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ABC CORDOBA 02-12-2018 página 60
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60 INTERNACIONAL DOMINGO, 2 DE DICIEMBRE DE 2018 abc. es internacional ABC La última batalla contra la pena de muerte del hijo del pelotari Tras 24 años preso, Pablo Ibar afronta su cuarto juicio acusado de un triple asesinato MANUEL TRILLO Calvario judicial 26 DE JUNIO DE 1994 A las 7.18 de la mañana del domingo 26 de junio de 1994, dos hombres irrumpen en una vivienda de Miramar, en el condado de Broward, en el sur de Florida. En su interior se encuentran el propietario, Casmir Sucharski, dueño de un club nocturno, y dos bailarinas del local, Sharon Anderson y Marie Rogers. Los intrusos golpean repetidamente a Sucharski, se llenan los bolsillos con lo que encuentran y matan a tiros a los tres. Según recoge una cámara de vigilancia, uno de los atacantes lleva gorra y gafas de sol, mientras que el otro lleva la cara cubierta con una camiseta, pero en un momento dado se la retira y se seca el sudor con ella. El rostro queda grabado, aunque de forma borrosa, y se distribuye la imagen entre las fuerzas de seguridad. Tres semanas después, la Policía de Miramar recibe una llamada de sus colegas del vecino condado de MiamiDade: tienen bajo arresto a alguien que Pablo Ibar, esta semana durante el nuevo juicio en Florida EFE se parece al del vídeo. Se trata de Pablo Ibar, un joven hispano- estadounidense que trapicheaba con drogas, hijo de un jugador de pelota vasco que se había mudado a Florida, donde ese deporte llegó a gozar de gran popularidad. Comenzaba así el largo y angustioso laberinto judicial en el que Ibar, que siempre se ha declarado inocente y pre- sentó una coartada, ha vivido desde entonces. En 2000 fue condenado a la pena capital, por lo que pasó 16 años en el corredor de la muerte. Salió de él en 2016, después de que el Tribunal Supremo de Florida anulara la condena y ordenara repetir el juicio por los clamorosos errores de su abogado de oficio, como no presentar un experto en reconocimiento facial para la imagen del vídeo. El 1 de octubre comenzó el juicio, el cuarto, con la selección del jurado, once mujeres y siete hombres de distintas razas, edades y profesiones. La vista oral comenzó el lunes. Ya con 46 años, vestido de traje y con una barba encanecida tras media vida entre rejas, Ibar volvió a escuchar del fiscal los cargos y la pena que pide por ellos: la muerte. El padre del reo, Cándido Ibar, asegura que tanto su hijo como él están bien de ánimos, aunque son conscientes de que no lo tendrán fácil. Una de sus preocupaciones, explica por teléfono desde Florida, es que el juez, Dennis Bailey, trabajó en su día en la misma oficina donde ejercía Chuck Morton, el fiscal que logró la condena de muerte en 2000. Además, reconoce que el entorno tampoco es el más favorable, por el perfil social y de sus instituciones. Florida es mala y el condado de Broward es peor lamenta. Asesinato a tiros de Casmir Sucharski y dos bailarinas. Tres semanas después, Pablo Ibar es arrestado por otro asunto y se le identifica como uno de los autores del crimen. 5 DE MAYO DE 1997 Primer juicio a Ibar y Seth Peñalver, el otro acusado. Se declara nulo al no llegar el jurado a un veredicto. 11 DE ENERO DE 1999 Comienza el segundo juicio, pero se aplaza para Ibar. Peñalver es condenado a muerte. Años después, en otro juicio, se le exoneraría. 17 DE ABRIL DE 2000 Se celebra el tercer juicio, que acaba con la condena a la pena capital de Ibar. 4 DE FEBRERO DE 2016 Tras diversas apelaciones, el Supremo de Florida anula la condena y ordena otro juicio. 1 DE OCTUBRE DE 2018 Arranca el nuevo juicio. El pasado lunes empieza la vista oral. ALGO TRAE EL POTOMAC ÁLVARO VARGAS LLOSA RIVER- BOCA, ALEGORÍA DEL CAOS Lo normal, hoy, es que sea el tornado el que provoque, en secuencia regresiva, el aleteo de la mariposa: que un partido de fútbol sea un caos de diez mil kilómetros T IENE un sentido contemporáneo lo sucedido con la final entre River y Boca, que, según parece, se jugará en el Bernabéu, a diez mil kilómetros del lugar donde debía jugarse. El matemático yanqui Edward Norton Lorenz revolucionó hace medio siglo el estudio de los sistemas caóticos con esta malvada pregunta: ¿Puede el aleteo de una mariposa en Brasil provocar un tornado en Texas? Desde entonces, se conoce como efecto mariposa a las inesperadas consecuencias que una pequeña variación en las condiciones iniciales puede provocar en un sistema caótico. Vivimos hoy una situación inversa. El gran desorden mundial se traduce por doquier en pequeños aconteci- mientos caóticos. Los tornados están causando aleteos de mariposa. En el efecto mariposa un partido entre dos equipos venidos a menos en un país estragado por el populismo causarían efectos que a su vez causarían más efectos, hasta llegar al cataclismo. Aquí pasa lo contrario: el caos de ideas y valores que es el nuevo desorden mundial se reproduce, aquí y allá, en pequeños desastres donde se mezclan pulsiones tribales, nihilismos y el desgobierno ante la violencia. Vivimos en un mundo en el que Estados Unidos ha dejado de liderar a los libres y Europa, la única que podría llenar ese vacío, está peleada a muerte consigo mismo. Tan absurdo es todo, que los autoritarios orientales, como los chinos, suenan en cier- tas cosas más sensatos que los liberales occidentales, y los déspotas de Eurasia o Asia Menor, como Rusia y Turquía, o los del Medio Oriente, como Arabia Saudí, emergen como guías reconfortantes ante millones de ciudadanos desnortados que olvidan (o que nunca supieron) los fundamentos occidentales de la civilización. Miren lo que acaba de suceder en la reunión del G- 20. Un foro que en 2008 dio un salto cualitativo para atacar problemas globales bajo el liderazgo de las democracias liberales ha terminado convertido en un aquelarre que, en los hechos, ha convalidado la brutalidad que acaba de cometer Putin en el Mar Negro contra Ucrania, o el vil asesinato de Khashoggi a manos de agentes de Bin Salman, o los bombardeos saudíes contra miles de civiles en Yemén. Al poner en equivalencia todos los valores y sistemas políticos como si no hubiera jerarquías morales entre los diversos regímenes, el G- 20 halla normal que algunos de los participantes se estén tratando de cargar la UE, el mayor esfuerzo de integración de nuestro tiempo, y que otros desnaturalicen Un hincha del Boca Juniors décadas de apertura comercial jugando con aranceles y cuotas de importación como si fueran plastilina, sin entender los estropicios del proteccionismo y la necesidad de defender principios liberales de cara al resto del mundo. Los pocos adultos en la habitación, como Merkel, ya no mandan mucho, y parecen resignarse, como en Candide, la obra de Voltaire, a cultivar su jardín. Su voz serena se ahoga entre el ulular de energúmenos y su figura anodina se pierde entre los monigotes nacionalpopulistas y los autoritarios que usan estas reuniones como si no tuvieran que rendir cuentas. Lo hemos visto en otros foros. La última reunión del APEC no pudo producir un comunicado final porque EE. UU. está más interesado en torcerle el brazo comercial a Pekín que en la libertad comercial y en la última reunión del G- 7 pasó lo mismo, pero esta vez la pelea no era entre una democracia confundida y una dictadura, sino entre EE. UU. y Canadá, ¡dos vecinos liberales! Lo normal, hoy, es que sea el tornado el que provoque, en secuencia regresiva, el aleteo de la mariposa y que River y Boca sean un caos de diez mil kilómetros.

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