murió inocente... No digo que su ñorita. Yo sé que su padre de usted es hombre suerte sea envidiable; pero yo lo prefiero todo de negocios; los hombres de negocios son todos hacer más que llorar... Ya verá usted como soy lo mismo; no pueden sñr de otro modo. Ejer- fuerte... ¡Ah, mi padre, mi padre... á vivir sin pena y sin gloria. Viajero. -Señorita... Sea usted muy dichosa. Viajero. ¿Mejor que una vida tranquila, pre- cen su derecho, y así debe ser. Todo les da la razón. Ya lo e usted. ¿No es stcd muy feliz, Un recuerdo más que dejo aquí enterrado. fiere usted una tragedia? Señorita. -Tragedia, no... Pero, en fin, algo gracias á su padre? N o son us edes todos feli- (Sale. de drama... Todo, menos esta vida de ahora... ces en esta casa? Nada les xaita á ustedes: riViajero. ¿Su papá es aficionado á la vida de queza, consideración social... E n cambio, los r O N C U R S O J N T E R N A C I O disipadores, los desordenados, los que viven campo? Señorita. -Nunca lo fué hasta ahora. No sé sin previsión, y dan sin contar, y prestan sin N A L D E BELLEZA, ORquién le proporcionó esta finca... Dicen que fué garantía, y son tan necios que no les basta con GANIZADO POR BLANdecir: estoy en mi derecho si ese derecho es una ganga. ruina y dolor para alguien, y mal podrían dorCO Y NEGRO Viajero. Q Señorita. -BtX 2i de una familia muy principal mir tranquilos aunque todas las leyes les dijeHa despertado verdadera expectación el anunde la provincia. Una familia que se arruinó por ran: tienes derecho á ello si el corazón les cio de este Certamen, cuyas bases publica en decía que no todo lo que es nuestro en iusticia las calaveradas de un hijo, su número de hoy Blanco y Negro, al mismo Viajero. i, ya sé; ya dije á usted que he vd- es nuestro justamente... Señorita. ¿Usted cree que mi padre tuvo tiempo que dos admirables retratos de miss vido aquí algún tiempo. culpa en la ruina de esta casa? ¿Usted cree que Margarita Frey, campeón de belleza de Chicago Señorita. ¿Conocía usted á esa familia? Sunday Tribime, que es el periódico norteamemi padre... Viajero. -Sí, señorita, mucho. Viajero. ¡Señorita! Nada dije... Usted perdo- ricano iniciador del Concurso. Si al abierto entre las mujeres españolas por Señorita. -Era gente m u y buena, muy linia- ne... No llore usted... No sé cómo pedir á usted juda. Del muchacho cuentan cosas horribles; perdón... Soy un miserable... Debe marcharme, Blanco y Negro acuden cuantas reúnen condidicen que acabó en la cárcel. y no quisiera dejar á usted así... ¿Cómo desha- ciones para disputar el premio á la belleza yanqui en nuestra Patria, es seguro que no será Viajero. -T d, muerto. cer el daño de mis palabras? Señorita. ¿Ha muerto? Señorita. ¿Usted cree que fueron sus pala- vencedora miss Margarita Frey. a ft 1ii jnMminüii ftf MM I w i i i i i ü j f t 1111 M i i i J W- bras? No las hubiera escuchado siquiera. Es Viajero. -Sí, ha muerto. Yo lo sé. Señorita. -Dios le habrá perdonado... Pero si mi corazón, mi corazón, que rae había dicho S ü G B A Ñ E S -JOYEISO. -ARENAIi, 10. tan mal había vivido... LA HISTORIA D E ÓTELO

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