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04/10/1905
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Periódico ABC MADRID 04-10-1905, portada

  • EdiciónABC, MADRID
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m. SUSCRIPCIÓN PAGO A N T I C I P A D O POR CADA MES España, pts. i,5o. Portugal, pts. 2. Unión Postal, 2,5o francos. Adniijiisírac- ór. 55, Serrano, 55, Madrid N. 267. M A D R I D MIÉRCOLES 4 D E OCTUBRE D E 1905 NUMERO SUELTO, CINCO CÉNTIMOS EN TODA ESPAÑA ABC Relojes, 5 ptas. Reloj i tos, S, Monle Ren ético. PUBLj lDAD S O L I C Í T E N S E TARIFAS Anuncios económicos. Reclamos. Anuncios por palabras. Noticias. Informaciones Administración: 55, Serrano, 55, M adrid ALCOHOL DESNATURALIZADO PARA QUEMAR COMP. DE ALUMBRADO A BASE DE 90 CENTS. LITRO. PRECIADOS, 9 Academia Preparatoria para el ingreso en la escuela especial de Ingenieros Agrónomos. Preparación de Matemáticas por 50 ptas. al mes. Dtor. D. Ger man Boda, Inn; eniero Agrónomo. l i i s t a 5 3.o De 2 á 6. lOYEBIA DE 1. S ARENAL, 16 MedaUas, I V i i f l o a l i f s Pulseras y sorUjas de pclieión, etc. UiMcos talíeces premiados en Exposición de Bellas Artes. Montera, 2, pralR F I I M A aniirreu mático quejamás f raíui. ió; único que jamás faltó á la pi imcra fricción calmando el dolor. ISAfiNAM AIVTIKKKII. HVTI 0 l K O K I V E 2 ptas. fi asco, farmacias. Casa en San Sebastián: AVENIDA, 3 8 KI II SIIíjlIPRIí INIMITABLE AGUA D AZAHAR E M A R C A LA GIRALDA D e v e n t a e n la. í p r i n c i p a l e s T a r m a c i a s p e r í u i u e r í a y Irogueríasí d e t o d a K s p a f i a P r e c i o s Primera calidad, 2,50 pesetas botella; Segunda calidad, 1,50 pesetas botella. ÚNICOS DEPOSITARIOS E N B U E N O S A I R E S lIlil. MAIIIjBllliUEAl. TliSdlIll COMPRO Peligros. 5, pl. milIMBU MONTERA, 51 Teléfono 1.852 P NOQUES DENTISTA. Pta. SOL, 6 WISÍO. S ñ i v o s 1 K M K S A á i, 7 y 8 pl, s. arroba. Valde penas á 8 y í, Riojas, de 0,50 á 1 pía. botella. Sidra Gaitero dé Vereterra, á. 1,50 botella. Vinícola Salamanca, Serrano 8i. ianos á cilindro desde 00 pesetas garantizados. ídem con patente de invención de mandolinas. Ave María, 50, fábrica de Víctor Bermejo. CASA PENSIÓN de estudios mayores, pbro. Dr. G. Sáncbez. Échegaray, 7 Sres. GARCÍA HERMANOS Y CARBALLO A l m a c é n E L IMPARCIAL, Victoria, 1.001 1 Í 2 BIBLIOTECA DE A B C CL PRECIO DE UNA YJDA 129 despucs d ¿iodo, el comercio es el comercio y no reconoce sentimentalismo de ninguna clase. ¡Cirtco libras! -decía M r Smeldon en aquel momento. -Cinco y diez chelines- -replicó el t r a p e r o Aquellas palabras aterrorizaron á la joven. Y nnás se aterrorizó todavía cuando vio que seguía pujando con ella. Entonces se entabló una lucha cuerpo á cuerpo entre el trapero y Gíady. EJlos dos eran I s únicos que ofrecían algunas cantidades p o r la sacrosanta y patriótica reliquia. La joven no sabía explicarse para qué desearía la bandera el hombre aquel de los chafarrinones en la cara. El resto del público permanecía impasible contemplando á los dos postores, que iban elevando de diez en diez chelines el precio del estandarte. Los dos- eran obstinados y testarudos y no parecían cejar en su empeño, esperando cada uno de ellos que el contrincante llegara á fatigarse. P e r o ao cedían, y las pujas fueron subiendo á seis, á ocho, á doce, á dieciséis, á veinte, á veinticinco libras. ¿A qué seguir? -se decía Glady en su i n t e r i o r -E s e hombre está dispuesto á t o d o y mis escasos medios no me permiten competir con él, y mucho menos vencerle. ¡Veinticinco librasl Eso era ya demasiado para la joven; con muchísimo trabajo había podido reunir una cantidad mucho más inferior que aquélla, vendiendo las escasas joyas que aún conservaba de su madre, y que guardaba con la santa veneración con que se conservan los recuerdos de los días más felices. T o d a s sus ilusiones desaparecieron de p r o n t o al escuchar aquella fatídica cifra: -iVeinticinco libras! -grito en aquel momento M r Smeldon. dirigiendo al mismo tiempo una significativa mirada hacia el sitio en que se encontraba miss Ashford. Cualquiera hubiese creído que su deseo consistía en que la joven se llevase la bandera, cuando lo que únicamente pretendía es que ofreciese otros diez chelines más para que la utilidad fuese raavov p o r la agonía, á sus colores ennegrecidos por el humo de 1 pólvora. Yo confío, señoras y caballeros, en que sabréis apreciar esta reliquia en su verdadero valor y en que su comprador considerará como un santuario el sitio en que la coloque d e n t r o de su h o g a r T o m despliega la bandera y hazla circular p o r entre estos caballeros. Así hablaba M r Smeldon, desde lo alto de su elevada plataforma, dirigiéndose á la numerosa concurrencia que llenaba el espacioso salón de ventas. Cuando el criado hubo terminado su paseo por entre los espectadores, se situó al lado de su principal y éste dio vario golpes con su martillo, animando y procurando con sus palabras despertar el ardor bélico y patriótico en el ánimo de sus oyentes. -O y e Jorge- -decía uno ae éstos á un compafiero suyo con el rostro completamente tiznado como él y con la apariencia ambos de traperos que habían ido allí á buscar g a n g a s ¿qué es lo que harías tú con ese trapo si lo comprases? -Yo, nada; si todavía la tela fuese más grande y estuviera más nueva, lo podría aprovechar para colgaduras- -contestó el interpelado. ¡Caballeros, caballeros! -continuaba diciendo el vended o r -y o les suplico á ustedes que se fijen en la significación de este objeto, que constituye un verdadero símbolo de nuestra gloriosa historia, de nuestras hermosas tradiciones y del heroísmo del Imperio británico, en el que jamás se pone el sol; y como bretones, sí, como bretones, y repito la palabra, y o les ruego á ustedes que se fijen en esta reliquia y que pujen p o seídos de un. alto espíritu patriótico y y Iba á continuar, pero uno de los espectadores, molesto ya con el altisonante discurso del charlatán, se permitió gastar una broma en voz alta, que provocó las unánimes carcajadas de la concurrencia. -D i g a usted- -exclamó el bromista dirigiéndose en vo 2 alta al del martillo, ¿y ha estado esa reliquia en un salón d e fumar? P o r q u e otra cosa no tendrá, pero tiene más humo a u e una chimenea. Cuando terminó el acceso de risa del audítot O, M r Snael-

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