ABC MADRID 02-06-1906 página 3
- EdiciónABC, MADRID
- Página3
- Fecha de publicación02/06/1906
- ID0004346309
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ANO CUATRO. 5o6. CRÓNICA UN 1 YERILUSTRADA. SEMADRID, Ir DE JUNIO DE 1906. NUMERO SUELTO, 5 CÉNTIMOS de Palacio después del atentado y. la de ayer en la Carrera de San Jerónimo, han sido las más colosales que recuerdan los vivientes. Con ese piadoso homenaje sería dable quitar todo semblante de egoísmo á las fiestas. Según ya hemos observado la j ferocidad anarquista ha causado numerosas víctimas; ha hecho que muchos padres no vuelvan á ver á sus hijos, y que muchos hijos no abracen y besen de nueve á sus padres. Ha pisoteado, ha herido lo humano, lo permanente en los hombres, pero ha robustecido el sentimiento raiK nárquico, como contrafuerte de la defensa social, y ha dado á los Reyes una popularidad, con que aun los apasionados amantes de la institución no contaban. Se ha probado una vez más que el crimen es la estupidez. Para un pueblo sentimental é imaginativo, como el nuestro, se ha levantado á la joven Reina el más alto y el más firme de los pedestales. A la belleza, á la dulzura, á la gracia se las ha realzado con la magia del dolor no merecido y del peligro fiero y traidor conjurado por la acción providencial. Los vítores y sclamaciones que anteayer y ayer conmovían el corazón de la joven y augusta desposada tenían un acento de verdad y una vibración tan poderosa, que pocas ve: es habrán resonado de igual manera en oídos mortales. Y esa protesta contra el mal y ese saludo al triunfo del bien son las notas más hermosas de la humana naturaleza. ¡Eso no se oye todos los díasl crimina! autor de la hecatombe, y el pueblo, en un arranque disculpable de indignación, quiso ser juez y ejecutar la sentencia por su mano. El Ayuntamiento celebró sesión y en ella, al tratar de una justa protesta contra el salvaje atentado y una felicitación á los Reyes, la representación socialista provocó una tempestad, también justificada. Pablo Iglesias, que en muchas oca- siones ha sabido ser discreto, no supo serlo ayer. Se jugó en una pieza su popularidad, y en la jugada no ganó más que una arremetida dura, pero justa de sus compañeros de cabildo. La corporación acordó conceder ia propiedad de Jas dos primeras casas del barrio de obreros á la viuda del guardia Oviedo, muerto en la catástrofe, y al otro que resultó gravemente herido. El acuerdo merecerá el aplauso general. El entierro de las víctimas de la catástrofe fue una imponente manifestación de duelo, en la que tomaron Darte todas las clases sociales. Ya vencida la tarde, tomó cuerpo ia creencia de que el inglés detenido por la mañana no era el autor del atentado y que todo lo sucedido con aquél había que apuntarlo en el inacabable capítulo de las planchas policíacas. Por la noche hubo concurrencia num rosa en las calles y paseos iluminados. Pero no hay que darle vueltas, predomina en todo, aun en ese bullicio callejero, la nota triste. El sobresalto domina en los nervios, como el terror en el ánimo y la indignación en la conciencia. Hoy el MANUEL TROYANÓ número más atractivo de los festejos está encomendado á los Poderes públicos: la captura del infame criminal y su rápido y p 1 pueblo de Madrid, que tendrá todos ejemplar castigo sería la satisfacción comlos defectos que tienen los demás pleta, no sólo de Madrid, sino de Espapueblos, y aun algunos más, pero que ña entera. AEMECE también tiene un alma muy grande y una vehemencia más grande todavía, hizo ayer elocuente manifestación de sus noEL PRINCIPE VIUDO bles sentimientos. yer fue aclamado en las calles de Madrid Indignado por el bárbaro atentido del el infante O. Carlos, el Príncipe viudos, jueves, para cuyo hecho no hay protes- como el vulgo llama al caballeroso hijo de Catas bastantes, hizo á los Reyes una ova- serta, cuya boda con la malograda princesa de ción indescriptible. Dos estímulos sintió Asturias dio motivo á escenas tumultuarias en para ello: uno, la indignación sentida por las calles de Madrid. Todo el mundo reconoce que en el infame el atentado; otro, el ver á los jóvenes atentado del jueves el Príncipe viudo deReyes solos, sin aparato, sin escolta, en- mostró una serenidad y un valor admirables. tregados al pueblo y en él confiados como Todo el mundo aplaudía ayer al caritativo, al pudieran confiarse á la guardia de su Pa- humanitario, al bondadoso Jnfante que desde lacio. El delirio popular se desbordó, y el primer momento acudió á ver y á consolar Madrid mostróse digno de su honradez á los heridos y á las familias de los muertos. y de su hidalguía, aclamando á la Real Todo el mundo que le ve de cerca y Je trata pareja, que debió sentirse conmovida al reconoce en él al caballero perfecto, al hombre modesto y correctísimo, al padre amante y mover tanto cariño, tanta sinceridad. al personaje de un paso Otro testimonio de su vehemencia fue delo, por humildad y la corte siempresu papel, atrás por bondad en lo ocurrido con el inglés á quien se de- nunca un paso adelante por amor propio tuvo por creérsele autor del atentado El autor de estas líneas provocó una tempes Equivocadamente ó no- -si lo primero fue tad, parlamentaria y todo, porque en el verauna plancha más, si lo segundo un no de J 900 publicó en un importante diario éxito- -se dijo que aquel hombre era el una cromquilla que reflejaba la manera de pen- CRÓNICA POLÍTICA S AS TORPEZAS El horrible atentat DEL CRIMEN do ha producido en los ánimos la inevitable depresión. El acuerdo del Gobierno, tocante á la prosecución de los festejos, ha sido muy prudente. El anarquismo ha causado víctimas Numerosas; pero de esa otra manera habría obtenido un triunfo, demostrando que todas las alegrías sociales se desvanecen ante él Era muy difícil que en la presente ocasión de las nupcias del Rey, permaneciese inactivo. Todas las circunstancias favorecían la realización de sus inicuos proyectos. Lo preciso y determinado de las horas de la ceremonia; lo dilatado del trayecto, que había de recorrer el cortejo nupcial; la extraordinaria aglomeración de gente, que permite á un criminal esconderse con facilidad suma, como en espeso bosque un bandido; la misma distracción inevitable de las autoridades, cuya atención nunca muy intensa se halla solicitada por cien motivos diversos, todo concurre á hacer más segura la acción del delincuente calculador y de sangre fría, que medita y prepara largo tiempo el atentado. De ahí los recelos y presentimientos sombríos, que en medio de las fiestas surcaban como relámpagos de tempestad el ánimo de las gentes. La catástrofe de la calle Mayor al responder á ese estado de los espíritus ha hecho en ellos más honda la depresión. Para que ésta no se acentúe más y más es muy conveniente que los festejos sigan, aunque la piedad padezca. En esta guerra sorda y continua con los enemigos de la sociedad hay que proceder como en las marciales batallas: ilorar y honrar al que cae; pero pasar si es menester por encima para impedir el avance del contrario. También es indispensable 1i uir de cuanto se parezca en lo atropellado y ciego á lo brutal de éste, ni aun 6 título de justicia en su aspecto salvaje; es decir, de venganza sin meditación. Cierto, que han quedado nublados el esplendor y las alegrías de las fiestas; cierto, que las sombras de las víctimas caen, sobre el alma de cada ciudadano, para entristecer y dar matiz impío á las diversiones; pero hay un número, que o estaba ni podía estar en el programa y que debe ser el más grandioso de todos: el del entierro de los desdichados, que sucumbieron bajo el fanatismo de la ferocidad; de no ser posible de todos ellos, á lo menos de algunos como símbolo. Si, como se ha dicho, D. Alfonso XI 1 quiere presidir el sepelio, esta será la manifestación más significativa y Racional de cuantas al presente se efectúan y que, cual Ja del jueves en la plaza MADRID AL DÍA A 1