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ABC CORDOBA 25-11-2018 página 17
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ABC CORDOBA 25-11-2018 página 17

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC DOMINGO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIC EL ESTILITA JAVIER TAFUR NARANJAS Y POMELOS Si el PSOE gana las elecciones el partido naranja tendrá que volver a ser pomelo. Eso mejor que gobernar con Podemos A PRETÉRITO IMPERFECTO te años después) quienes se sonreían ufanos con la aparición de la Málaga playera y espetera en esta competencia cultural se han dado ya numerosos puntos en la boca contemplando cómo la capital malacitana se ha convertido en una referencia cultural, precisamente, después de que la descolgaran a las primeras de cambio de aquella pantomima. (Risas, por favor) Siete años después, Málaga está donde está en la agenda cultural y Córdoba es un fantasma miedoso que reproduce sin cesar sus complejos y sus males endémicos. Ni la izquierda cultureta que pretende marcar el criterio ni la derecha que intenta despojarse de las etiquetas que la otra le impone han articulado proyecto alguno tras aquel doloroso fiasco. Aunque se alumbraron algunos intentos menores para no desencantarnos del todo, la mediocridad volvió por sus fueros. El sugestivo plan de atraer la colección permanente de Pilar Citoler, por ejemplo, se topó con la ególatra Junta de Andalucía y sus ansias de eternidad imperial cristalizadas en hormigón, y cuanto más grandes, mejor. Así nació el segundo gran fiasco contemporáneo. Si la Capitalidad Cultural Europea llevaba a Córdoba a la modernidad, el Centro de Creación Contemporánea, vulgo C 3 A, la iba a sumergir en la vanguardia a bote pronto y desde el páramo de Miraflores, la gran metáfora de lo que ha sucedido en las última década y media en esta ciudad: una fantasía koolhiana convertida en un aparcamiento de terrizo con gorrillas. La mejor de las performance posibles. La realidad. El Centro de Creación Contemporánea, un edificio gruyer que muda la piel de la Mezquita, ha costado 30 millones de euros y ha tardado casi una década en abrir sus puertas- -puede que usted, a estas alturas, no sepa aún de qué estoy hablando; cabe esa posibilidad- La creatividad permanente y el arte contemporáneo, después de sesudas reflexiones iban a presidir el gran icono arquitectónico de fachada visual. El C 3 A va a cumplir dos años. Cuesta dos millones anuales y es el centro expositivo menos visitado de la ciudad- -no supera ni al Taurino, tras las banderillas negras de su reforma y el veto de Ambrosio a los toros- En su interior, Yoko Ono nos ha legado una escalera de caracol que lleva a ninguna parte... ¡Qué arte más grande! FRANCISCO J. POYATO FIASCOS CONTEMPORÁNEOS De la Capitalidad Cultural al C 3 A mirando a Málaga de reojo. Cultura en la ciudad- performance L a Capitalidad Cultural Europea iba camino de ser para Córdoba su particular risorgimento. Una estrategia definida, una implicación sin precedentes, motivaciones suficientes y un test para las clases dirigentes sobre su peso real en los verdaderos cenáculos de las influencias. Poseía hasta una clave rupturista: la modernidad en medio del barbecho agrocapitalino y provinciano. En la concurrencia de otras ciudades por similar reto, el pesimismo sociológico que nos atavía pasó a un segundo plano. El primer corte selectivo dejaba atrás a urbes como Málaga, nos atribuían el papel de favoritos- -primera mala señal- -y se creó la torpe atmósfera triunfalista que aún prolongó más la fatalidad ulterior. Hacer de la cultura un eje estratégico en una ciudad en la que apenas se lee, los niveles formativos son bajos y se enfrenta a ciegas, además, a una hiperoferta saturada en el número pero mermada en la calidad conlleva sus riesgos, pese a que no dejaba de ser una apuesta estimulante. El último capítulo de aquel ridículo evidenció que el test político se suspendió, nadie dio la talla y supimos que no pintamos nada. Un austríaco llamado Manfred Gaulhofer (que debe significar golfo en tirolés cerrado) se rió de nosotros, y un leonés apellidado Zapatero ejecutó el cambalache con San Sebastián para sus cuitas vascopacifistas. Desde aquel junio de 2011 hasta hoy (más de sie- veces lo peor de los partidos no son los políticos sino los partidarios. Un partidario suelto en una red social puede hacer mucho daño a la imagen de su partido. Unos cuantos partidarios contumaces pueden haber destrozado la campaña andaluza de Ciudadanos, anunciando su acto electoral en Córdoba con una fotografía de la catedral de la ciudad homónima de Argentina. La información es mucha, pero no tanta la formación que evite estas confusiones disparatadas. Tal es la paradoja del mundo actual. El hecho, sin embargo, no alcanza el oprobio ni el grado de desvarío de aquel otro que ponía la catedral de Palma de Mallorca a orillas del Guadalquivir en un folleto de propaganda institucional de la Junta de Andalucía, financiada, como es natural, por dinero público. Fue un paisaje que dejó ineludiblemente en ridículo a todo el paisanaje andaluz, orbi et orbe, no solo al del PSOE, dado el sonrojante nivel cultural que describía de nuestra más alta representación gubernamental, entonces presidida por Manuel Chaves, hoy a punto de ser condenado, tal vez porque no se enteraba de nada. Cierto es que sucedió allá por 2008 y acaso no quepa en la memoria histórica de la joven concejala González. Es seguro que, de recordarlo, la insoslayable asociación de ideas en su despierta cabeza le hubiera aconsejado prudencia a la hora de denunciar la necedad ciudadana, sin duda menos gravosa que la socialista. No obstante, en ese acto con tamaña torpeza publicitado, Juan Marín prosiguió con la inteligente estrategia apuntada en el debate a cuatro, donde descolocó a Moreno Bonilla ofreciéndole un pacto sensato. En Córdoba lo ha vuelto a manifestar, aunque reconoce que el PP no se entera Pero insiste: Ciudadanos y PP nos pondremos de acuerdo para el cambio en Andalucía La verdad no tiene mas que un camino y es evidente que sin ese acuerdo el cambio es imposible. No se entiende, pues, la terquedad de los populares en subrayar la desconfianza: si no ganamos habrá que olvidarse del cambio Todos somos conscientes de que no hay más opción de alternancia en Andalucía que una mayoría constituida por PP y Ciudadanos, con el probable apoyo de Vox si finalmente logra representación parlamentaria. Nadie piensa que ninguno de estos partidos tenga una prioridad distinta, porque sería suicida. Pero lo cortés no quita lo valiente. Y si la otra opción, o sea, la de que gobierne de nuevo el PSOE, se hace inevitable, habrá que procurar que lo haga con la mayor moderación posible, como parece ser el interés tácito y explícito de la señora Díaz. Así que será responsabilidad de los naranjas convertirse en pomelos otra vez. Las dos actitudes son compatibles y dignas. Que no se vea traición en ello. De ley es hablar claro y abandonar las imposturas de conveniencia que tanto desalientan al electorado. Cualquier cosa antes de que Susana se vea obligada a hacer la política de Pedro Sánchez también en Andalucía. El oprobioso régimen superará los cuarenta años, sí, pero todo es susceptible de empeorar con la ayuda de Podemos.

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