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ABC CORDOBA 19-08-2018 página 38
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38 ESPAÑA DOMINGO, 19 DE AGOSTO DE 2018 abc. es espana ABC MEMORIA HISTÓRICA DE LA LUCHA CONTRA ETA (III) Treinta años tras las huellas de una sombra: el asesino de la inspectora García Tellería vivía como un mendigo. Trabajaba y dormía en una ebanistería a cambio de cama y plato PABLO MUÑOZ CRUZ MORCILLO MADRID 1970 2017 2017 Es casi de noche en León, en el estado mexicano de Guanajuato. Un agente de paisano se acerca por la espalda a un hombre que camina encogido. Acaba de salir de una pequeña ebanistería y parece un mendigo. ¿Ángel Tellería? le pregunta. El interpelado se da la vuelta y no parpadea: Sí, soy yo responde, pese a que lleva más de 30 años sin oír su nombre y ha tenido tantos falsos que quizá ya no pueda recordarlos. Unos minutos después, un grupo de policías españoles se abraza en el coche en el que están camuflados junto a sus colegas: Jefe, lo tenemos escucha un mando al teléfono en su despacho de Madrid. Es 22 de febrero de 2017 y falta menos de un mes para que prescriba el asesinato por el que varias generaciones de policías han perseguido la sombra del etarra, reconvertido en un cuasi pordiosero. Se llamaba María Josefa García Sánchez. Tenía 23 años y llevaba 16 días en la Brigada Central de Información cuando Tellería, Dienteputo y Txapela, miembros de un comando ilegal, la asesinaron en Zarautz (Guipúzcoa) Fue la primera mujer policía a la que mató ETA. Pertenecía a la primera promoción de inspectoras que tuvo el Cuerpo, mujeres de sangre azul que la derramaron como uno más. Era 15 de junio de 1981. Habían dado con el piso franco de los terroristas. María Josefa subió por las escaleras mientras sus colegas tomaban el ascensor. Se cruzó con la muerte en la primera planta. Un tiro en la cabeza, disparado por José Luis Eciolaza Galán, Dienteputo según recoge la sentencia dictada hace solo unas semanas. Los tres etarras huyeron. Solo se pudo condenar a dos colaboradores. Txapela, uno de los tres, fue asesinado por los GAL en 1984; Dienteputo estaría refugiado en Venezuela y a Tellería se le situaba en México. Jamás se le había localizado. Una foto ampliada de la inspectora García cuelga en el despacho de los Policías confundidos con narcos rivales La búsqueda de Ángel Tellería se convirtió en angustiosa durante los últimos seis meses. El asesinato de la inspectora María Ángeles Sánchez prescribía en marzo de 2017 y la fecha se acercaba en el calendario sin que los cuatro policías de la Comisaría General de Información desplazados a México dieran con una pista fiable. Perseguían a una sombra y pese al trabajo de los equipos conjuntos que formaron con agentes del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) la agencia de Inteligencia mexicana, todas las puertas se cerraban. Se movieron por León, Guanajuato, Sinaloa, Jalisco... En uno de ellos, en Sinaloa llegaron a confundirlos con miembros de un cartel rival y tuvieron que salir corriendo antes de que descubrieran que eran policías. En la calle de al lado hubo tres ejecuciones y nosotros sin poder ni respirar explican. No sabíamos si era peor que nos creyeran narcos o federales En 2012, tras el cese de los asesinatos de ETA, los agentes de la lucha antiterrorista empezaron a trabajar en casos no resueltos. Desde ese año y hasta febrero de 2017 un grupo de agentes ha viajado y perseguido de forma intermitente a Ángel Tellería, los seis últimos meses viviendo allí y jugándose el tipo en territorio narco. Huyó con su mujer etarra Ángel María Tellería Uriarte carga con un currículum de muerte desde antes de los 20 años. Ingresó en ETA en 1972 y dos años después ya integraba el comando de legales Txabi Echevarrieta. En 1980 tras la caída del talde, pasa a la clandestinidad en Francia. Durante los años siguientes vuelve al País Vasco para matar a cuatro guardias civiles y a la inspectora García, entre otros. Le da tiempo mientras a casarse en Hendaya con otra etarra, María Jesús Arana Bado, con la que tuvo dos hijos, y a trabajar como guarda de seguridad en la estación de tren. Cuando los GAL matan a Txapela, su compañero de comando, Tellería huye a México con su familia creyendo que va a ser el siguiente (1987) En treinta años no había vuelto a tener contacto con España. Lo acoge el colectivo de refugiados jefes de la Unidad Central de Información Interior desde entonces. Cada mando que se ha sentado ahí en las tres últimas décadas se ha propuesto detener a los asesinos de esa policía. Sabíamos que Tellería era importantísimo pero hasta que lo trajimos de vuelta y vimos llorar a alguno de los jefes no fuimos conscientes de todo lo que representaba cuenta uno de los policías que lo capturó en México. de México al que la organización aporta recursos. Gente que ya no tiene causas pendientes crea allí empresas y eso proporciona cobertura a muchos explican a ABC tres de los policías que persiguieron sobre el terreno a Tellería o más bien a su sombra entre octubre de 2016 y febrero de 2017. Pasamos allí las Navidades y el Año Nuevo. Las dificultades crecían, no lo situábamos y la prescripción del asesinato se acercaba relatan con la emoción de aquellas semanas de infarto rescatada de su memoria. Tellería, eso se supo mucho después, y con una de las identidades falsas que le proporcionó ETA, aprendió el oficio de carpintero en la empresa de madera Monte Albán de un miembro del colectivo vasco. En los noventa proporcionó infraestuctura a los miembros de ETA Mikel Arrieta y Esteban Murillo y formó parte del talde Proyectos en terceros países- Bikingoak dedicado a buscar santuarios etarras en Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Belize o República Dominicana. Pese a los esfuerzos policiales en aquellos años nunca fue localizado. Y con el paso del tiempo las investigaciones se complicaron. No se sabe bien en qué momento, Tellería tuvo varios desencuentros con miembros

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