ABC CORDOBA 21-10-2018 página 22

22 CÓRDOBA DOMINGO, 21 DE OCTUBRE DE 2018 cordoba. abc. es ABC Festival Flora Paseos en busca de las ventanas multicolores La cita desafía a la lluvia con mucha afluencia por los seis recintos y un público que ya conoce del año pasado lo mucho que tiene que ver con tranquilidad LUIS MIRANDA CÓRDOBA L O que no es tradición es novedad. Ciudades tan atadas a los hábitos como Córdoba viven así los cambios que llegan de tarde: no todos gustan ni todo lo que aparece alguna vez puede arraigar, pero cuando ha conseguido triunfar reciben el homenaje silencioso de quienes apenas pueden esperar para esperar aquello que sólo se les da una vez al año. Pasa ya con el Festival Flora, que el viernes entregó los premios y que ayer abrió las puertas al gran público por primera vez. Y aunque sólo fuera el segundo año, ya se notaba que hay un aire propio de estos días de octubre, los primeros inequívocamente otoñales, en que se reverdece con otros códigos el fulgor primaveral de los patios, hay un estallido de colores aunque no sea en la naturaleza sino en la planificación e inspiración de las obras de arte y, ya que el calor no es excusa, dan ganas de patearse otra vez Córdoba. Sí, el Festival Flora tiene en común con el de los Patios de mayo no sólo los recintos, aunque sean institucionales y no particulares, y por supuesto la presencia de las especies vegetales, sino también esa excursión por la propia ciudad que muchos se regalan a sí mismos en cierto momento. Es importante visitarlos, pero tampoco es secundario el callejeo por la parte antigua de Córdoba, el disfrute de los lugares por los que sólo se pasa de tarde en tarde. En tradiciones. El imán del patio ganador El debutante patio de la escuela de arte Mateo Inurria ejerció de imán en la mañana de ayer, todavía sin demasiadas colas. Por allí pasaron cientos de personas en busca del parque infantil con flores que había creado el belga Mark Colle, y que sorprendía por la compleja arquitectura que aprovechaba el recinto. Todo el mundo quería hacerse fotografías en los simulados columpios multicolores y costaba caminar entre los que no querían perderse detalles de la obra. Fotografías Es lo que hizo por ejemplo María del Carmen, que con su prima y con su marido rodeaban la instalación que en el patio de las columnas del Palacio de Viana había dispuesto el artista chino Sherlovell Yu, titulada Fluido con cada planta en un pequeño vaso de cristal con agua. Ya el año pasado lo vimos y fue una sorpresa; así que esta vez no hemos querido perdérnoslo afirmó entre un río constante de personas que no dejaban de hacer fotografías y de admirar la ins- talación en la que los elementos florales estaban dispuestos como si hubieran nacido de las tuberías de aluminio dispuestas en la fuente central. Habían comenzado, como otros muchos, en el Patio del Reloj del Palacio de la Merced, donde la rusa Natala Zhizhko había realizado una de las instalaciones más originales. Muy fina definieron estos cordobeses. Su instalación, como todas las demás, venía condicionada por el espacio, por un lugar en que manda el reloj de sol, y por lo tanto había que tratar la luz de una forma muy especial. La artista creó una especie de haces artificiales en las que aparecían distintas especies de colores, que sedujeron al público desde el primer momento. Para recordar el ambiente de los patios, no faltaban quienes contaban las visitas que pasaban, aunque no hubiera en todas partes que controlar el acceso ni que cortar. Podía ser el comienzo de un paseo otoñal con sabor a primavera o directamente a Córdoba. El Palacio de Viana tenía esta vez la entrada por el Patio de Recibo y la entrada era gratis y permitía ver todo el conjunto. Por allí el paseo estaba lleno de rincones, porque se podía avanzar por Hinojo, por Parras o por Muñoz Capilla hasta San Andrés y luego subir hasta Orive, don- Colas La Posada del Potro fue la que tuvo más lentitud para acceder, por ser el lugar con espacio más reducido, pero también el Patio del Reloj de la Diputación Opinión No lo esperábamos así, nunca habíamos visto algo parecido dijo una pareja que viajó desde Madrid y encontró algo tan singular en la ciudad de estaba otra de las obras de Flora, que llevaba la firma de la cordobesa Lola Guerrera. Del suelo al cielo: con Perseida había querido asemejar con flores, con una estructura muy imaginativa, lo que sucede en el cielo nocturno en agosto. Hasta allí llegaron Vicky y Carlos, que habían llegado desde Madrid para visitar a unos amigos y disfrutaban de la visita. No lo esperábamos así explicaron tras un camino que les había llevado desde Viana. Quien quisiera disfrutar de Córdoba podía seguir haciéndolo desde ahí y bajar la calle San Fernando o callejear por las paralelas hasta desembocar en la plaza del Potro, donde estaban las primeras colas de esta edición del festival, quizá por lo reducido del espacio. También hubo colas conforme avanzaba el día en el Palacio de la Merced. El camino se hacía más recóndito y seductor conforme se avanzaba y se podía subir por la recoleta calle Julio Romero de Torres hasta el Museo Arqueológico, donde esperaba el Capricho de la británica Carly Rogers, la más inspirada en la naturaleza y en lo imprevisible de un bosque.