Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
21/06/1905
ABC MADRID 21-06-1905 página 1
ABC MADRID 21-06-1905 página 2
ABC MADRID 21-06-1905 página 3
ABC MADRID 21-06-1905 página 4
ABC MADRID 21-06-1905 página 5
ABC MADRID 21-06-1905 página 6
ABC MADRID 21-06-1905 página 7
ABC MADRID 21-06-1905 página 8
ABC MADRID 21-06-1905 página 9
ABC MADRID 21-06-1905 página 10
ABC MADRID 21-06-1905 página 11
ABC MADRID 21-06-1905 página 12
ABC MADRID 21-06-1905 página 13
ABC MADRID 21-06-1905 página 14
ABC MADRID 21-06-1905 página 15
ABC MADRID 21-06-1905 página 16
  • Precio

Periódico ABC MADRID 21-06-1905, portada

  • EdiciónABC, MADRID
  • Páginas16
Más información

Descripción

Ti fr sp 7 í T T SSS j SUSCRÍPCIÓN PAGO A N T I C I P A D O POR CADA MES PUBLICIDAD SOLICÍTENSE TARIFAS Anuncios económicos. Reclamos. Anuncios por palabras. Noticias. Informaciones. Adn inistración: 55, Serrano, 55, Madrid España, pts; i,5o. Portugal, pts. Unión Postal, 2 francos. Administración: 55, Serrano, 55, Madrid N. J 62. M A D R I D 21 D E J U N I O D E 1905 NÚMERO SUELTO, CINCO CÉNTIMOS EN TODA ESPAÑA N V i y PETRÓLEO GAL P EL PEL M GAFE SUPERIOE, EIIGEANO (TUESTE DIAKIO) 5 p e s e t a s kilo. -jflANUflL ORTIZ Teléf. 1.470. Preciados, 4. Comestibles finos AgMtes de Seguros T O I 0 SU VALiOK p o r alliaj as y p a p e l e t a s del Monte I. A CASA QUE MENOS COBRA PRIIVCIPE, 6 Se necesitan muy expertos en capitales de provincias, cabezas de partido y pueblos importantes. F u e r t e s c o t n i siones. Informes gratis. J. G. Ceballos. P e í 3 4 M a d r i d n e n t i s t a s oficial 20 años práctica, se ofrece; dentaduras, 4 pts. diente. Enseña aspirantes sistema sin paladar; composturas en el acto. Hortaleza, 63 y 6 frente Gravina COBRADOR- REPRESENTANTE Con 250 ptas. de fianza ¿Quiere Vd. verse libre de moscas, mosquit- os, chinches, correderas, pulgas y polilla? Pida Vd. el Insecticida LEYER. Es infalible. De venta on todas las perfumerías y droguerías. se necesita para Vizcaya, Guipúzcoa, Santander, Oviedo, Coruña y Pontevedra. Puede obtener buena utilidad. Dirigirse á La Prensa, Carmen, 18 myEBLES DE OCASIÓN? Plaza del Ángel, 6. -EL CENTRO PAJARETE 4 ORQUIDEO Los enfermos del estómago encuentran seguro alivio tomando una copita de P a j a r e t e O r q n í d e o después de la comida. Se vende en droguerías. VELASCO MAYOR, 18 PAJARETE ORQUIDEO La neurastenia, la debilidad senil y la vejez prematura se curan con el P a jarete Orqufdeo. Se vende en Farmacias. DEPOSITARIOS: M A Y R 18 PAJARETE ORQUIDEO Una copita diaria de este p r e c i o s o elixir alarga la vid a y regenera el organismo. Se vende en droguerías. PÉREZ MAYOR, 18 PAJARETE ORQUIDEO Las mujeres q u e crían deben tomar tres cepitas diarias de P a j a r e t e O r qnídeo. Se vende en farmacias, MARTÍN MAYOR, 18 PAJARETE ORQUIDEO L o s viejos deben tomar tres cepitas diarias; alarga la vida y da fuerza y vigor. Se vende en farmacias. Y COMP. M A Y O R 18 8o BIBLIOTECA DE A B C CORAZONES lERlDOS 77 M a r í a comenzaba á inquietarse. El acento de Rogelio era muy grave y además el joven se había puesto pálido; sus labios temblaban ligeramente y sus ojos, fijos i poco antes en M a r í a evitaban ahora su mirada. Después añadió. -T e quiero mucho, M a r í a no como á una amiga, entiéndeme bien, sino como á la mujer que se escoge entre todas para casarse con ella. Al llegar aquí volvió á detenerse. M a r í a se había puesto roja como la grana, pero se sentía muy dichosa. Rogelio continuó: -y tú, M a r í a ¿me querrás también lo suficiente para consentir en ser mi mujer? Ya sé que hago mal en decirte esto, y sobre t o d o en interrogarte; pero te aseguro que quiero saberlo y oírlo de tus propios labios. Respóndeme, p o r favor: ¿M e amas. ¿Quieres ser m ¡mujer? M a r í a escuchaba aquellas palabras como un eco de todos sus pensamientos desde que era muchacha. Y en vez de intimidarse y d e permanecer callada, tendió la mano á Rogelio con los ojos arrasados en lágrimas de alegría, y dijO: -Y o siempre he pensado en que sería tu mujer. Rogelio cogió sus manos y se las cubrió de besos. ¿M e quieres? -preguntó otra vez, menos p o r el deseo d e saberlo que p o r la alegría que experimentaría al oírselo decir. Una dulce presión de manos le respondió. -A contar desde hoy, somos novios; cuenta conmigo, como y o cuento contigo. ¿Que cuándo nos casaremos? L o ignoro; quizá tengamos muchas dificultades qne vencer, p e r o ahora ya p o d r é ser fuerte. M a r í a iba á preguntar algo, cuando se oyeron los pasos de Ricardo. -M a ñ a n a- -d i j o precipitadamente Rogelio- -hablaré con tu hermano. H o y me considero el más dichoso de los hombres; déjame que goce de mi dicha con tranquilidad. Ricardo entraba en aquel momento con un voluminoso legaj o debajo del brazo. -T o d a s las venturas á la vez- -dijo alcgi- cmenlc viendo á su amigo y estrechándole las manos. -Yo te creía p e r d i d o ¿Qué hx sido de, ti s) n dar señalís de vida en seis. meses? dad necesaria para ganar el favor de los demás y para aguantar á veces el mal humor ó los caprichos de los que, una -z en el pináculo, reparten entre los principiantes las causas adas p o r ellos; desconocía el arte de adular y, aunque 1 su epidermis era demasiado delicada para sufrir una palabra amarga ó injusta, y el mismo temor d e una negativa era lo que le impedía solicitar. Su labor durante el primer semestre se redujo á algunos asuntos ante los jueces de paz, demandas en los Tribunales de comercio y varias consultas, no produciéndole sino un miserable salario. Ricardo se inquietaba. ¿N o le obligaría esto á imponer nuevas privaciones á su hermana? D e su modesto hogar se había desterrado t o d o lujo y toda superfluidad; pero el buen gusto de Mai- ía, su ingenio y sus manos de hada, habían sabido imprimirle cierto sello de elegancia; algunas flores, siempre frescas y bien cuidadas, le alegraban, y gracias á la economía y al buen arreglo de su antigua criada, la mesa estaba bien provista. M a r í a no había tardado en aclimatarse; al lado de su hermano se consideraba dichosa, pero ya no abrigaba en su corazón la esperanza de un porvenir mejor. Amaba á Rogelio y se creía amada; respecto á este punto, Ricardo no le había hecho abrigar ninguna clase de t e m o r Su correspondencia con Susana había continuado, afectuosa y confiada p o r un lado, algo vaga y distraída p o r el o t r o p e r o llena siempre de noticias y de impresiones nuevas p o r ambas partes; una finca próxima á Ceucia había cambiado de propietario; hablábase de fiestas y de recepciones, y Susana estaba encantada. M r Termelle fué á visitar á los huérfanos. Como de costumbre, les demostró mucho interés y afecto; pero Ricardo le encontró algo retraído y hablándole muy poco de sus hijos. Rogelio era el único que no daba señales de vida. Los clientes de Ricardo eran poco numerosos, M s r í a trabajaba en el gabinete de su hermano, y á éste le agradaba, cuando levantaba la cabeza de sus papeles, cambiar con ella algunas palabras afectuosas. La apertura del Tribunal de Asises se acercaba; el joven abogado la espefab a con impaciencia, porque creia encontrar

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.