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ABC MADRID 09-09-1906 página 5
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ABC MADRID 09-09-1906 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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VBC. DOMINGO 9 DE SEPTIEMBRE DE 1906- PAG. 5. EDICIÓN 1. V EN EL PUERTO DE BARCELONA EDIFICIO CONSTRUIDO EN LA PUERTA DE LA PAZ Y DESTINADO A DESEMBARCADERO DE VIAJEROS Y DEPÓSITOS COMERCIALES, QUE ACABA DE SER INAUGURADO fot. JVUrUtti. bien sabido que él se ufanaba de que no se le nos valga! ¡pues si alechar las semillas en ei. había entrado por las puertas del cielo ningún corazón que nació tal día y á tal hora, al ponei tonto? ¡Pues tampoco las traspasaba una co- la del cariño se olvidó agregar la del. amor! ¿Y de qué modo subsanar ahora tales errores, queta! Aquella situación llevaba trazas de no termi- cuando tantos gemían por causa de aquella muIE CÓMO ENTRÓ EN EL ¡Valiente trejer que esperaba á la puerta con tenacidad CIELO UNA COQUETA molina se oía nar, pues ni él santo portero era capa? de ablanpor las altu- darse, ni el alma se conformaba en abandonar i asombrosa? San Pedro se fue pensativo y preocupado. ras celestialesl San Pedro, profundamente in- toda esperanza, y suplicaba siempre, oponienLlegó callandito, desechó llaves y corrió cedignado, cerraba el paso á un alma que, acon- do quejas y sollozos á las atronadoras reprirrojos; dejó la hermosa puerta de la gloria engojada y angustiosa, pretendía traspasar las 1 mendas del guardián. puertas de la gloría. El Padre Eterno llamó á su presencia á San tornada y se fue, fingiéndose distraído, después de haber hecho al alma que aguardaba una se- ¡Medrados estaríamos! -decía enfadadí- Pedro para que le enterase del caso. sírao el celoso portero. ¡Bonito fuera que se- ¿Y no hallaremos ninguna circunstancia ña! de inteligencia... I Y he aquí cómo entró n e! cielo la más pe. dejase franca la entrada á la mujer más peli- atenuante para perdonar? grosamente coqueta que ha vivido en la tierral -Nada, Señor; fue en e mundo uña mu- ligrosa coqueta que habitó en el mundo. ¡Pues flojito cúmulo de censuras me espera- jer peligrosísima... M DE ATOCHA OSSOR 1O Y GALLARDO ría... ¡A ver, vengan las listas... 1 ¡FrioleSu amor ha producido enormes y numerora... ¡Uno, dos... ocho... veinte... ¡Apenas sas desdichas- y mientras tanto permanecía inhay condenados sufriendo por culpa de esta diferente, sin turbarse, sin que su corazón lamala pécoral tiese al impulso de la pasión. El alma, llorosa y arrepentida, pretendía en El Todopoderoso q u e d ó pensativo ante vano hacer creer á San Pedro que no era cul- aquel grave caso. uando visité el abandonado lazareto de Ozas pable; que se sentía casi inocente de toda San Pedro no cesaba de gruñir. cuyas construcciones modernas ruinosas mancha. ¿De qué mil diantres estaría compuesta contrastan con la vieja robustez del antiguo ¡Sí! ¡sí! A buena parte iba con sus gaz- aquella criatura? i fortín, acabó de impresionarme tristemente la moñerías! ¡Como si él no supiese que seis maEstas frases hicieron recapacitar al Sumo tapia que le rodea, musgosa y antipática, de rido, habían hecho infelices á sus esposas por H a c e d o r r- cementerio. Allí se aislaba á los navegantes culpa de ella! ¡Que lo menos una docena de- ¡Á ver! Hagamos una confrontación de que procedían de puertos infectados, y ahora muchachos habían perdido carrera, fortuna, los globos en que se guardan los componentes se pretende encerrar á los pobres escrofulosos porvenir, familia, por la ingrata que ni siquiera de las criaturas, examinando los correspon- ¡como si padecieran peste... se había dignado mírarlosl; ¡Que había varios dientes al. día y hora en que vio la luz del munContinuando mi peregrinación, seguí las c muertos en duelo y tal cual suicida por aquella do aquella peligrosa 1 mujer... rreteras que encaminan al Noroeste. Son capicara que aún se había atrevido á llamar á su ¡Pues no era nada! ¡Vacíos los globos que minos que parecen despeñarse hacia el valle; puerta y, lo que era aún más inaudito osaba contenían atractiva, simpatía, sugestión, talento, costean la montaña con atrevidos y peligrosos insistir afirmando que no se sentía culpable... gracia, picardía... ¡Virgen Madre! ¡Valiente serpenteos, la dominan y vuelven á deslizarse ¡Pero, Señor! ¡Por las once mil Vírgenes! amalgama de cosas irresistibles para ser dona- por la falda opuesta, con rapidez valiente. ¡Pues si la tal mujer había hecho en el mundo das sin peso ni medida... ¡Veamos los gloCerca de Santiago vi á los leprosos en s más estragos que la peste. ¿No se tenia bos que encierran los corazones! tSan José hospital, aislados y tristes pero con cierta fú- CRÓNICA FEMENINA S MUROS, CADENAS REJAS G

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