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ABC CORDOBA 28-09-2018 página 56
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56 CULTURA VIERNES, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2018 abc. es cultura ABC FORO CULTURAL María Dueñas: Fui trasterrada y pasé apuros como mis personajes La escritora habla de la vida de los emigrados españoles en Nueva York en la multitudinaria presentación en Córdoba de Las hijas del Capitán LUIS MIRANDA CÓRDOBA U NA profesora universitaria de Filología Inglesa, ¿que úede haber tenido en común con quienes tienen que emigrar por motivos económicos y buscar fortuna en unas tierras en las que ni siquiera conoce el idioma, que tienen que buscarse la vida en el Nueva York de los años 30? Puede parecer distante, pero María Dueñas siente que tiene eso en común con los personajes de su última novela, Las hijas del Capitán La autora de éxitos como El tiempo entre costuras abrió ayer la nueva temporada del Foro Cultural de ABC Córdoba, que se desarrolló en el salón de actos de Cajasur en Gran Capitán con un lleno apoteósico ya un cuarto de hora antes de comenzar. La cita está patrocinada por la Fundación Cajasur y contó con la presencia del gerente de ABC en Andalucía, Álvaro Rodríguez Guitart; el director de ABC Córdoba, Francisco Javier Poyato, y del director de Comunicación de Cajasur, Jacinto Mañas. Ante un auditorio que no dejó de mostrarle su admiración, María Dueñas proclamó que se había visto como esos personajes. He sido una trasterrada como ellos, porque no entendía a veces lo que me decían, o no era capaz de hacerme entender, y eso me lo han transmitido ellos afirmó. Su charla con el también escritor José Calvo Poyato comenzó con El tiempo entre costuras su primera obra, que le hizo saltar a la fama y que fue un libro muy vendido. Planeta quería abrir una nueva colección y era un tiempo en que se llevaban más bien los libros de Stieg Larsson. Pensé que podía ser un éxito o que pasaría al olvido y sucedió lo primero relató. El grueso de la conversación giró en torno al Nueva York del año 1936, que ya es una gran ciudad, pero que también nota los efectos de la Gran Depresión. Allí llega un marinero malagueño que se llama Emilio Arenas, un buscavidas de poca monta para acercarse cargo de un pequeño negocio y allí se lleva a su familia: a su esposa y a sus hijas Victoria, Mona y Luz. El sueño americano Le sirvió para hablar de los emigrantes españoles en la ciudad, que en aquella época inmediatamente anterior a la Guerra Civil ya eran entre 30.000 y 40.000 que iban buscando un mejor futuro. Mantiene su esencia y se abren a un mundo nuevo, aunque absorben algunas cuestiones culturales según la escritora. Eran una pequeña parte de los más de tres millones que buscaron una nueva vida en tantos lugares del continente americano. Para preparar su novela ha hablado con personas que vivieron la emigración a Nueva York, aunque entonces fueran muy niños y ha contado cómo era su vida, y de ahí sale que había mujeres que ni siquiera aprendieron inglés, pero que eran capaces de hacerse entender por gestos Lo que tiene claro es que para ellos marcharse a Nueva York o a los Estados Unidos no era buscar el sueño americano de hacer fortuna y hasta cambiarse el nombre Al contrario, querían volver a su ciudad, a su pueblo, y con lo que hubieran ahorrado María Dueñas y José Calvo Poyato, durante el Foro Cultural de ABC Córdoba establecerse, comprar tierra o abrir un pequeño negocio. Y para eso se deslomaban a veces con más de un trabajo, y eso que con la Gran Depresión tampoco había demasiados En aquella ciudad en que ya Broadway era un centro de atención para los amantes de los musicales y había metro, trenes elevados y se habían construido los grandes edificios ha querido contar la historia de muchas mujeres, que en ocasiones trabajaron por ejemplo en la limpieza de casas o edificios, pero que casi siempre quedaron al cuidado del hogar. He conocido a niñas que llegaron con sus madres, en brazos o de la mano, pero siempre todos tuvieron el sueño de volver. La Guerra Civil cortó los planes de muchos explicó. Quienes llegaban a la ciudad se enfrentaban a algo difícil, pero había varios círculos de ayuda, como explicó la escritora: Primero estaban los que eran del mismo pueblo o parientes, que incluso hacían que la gente viviera en su casa y le daban algo de comida, aunque eran pisos muy pequeños. Luego estaba la regional, porque había casas, círculos y centros de andaluces, asturianos, cántabros, valencianos y todos los lugares. Y al final las sociedades como la Unión Benéfica y la Sociedad Nacional Ahí se colaboraba con los que llegaban y se ayudaban unos a otros. Pero aún así, estaban muy solos, muy fuera de la realidad, porque muchos ni siquiera sabían leer y escribir y una carta de España podía tardar en llegar dos meses Lo que se cuenta en Las hijas del Capitán que publica la editorial Planeta, es ficticio, pero se nutre de lo que ha conocido de los hijos de los protagonistas y del archivo de varios investigadores españoles que reconstruyen la historia de quienes emigraron a los Estados Unidos. María Dueñas insistió en su pasión por la documentación que tiene que

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