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ABC MADRID 05-05-1906 página 4
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ABC MADRID 05-05-1906 página 4

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C SÁBADO 5 DE MAYO DE iqo 6. PAG. 4. EDICIÓN j concurrido quz en los días anteriores. El D. Mariano Catalina, ha escrito en su discuríiempo se fta declarado francamente pro- so de recepción (20 de Febrero de 1881) lo siguiente: No había noble, ni hidalgo ni pletector de la fiesta del Hipódromo. relaLlegó el orfeón de Aviles, que dará hoy beyo que en sus actos públicos y en sus autociones privadas no acatasen la religión, la una fiesta en el teatro de la Princesa, y ridad y la famiha. Y en efecto, sin acudir á su presencia dio motivo á una manifesta- los avisos de Pellicer, de Matías Novoa, de ción de fraternidad entre la corporación Barrionuevo y los publicados por el Sr. Rodríguez Villa, (donde el lector encontrará verasturiana y las de Madrid. Por la noche hubo en el Cómico Be- daderos horrores) sin acudir á estos docuneficio de la popular Juiita Fons, estre- mentos, repetimos, basta echar la vista por el de la JVueva Biblioteca para no de La Cocotero, escándalo fenomenal, volumen recientelo contrario. No figura entre convencerse de intervención de la fuerza pública y co- estas autobiografías la del capitán Alonso de mentarios sabrosos. Sobre todo para las Contreras- -ignoramos el motivo; -pero, autoridades que toleran los abusos de la ¿quién que la haya leído, no recuerda que ameclaque y los de las empresas, que son nazado este señor capitán de excomunión por un obispo, se tíe de la excomunión y amenaza menudos. AEMECE con atentar contra su persona? Que mirase- -dice dirigiéndose á dicho obispo- -que si me resolvía á estar descomulgado, que no estaba nadie seguro de mí si no en la quinta esfera; que para eso me había dado Dios diez dedos en las dos manos y ciento cincuenta españoles. ué entendemos por un hombre moral? Un Y si dejando la novela picaresca y las memohombre que obra de acuerdo con los rias- -cosas demasiado realistas- -venimos al preceptos, las prácticas, las leyes, las costum- teatro, según quieren los críticos ponderados, bres, las instituciones del tiempo y del país en encontraremos en él las mismas crudezas, el que vive. Y un hombre inmoral: ¿qué represen- mismo amoralismo. ¿Quién no sabe que en la ta? Un hombre que obra en contradicción con colección formada á principios del siglo xix estas leyes, prácticas, instituciones y costum- por los Sres. Gorostiza y García Suelto exisbres. Nos falta definir á un hombre amoral. ten muchos parajes sustituidos con puntos sus ¿Cómo lo definiremos? Diciendo que es un pensivos? En el teatro (no podemos puntualihombre que, en una sociedad en disolución ó zar por falta de espacio) hallaremos galanes en formación, donde la moral no está definida, que raptan á sus amadas, las llevan al campo, se crea él mismo sus prácticas, sus leyes y sus abusan de ellas, las dan una regular paliza con costumbres; ó bien un hombre que, aun vivien- la espada y las abandonan; veremos que las do en una sociedad ordenada y jerarquizada, mujeres libres son siempre las más queridas es bastante fuerte para colocarse por encima como dice Lope en La discreta enamorada; que del bien y del mal y proceder según su vo- perfectísimos caballeros salen á robar á la camluntad y sus instintos. Viene todo esto á cuen- piña; que ni aun las rejas son obstáculos para to con motivo del volumen de Jluíobic rafíasy que un amador caúsela deshonra de su futura, memorias que en la Tiueva Biblioteca. de, Autores como en Amar por razón de Estado, de Tirso; españoles acaban de publicar unos edito es be- que amantísiraos hijos abofetean á sus padres; neméritos, grandes patriotas: los Sres. Bailly y que, en fin, la institución familia sale tamBailliére; y era preciso recordar esto desde el bién tan mal parada, como en este segundo momento en que corrientemente y por espíri- acto de Más vale tarde que nunca, de D José tus como el Sr. Silvela cuando decía con Julián de Castro, en que un gracioso, Peregil, frecuencia en sus famosas conferencias del Ate- hace la pintura de una casa al morir el cabeza neo: inmoral ó amoral se han confundido los de familia y nos hace ver- -no puede darse términos que acabamos de definir. Y ya defini- nada más repugnante- -á los hijos descerrajandos estos términos, preguntaremos: ¿cuál es la do baúles y esetitorios y á la viuda danzando característica ética de nuestros predecesores de alegría ante el cadáver... de los siglos xvi y xvn? ¿Qué es lo que nos dicen estas memorias y estas autobiografías? Ante La Patria- -añade en su discurso el Sr. Catodo, echamos de ver en estas páginas una talina- -la Patria, no hay que decirlo, estaba en grande inconsciencia, una profunda esponta- todo. Y nosotros observamos que la Patria neidad; muchos de los sentimientos y de las no estaba en nada, puesto que este es un senideas que nosotros ahora vivimos, no existían timiento completamente nuestro, moderno; en entonces; el mundo de ía ética moderno estaba el volumen que analizamos figuran unas memo. en aquel tiempo en elaboración; no podía exis- rias de D. Diego Simancas, obispo de Zamotir vergüenza, humillación ó bochorno en con- ra, y en ellas hablando este señor de Honorafesar y relatarciertas cosas; no podía aparecer el to Juan, maestro del príncipe D Carlos, hijo remordimiento después de la comisión de estos de Felipe II, dice que Juan quiso colocar en ó los otros actos; y de todo estoresulta esa inge- la corte á algunos de sus deudos, pero que le nuidad, esa espontaneidad que á nosotros? ho- fue imposible, puesto que (página J 6 I) no ra- -sentimentales y demócratas- -se nos puede podía proveer las vacantes en sus parientes por antojar inmoralidad ó cinismo. No, no existía ser extranjeros Y sabido es que Honorato la inmoralidad, puesto que no existía el senti- Juan era valenciano. miento ó la idea en que encarna determinado AZORIN matiz mora! Hasta ahora se ha considerado el teatro clásico español como espejo de la caballerosidad y del honor; se conviene en que la novela picaresca es una caricatura, una hipérbole de nuestras corruptelas, de nuestros vicios; y los moralistas, para hallar el justo Dor pobre y modesta que sea una novia, procura que el vestido que ha de medio y consolarse un poco, vuelven llenos de efusión la cara hacia el teatro. El teatro- -ponerse para ír á la iglesia á pronunciar p tT. stn ellos- -es el verdadero reflejo de la hi- el sí que ha de unirla con eternos lazos dalguía española. ¿Cómo ha nacido este pre- al hombre amado, sea nuevo. De lanilla juicio? ¿No lo han propagado académicos, crí- le lleva la mujer del pueblo, y de merino ticos superficiales, someros historiadores y gentes que, en definitiva, har pasado muy á la de clase más ó menos superior, según sus ligera sobre las obras de Lope, de Calderón, recursos, la que va subiendo en la escala de Tirso, de Moreto, etc. Apoyándose en el de la burguesía. El color, ya se sabe, es el negro. En teatro de Calderón, un académico, el señor EL AMORAL! SMO DE LOS CLASICOS Q paño ae Lyon, más o menos adornado con pasamanería y encajes y la cola muy larga; con esto, la rica mantilla de blondas y el medio aderezo de oro con piedras finas. De algún tiempo á esta parte se ha extendido mucho Ja costumbre, importada de Francia, de casarse con vestido y velo blanco, pero ésto no es práctico, ni ciarsico. ¿Qué hace con un vestido blanco ía esposa de un empleado modesto que no ha de frecuentar la sociedad? En cambio, un buen vestido negro es siempre útil y sirve para muchas cosas. Actualidad de estos momentos es el vestido de boda de la futura reina de España; se lo regala, como es costumbre entre nosotros, el novio, y se confecciona en Madrid. Es de raso blanco, bordado de plata, adornado con riquísimos encajes, y trabajan en él treinta hábiles operarias. Será un traje magnífico, suntuoso, digno de una reina, que lo convertirá luego en manto de una Virgen. ¡Cuántas esperanzas van unidas á ese vestido con el que la princesa Victoria Eugenia de Battenberg, la nieta de la reina de Inglaterra, va á ser reina de España! Cuando se le ponga en el palacio de la infanta doña Isabel, será todavía la hermosa novia de Mouriscot y de la isla de Wight; cuando se lo quite en el Alcázar de los reyes de España, será ya la soberana de esta Nación, que tanto espera de ella. A todos los vestidos de boda van unidas esperanzas é ilusiones. Mucho más el de una reina, que tanto puede influir en los destinos del país que va á ser su nueva patria. El rey D. Alfonso y su augusta madre, que recibió con mucho gusto el encargo, han querido que todo en el vestido de boda de la futura reina de España sea español. Bueno que para otros trajes hagan primores los más hábiles artistas de la tijera y de la aguja de París y de Londres; pero el de la iglesia, el de la bendición nupcial, el último de soltera y el primero de casada, que sea clásico, nacional, de seda de Barcelona ó de Valencia, con aquellos históricos encajes que se hacían en Flandes cuando era de España, y confeccionado por obreras españolas, bajo el cielo de Madrid, que ha de ser palio bajo el cual luzca su espléndida belleza de rubia con cabellos de oro la hermosa Princesa que cuando salga de la iglesia de San Jerónimo ataviada con el vestido blanco que hoy le preparan treinta obreras, será ya nuestra Reina. UN MADRILEÑO VESTIDOS DE BODA NOTAS TEATRALES C N LA C O M E D I A Beneficio de Arman do Falconi. Hace un ratito, polleaban nuestros padres, cuando la comedia de Bayard y de Vailli, que tradujo del francés al castellano Navarrete, con el título de Mujer gazmoña y marido infiel, ya proporcionaba grandes éxitos á Matilde Diez y Julián Romea. De entonces acá han pasado algunos años; para la comedia, como es natural, excesivos; pero no obstante, las compañías extranjeras aún nos la colocan en su repertorio. la clase media se usa Ja seda, el eró, el

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