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ABC MADRID 12-02-1907 página 1
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MADRID, MARTES 12 DEFEBRERODE 1907. NÚMERO SUELTO, 5 CÉNTIMOS j g ABC CRÓNICA UNIVER SAL 1 LUSTRADA AÑO IIL NÚM. 619, S) B 2. E P O C Á i i m i i i i i i n %liii i il Hiiidíiiiniiní II H S H I H H I B U H I Í U I klM ll lll li l J l l EL FESTIVAL EN EL PASEO DE hñ CASTELLANA ASPECTO GENERAL DEL PASEO DURANTE LA TARDE DE AYER. CARROZAS QUE MAS HAN LLAMADO LA ATENCIÓN: 2, JAPONESA 3. HORAS FELICES 4, TORRE DEL ORO 5, MODES DE PARÍS 6, ULTIMO CORREO 7, FORA A MORRIÑA 8, TERROR DEL MANZANARES 9, EL MUNDO VIEJO Y EL NUEVO Fots. Goñi. permanente juventud de su glorioso espíritu, AMPOAMOR. POR A N- siempre florido, siempre audaz y siempre perseguidor de las verdades nuevas, disfraces juyi TONIO PALOMERO de las mentiras viejas. Hoy hace seis años que mtirió Cainpoainor. Distraída entonces la atención pública con los incidentes de un suceso político, la luctuosa teclia se deslizó casi en silencio, apenas consignada por los forzados cronistas de la actualidad. Y el entierro del poeta, que debió ser una efusiva manifestación de duelo, quedó convertido, por otras manifestaciones, en un desfile casi oficial, casi solemne y casi ceremonioso. La realidad irónicamente respetuosa con el gran idealista, quiso también ofrecernos una humorada. Pero si á los fervientes admiradores del Maestro pudo extrañarnos el atentado, es seguro que su gran espíritu quedaría complacido siendo el protagonista de una de esas antinomias que su genio supo arrancar de las entrañas de la vida. Y si el hombre pudiera escoger la hora de 8 U muerte, Campoamor hubiese querido morir casi en secreto, como una lámpara que se extingue, sin que nadie se fijara en su muerte... Porque los grandes espíritus que revolotearon por todos los campos de la vida, quieren penetrar humildes en los del Misterio, temerosos de que el ruido mundanal espante sus propias meditaciones. No es ésta una lírica exaltación ae entusiasmo; es una verdad extraída de la obra y de la vida de Campoamor. Fuera necio suponer que el gran poeta no amara la gloria como todos sus hermanos, y no es aventurado pensar que se creyera en vida con perfecto derecho á la inmortalidad. Pero teniendo de estas cosas augustas el alto y puro concepto que las corresponde, despreciaba, por lo mismo, las pequeñas vanidades, que son grato manjar en las mesas espiritualmente desabastecidas; el aplauso, que atruena los oídos aunque no pase de las orejas, y el humo del incienso que llena las cabezas que no pudieron llenarse de otra cosa... Tal vez exageraba. Debería haber comprendido que los hombres como él pueden aceptar sin escrúpulos el homenaje de sus contemporáneos; pero su obstinación contraria merece el respeto debido á todas las creencias que tienen un origen puro, noble y desinteresado... La revista Germinal, de perdurable memoria, trató finalmente de convocar á toda la juventud española, en manifestación entusiasta, ante la casa del Maestro. Campoamor rogó, suplicó, intrigó para que el grandioso acto no se verificara, y como no era cosa de dar un disgusto á quien se quería proporcionar una alegría, fracasó el proyecto. Los redactores de Germinal al registrar el hecho, declararon su respeto por el poeta y le proclamaron uno de los suyos por la das... No sería digno de su gloria concederle en efigie un lugar permanente en nuestra vida... Para los poetas que, como Campoamor, gozan de la intimidad de nuestro espíritu, nada mejor que un monumento en sitio íntimo, recogido y sagrado... ¡Creeríamos que aún estaba entre nosotros y que volverían á sonreír sus labios y á animarse sus ojos con una mirada luminosa... Si yo fuera capaz de tomar iniciativas propondría ahora mismo la realización de este proyecto... ¡Es lástima que los admiradores de un general puedan ofrecer su figura á la públita admiración, y nosotros no podamos honrar debidamente á un poeta que también tuvo una espada noble, fuerte y triunfadora! H L P A R L A M E N T O Discútense estos dias e n l a s Cámaras no pocos proyectos, algunos de los cuales tienen alcance internacional, como por ejemplo, la cuestión vinícola del Duero y la concesión de los Sanatorios de Funchal, que no hace mucho origiiK) un conflicto con Alemania, resuelto, por fortuna, s i n consecuencias graves para nuestro país. Del asunto di cuenta detallada en A B C oportunainenVe. Ahora la cuestión h a cambiado de aspecto por ser portugués uno de los concesionarios. Si no hubiera nuevas complicaciones, la empresa que aquél dirige podrá convertir aquella parte de la isla de Madera eu un lugar tan agradable ó más que Niza ó Monte Cario, pues el clima es muy templado y la vegetación ubérrima; es u n a verdadera isla de los amores, como la llamó Camoens en Os Lusiadas. Más importante es la cuestión de los vine H a y crisis de abundancia. La región del Duero, que produce el conocido vino de Oporto, lucha con el resto del país, que también necesita colocar sus caldos. Por la barra del Duero, según los propósitos del Gobierno, sólo debería salir vino de Oporto; pero ocurre que el Duero no produce lo suficiente para expoitai y los productores tienen c ue comprar otros vinos similares para darles un tipo de licor como el de Oporto, aunque con una graduación alco hólica sensiblemente inferior á la de éste. En todo el país se b p r o d u c i d o un MARINEROS movimiento de piedad hacia los marineros portugueses condenados por insubordinación á bordo de dos barcos de guerra, á penas de destierro por veintiocho años en las posesiones africanas. La justicia militar fué aplicada en todo su rigor, pero todos se rebelaron contra la severidad de las leyes marciales, y ahora se pide al Rey clemencia para aquellos infelices, y nadie ignora que la prerrogativa del perdón es la más alta del poder de u n soberano civilizado. Es de esperar, pues, que D. Carlos otorgue el perdón que se le solicita, enjugando asi el llanto de muchas madres, de muchas esposas y de muchos niños que de no haber perdón podrían considerarse huérfanos. Aunque n o se n a fijado aún la fecha, sábese que en breve llegarán á Lisboa el Rey de Sajonia y la princesa Matilde. Para alojarlos hácense preparativos en los palacios de A. iuda y de Belem, donde trabajan activamente iiumerosos obreros. AFFONSO G A Y O De los suyos era, en efecto, Campoamor, como fué de los de antes, como es de los de ahora, como será de los de siempre... Quizá ninguna tendencia literaria, ninguna escuela poética, ninguna iglesia artística pueda estrictamente colocarle entre sus fieles; pero todas ellas encontrarán sin duda en la obra del Maestro virtudes dignas de sus preceptos, de sus leyes y de sus evangelios. Porque, partícipe del espíritu de lo universal, privativo de la Poesía desde los tiempos de Aristóteles, Campoamor no fué un poeta, sino El Poeta, es decir, el resumen del hombre en general como observa m ba el malogrado González Serrano. Conoció á los dioses que en las edades heroicas simbolizaban las grandes aspiraciones humanas, y supo evocarlos, hacerlos surgir de la vida corriente, como pedía Emerson. A pesar de su estética personal, tuvo la impersonalidad pro- p l Carnaval en Madrid. pia de El Poeta, y así pudo cantar todas las Reproducimos en el el presente número ideas, todos los sentimientos, todos los sueños varias instantáneas tomadas durante el co: ique al hombre acompañan por la tierra. He curso de carrozas del Carnaval de este año. aquí las fuentes de su humorismo y la justifi- La que en nuestro grabado aparece con el núcación de sus contrastes, de sus antítesis, de mero 2, titulada Japonesa, es propiedad de los sus paradojas y de sus ironías. H e aquí tam- señores de Macías; la núm. 3, Horas felices, de la bién explicada la extensión y la popularidad señora marquesa de Villamagna; la núm. 4, de su obra. En España, decía Clarín, la mayor Torre del oro, del Sr. Terrones; la núm. 5, Modes parte de los desengaños y contradicciones de de París, del Sr. Guerra; la núm. 6, Ultimo correo, la vida se expresan ya por el vulgo con versos del Sr. Esparza; la núm. 7, tora a morriña, del de Campoamor... ¡Conquista natural de los ar- Sr. Lens; la núm. 8, Terror del Manzanares, del tistas transcendentales... Nadie ignora que el Sr. Alba, y la núm, 9, El mundo viejo y el nuevo, transcendentalismo del arte está, según el Maes- del Sr. Pérez Fernández. tro, en sus vistas al infinito A la primera de las mencionadas le fué adju ¡Grande, admirable, eterno poeta... Su obra dicado el premio cuarto de coches, que por hainmortal sigue siendo el obligado libro de ca- ber sido declarado desierto en su categoría se becera. El nos dará lo que le pidamos, y para aplicó á la de carrozas. d a s nuestras interrogaciones tendrá siempre jjfaiBi una respuesta, que será un consuelo... Y nuestro espíritu fatigado descansará en sus páginas como en lecho de perfumadas rosas... ¿SL- rá posible que nos olvidemos del jardinero? Ya que, por desgracia, no puede oponerse á nuesIJSBOA, 9 FEBRERO, J 9 0 7 tros entusiasmos, ¿cómo no hacer algo que perpetúe su nombre y su memoria, aunque creaAwGRlPPE Y E L F R I O La epidernia de mos que ya son perpetuos porque jamás se olgrippe está cauvidarán sus versos... sando actualmente en L isboa numerosísimas Muchas veces, paseando por el Retiro mis víctimas. La semana pasada hubo días en que pasaron pequeños dolores ó mis grandes aburrimientos, he pensado que en uncT de aquellos rincones de 300 las defunciones, número ateiTador, porpredilectos de los amantes, de los poetas y de que hay que tener en cuenta que el término los melancólicos, estaría en su sitio un monu- medio normal no llega ni á la tercera parte de mento á Campoamor. ¡Se le habrá allí recorda- la cifra indicada. El frío ha sido intensísimo y h a producido do tantas veces! ¡Quizá él mismo estuvo muchas tardes por aquellos risueños escondites, enfermedades sin cuento. Puede decirse que ordenando sus pensamientos, imaginando una apenas habrá un vecino de I isboa que no esté, nueva dolora o escribiendo algunas humora- por lo menos, CüatJtij, aU. o. NUESTROS GRABADOS E L PERDÓN D E LOS TTlToTU r CRÓNICA PORTUGUESA L E L REY D E SAJONIA

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