ABC CORDOBA 22-10-2018 página 20

20 CÓRDOBA LUNES, 22 DE OCTUBRE DE 2018 cordoba. abc. es ABC Variedad Los policías y guardias civiles abrieron el paso a rocieros, picadores, rejoneadores y bandoleros A la cita se sumaron después muchas asociaciones y entidades que mostraron cómo sigue vivo el caballo en el día de hoy. Estaban los hermanos del Rocío de Córdoba, que todos los años caminan de muchas formas hasta la Virgen, pero en gran medida sobre caballos y vestidos de corto, como lo hacían ayer con todo orgullo. Los caballos son trabajo y vehículo que no impacta en la naturaleza, pero también deporte y arte y de eso sabían las muchas modalidades que llegaban después. Había distintos tipos de doma y de escuelas, cada uno con su traje distintivo, y siempre sobre caballos de impecable y hermosa estampa que levantaban los piropos. Trajes históricos La lluvia impidió que salieran algunos trajes históricos que estaban previstos, ya que algunos son tan delicados que no se puede asumir el riesgo de que la lluvia los deteriore, pero sí se vieron otros. No faltaron los que están asociados a la Fiesta de los Toros, como los picadores y los rejoneadores, con algunos de los animales más coquetos que se vieron, y tampoco los alguacilillos. El público se entusiasmó con los bandoleros que llenaron de leyenda las Sierras españolas en el siglo XIX, y que iban con sus trajes tal y como debieron de ser, y con los carruajes que cerraban el desfile. En la calle de la Feria llegó el momento más emocionante, con los Tercios de Flandes y con la dramatización en la que se recreó la fundación de las Caballerizas Reales en el siglo XVI. No quedará la cosa en esta mañana de octubre: a partir de ahora los enamorados del caballo se han buscado nuevos retos: una calle para Diego López de Haro y la declaración de Real Sitio para las Caballerizas. Representación de la Guardia Civil y la Policía Nacional en el desfile de ayer FOTOS: VALERIO MERINO Cientos de personas asisten a un singular desfile ecuestre con fuerzas de seguridad y asociaciones civiles El caminar eterno de un caballo POR LUIS MIRANDA CÓRDOBA ara qué sirve un caballo en la España del siglo XXI, cuando en vehículos a motor se puede ir a todas partes? Símbolo de estética, nobleza y elegancia, el caballo desapareció de la vida cotidiana y nadie lo ata ya a la puerta de ningún establecimiento, pero todavía hay muchos que siguen trabajando con estos animales, otros que los disfrutan para el deporte y lo recreativo y muchos otros que siguen recordando para qué sirvió. Hoy ya no están los caballos tan presentes pero siguen fascinando y al conjuro de la palabra y al saberse que había un desfile ecuestre, miles de cordobeses salen a las calles para disfrutarlo, para ver cómo los nobles animales, cabalgadura histórica de reyes y de héroes, muestran su impecable estampa, que a fuer de ser hermosa ensalza a sus mismos jinetes. Y sí, sigue sirviendo el caballo en la España de 2018 y muchos lo montan ¿P y otros muchos lo disfrutan. La ciudad acogió ayer el que tenía que haber sido uno de los mayores desfiles ecuestres de su historia, pero que la lluvia que no se quiso marchar hasta bien entrado el mediodía condicionó. Eso sí, no impidió momentos de excepcionalidad efímera. Era un homenaje a Diego López de Haro, el caballero veinticuatro que desde el Cabildo municipal de Córdoba impulsó en el siglo XVI ante Felipe II la creación de las Caballerizas Reales, que cada año recuperan más su protagonismo en la ciudad. La cita la organizaba la Casa de las Cabezas con la colaboración de múltiples instituciones públicas, a la cabeza el Ayuntamiento de Córdoba, la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y la Universidad, y también privadas como Córdoba Ecuestre, y reunió aplausos y entusiasmo por todas las calles. También paciencia: estaba prevista a las 11.00, pero la lluvia obligó a retrasarlo al mediodía y más tarde a las doce y cuarto. Chispeaba, pero la tendencia era a que el agua se marchase y así fue. Para los que quisieran cono- cer el pasado y el presente de los caballos era la mejor escuela. Si se trataba de recordar al que había sido el caballerizo mayor del Rey, nada mejor que la Guardia Real, con un escuadrón de escolta, para empezar el camino. Las cornetas y tambores entonaban toques militares que antaño guiaban a los ejércitos en las maniobras y el combate. Llegaba también la Policía Local de Córdoba con su uniforme de gala y también la Guardia Civil, que cambió el verde oliva tradicional por el rojo y el azul, pero sin olvidar los indispensables tricornios para montar a caballo. El público identificó su escudo y jaleó a los miembros de la Benemérita: ¡Viva la Guardia Civil! Les seguía la Policía Nacional y representantes de la Yeguada Militar de Écija. Homenaje a Diego López de Haro, caballerizo mayor