ABC MADRID 26-05-1906 página 13
- EdiciónABC, MADRID
- Página13
- Fecha de publicación26/05/1906
- ID0005100826
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1 A B C S Á B A D O 26 D E M A Y O DJS 1906. P A G i 3 E D I C I Ó N 1. Hegada. Al entrar d tren en el apeadero, la famiAa Real se acercó á la vía férrea. La tecoraotora del tren viene adornada con wscudos españoles é ingleses y Bandera de amitos países. El convoy avanza k n t o magestuoso. Se oye un ¡viva al Rey, estentóreo. Los clarines de la Escolta Real y la charanga del regimiento del Rey entonan el ged save tbe king. Al sonar las primera notas del Himno inglés, todo el mundo se descubre reipetuosanente. Ei Un momento verjcíaderamente emocionante. La tardé, espléndida; el paisaje, manchado ton notas alegres de color; los uniformes de personajes y soldado forman un conjunto bridante y vistoso. El tren se para. E n pie ante la portezuela del coche regio aparece la figura de D Alfonso, que se separa para dejar ver á la princesa Victoria, que aparece detrás, sonriente... Baja primero el Rey, que lleva uniforme de campaña de general de Artillería, con la insiglia del Toisón de Oro y la venera de las O r denes militares. Se adelanta á recibirle su augusta madre y e besa, y el Rey á su vez besa la mano á doña María Cristina. E n seguida desciende la princesa Victoria, fUe luce un elegantísimo vestido de seda azul, estilo Imperio, amplio sombrero de paja de Italia, con gasas y plumas blancas, velo blanco on motitas, y boa de plumas blancas también. Al cuello lleva itn magnífico collar de perlas; lOs pendientes son 4 e perlas, igualmente soberbios, y sujetando por detrás sus cabellos, de un matiz rubio delicadísimo, incomparable, prende Un broche Luis X V I de brillantes. La Princesa lleva como dije el corazón de ríllanfcs q e la regató d Rey en San Sebastián, y una pulsera también regalo de D Al nso. La Reina madre recibe á la gentil Princesa bon lo brazos abiertos, y las augusta damas e besan con gra afecto. La Reina entrega á la princesa Victoria un irecioso ramo de claveles rojos y amarillos. Bajan después la princesa Beatriz, que viste utahién de azul, y los hermanos de la futura Reina, el mayor con uniforme de marino y g o ra blanca, los otros dos con el típico uniforme 4 e los bíghlandert. Desciende luego el infante D Carlos. El Rey hace las presentaciones y entre las dos augustas familias se cambian tiernas rauesTas de cariño y simpatía. i L el capitán general Sr. Villar y Villate y el de la ptimera división, Sr. Aznar. El Rey presenta á ambos generales á la Princesa, que los saluda con una graciosa reverencia, siempre sonriente. Al pasar delante de la bandera, el abanderad o rinde el pabellón, y ét Rey y la Princesa saludan profundamente al pabellón nacional. El Rey y su prometida vuelven al centro d d apeadeiro. Los vítores y aclamaciones son verdaderamente delirantes. El marqués de la Mina hizo entrega á la futura Reina de España, e un magnifico ramo de orquídeas, azahares y claveles, del que pendían unas anchas cintas de moaré, con los c o lores de las banderas española é inglesa. Este ramo ha sido ofrecido por los Srés. IX N i c o lás Rintort y I Baldomera Cateura, capitalistas catalanes, que kan signiBcado de este modo su entusiasmo y su adhesión. Con la princesa Victoria venían dieciséis personas de su servidumbre, formando su equipaje más de treinta bultos entre maletas y sombrereras, precintadas y con las iniciales de la augusta dama. Las señoras, especialmente, dan ñiuestras de estar poseídas del mayor entusiasmo, agitand o sus pañuelos y gritando sin cesar ¡viva la Princesal Por todas partes se oyen exclamaciones alabando la hermosura de la futura Reina. 1 eomitiva. La princesa Victoria, un poco emocionada, se adelanta, siguiendo al Rey, kada ios Khcs. O o n Alfonao ttá serio, eon esa seriedad en peculiar en lo momentos en que una gran emoción embarga su ánimo. A los augustos novios siguen MI madres, departiendo amistosamente, y luego lo Infantes y los jóvenes príncipes de Battcnberg. Sigue luego el marqués de la Mina, el dnq ie de Sotomayor, la duquesa de San Carlos, los generales Pacheco y Bascaran y lo ayudantes d d Coarto militar, que van acompañand o á la alta servidumbre de la Princesa mis Cochrane y lord Cecil. La Runa Cristina y las princesas Beatriz y Victoria, suben á un lando descubierto ck la Casa Real. La prometida de O Alfonso se cubre con un abrigo color tórtola con guarniciones de terciopelo negro. D Alfonso monta á caballo y se coloca al estribo del coche. El infante O Carlos, al izquierdo. El entusiasmo sube de punto. Los jvivasl al. Rey y á la Princesa se repiten sin cesar por millares de bocas. Las Reales personas contestan saludando afectuosamente. El cortejo se oone en marcha al trote largo de los caballi El infante D Fernando, i caoalio, con el ministro de la Guerra, el capitán general y un brillantísimo Estado Mayor escoltan el carruaje regio. A continuación van las Infantas, y cerrando la marcha la Escolta Real v las fuerzas de Caballería. Mientras la comitiva regia se aleja en medio de una tempestad de aplausos y aclamaciones, d elemento cecial, el alto personal de la Compañía, muchas aristocráticas familias y los periodistas regresamos á Madrid en d tren regio. En el tren de fas nueve han vemóo muchas familias madriTenas, que han invadido los escasos hospedajes que hay disponibles, previniéndose contra la avalancha de forasteros que in dudablemente vendrá en los demás trenes. Para mantener el orden durante la estancia de la futura Reina en este Real Sitio, ha llegado una sección del Cuerpo de Seguridad al mando del teniente del mismo, D J u a n Alasteny. Los edificios del PatríriVonio, como asimismo los particulares, aparecen vistosamente engalanados. La Cómpañík del tranvía de vapor de Madrid á El Pardo ha levantado un sJEilcillo arco de follaje on esta inscripción: Jf SS. MM. ti tranvía d El Pardo. A las doce, y en tren especial, ha llegado la fuerza de Alabarderos con sú inúsica, al mand o del coronel Sr. Cifucntes. En el mismo tren ha venido el segundo jefe dé dithó Real Cuerp o D Mariano Capdepón. La estación telegráfica, á cargo del ilustrado oficial Sr. Muñoz, há sidi reforzada con un jefe y dos subalternos. La eóNritiv regia es esperad i las siete y media; E l alcalde. D Ramón Cabanas, al frente de la Corporación municipal, saldrá á las afuera d d pueblo á dar la bienvenida a la princesa Victbria, El batallón de cazadores de Arapfles que guarnece este cantón, formará á las seis y cua renta y cinco, para tributar los honores correspondientes á las regias p sonas. Sigue la animación. D e Madrid llegan muchos curiosos, utilizando toda clase de roedioi de locomoción, desde la modesta al v d o z automóvil. tS, S T f Oaludos oficiales. Una vez terminados lo salúdds at tamffia, el Rey presenta á su prometida á oi ministro quk no conoce y á las autoridades. La Princasa contesta con amables frases en inglés. Cl público mientras tanto no cesa de adamar á los Reyes; Inmediatamente el ministro de la Góbernaíión presenta al Rey al alcalde del Ayuntimienco de Majadahonda. O Nicolás Millán y Alrarrz y ocho conejales. j aucalde entrega al Rey un Mensaje de satótaeién- á él y á la Princesa, significandb ei legítimo orgullo del pueblo que representa por iuber merecido el honor de ser donde desciende por vez primera en tierra castellana la futura Reina dé España. El Rey presenta á l i Princesa d alcalde, y íste la entrega un magnífico ramo de flores con as cintas de los colores nacionales. Acto seguido d Rey y la Princesa pa anrevista á la compañía de Inftntería que tributa honores militares, y al frente de la cual están preparativos. Sigue la afluenria- de forasteros, que to man posiciones en los distintos puntos de la carrera. El recinto de Palacio está limitado por espesa darabrada para evitar la aglomeración d d público Han llegado los señores conde d e R o m a n o nes. García Prieto. Ruiz Jiménez y- corond Eb as. E n la decoración de los edificios abundan Iss banderas españolas c inglesas. Entre los expedicionarios se ven muchos extranjeros, espe cialmente ii leses. A las seis de esta tarde se montará la guardia de Palacio, compuesta de 4 0 hombres de Arapiles al mando del capitán Gómez Treyija no y del teniente Pisa Conde. Escascan los alojamientos. Hotdes. y posadas abusan d é l a s circunstandas, cobrando precios elevadisimos á cambio de un servicio muy me diano. Las autoridades adoptan medidas de rigor para mantener el orden, tarea muy diñcil, dad la afluencia de forasteros. En este momento queda terminaao el arco de foHaje levantado á la entrad del pueblo, puente de Capuchinos, aue es por donde entra r i i csioitiva. viEsma. iS, 9 H. p o r la tarde. A la s d s de la tarde la animación es grandísima. Lo más selecto de. nuestra aristocrada se encuentra en este Real Sitió. Allívi mos á los Srcs. Pidal, con su respetable familia; marqueses de Herrera, Oquendo, Santa María de Silvda. Vistabella, duquesas de Nóblcjas. Arión, condes de Cheles, Montarco, Liniers, Valddaguila, Jaraba. Pedroso. Agrela, y señores T i b ó Bascaran, Pardo Bazán, Prtmo de Rivera, Elias. Mariátegui, Boceta. Martín v yujawt, xS, t m: Rosales, Fiscowich, Rolland, M i c o Martos. n r e r t a mañana. Socias, M a n s o de Zúñiga, Mendieta, Bergia, Desde las primeras Itoras de la mañana Lanuza. Encera, Zubiria. Burdl. Cobián y ae observa en este piieblo, de ordinario tan tranquilo, un desusado movimiento, pr ecacsor otros muchos cuyos nombres nos ha sido imde la regia visita. posible retener en la memoria. EN EL PARDO