ABC CORDOBA 19-08-2018 página 24

24 CÓRDOBA Contramiradas DOMINGO, 19 DE AGOSTO DE 2018 cordoba. abc. es ABC Luis Celorio Córdoba hoy no tiene claro hacia dónde va Artista Creador poliédrico, desembarcó en Córdoba justo el año en que la democracia municipal echaba los dientes. Y ha cultivado una mirada crítica y sagaz de estos cuarenta años de fulgor y agotamiento Luis Celorio, la pasada semana, en su estudio de la casa familiar 40 años no es nada ARISTÓTELES MORENO U stedes lo conocerán por la odisea de Jonás. El pez- banco que descansó durante más de diez años en uno de los patios del Palacio de Orive, hasta que el concejal de turno ordenó su evacuación a las orillas del Guadalquivir, junto a la Calahorra. Vivió entonces un periplo kafkiano, con cautiverio en las atarazanas municipales incluido, para acabar finalmente en la acera sur del río donde ya dormita plácidamente. Jonás es una bella y robusta escultura de Luis Celorio tallada en granito. Su obra, en cambio, trasciende largamente este incidente rocambolesco. Artista prolífico y multidisciplinar, ha explorado los territorios de la pintura, el dibujo, la ilustración o el diseño gráfico, en cuya disciplina trabajó durante muchos años en la órbita del Ayuntamiento poco después de recalar en Córdoba procedente de Madrid, su ciudad natal. Hablamos de 1978. ¿Por qué Córdoba? Quería irme de mi entorno familiar y huir de Madrid. Aquí tenía familia y el sur me atraía más que el norte. ¿Y qué universo encuentra aquí? Siento un choque cultural con Córdoba. Mis vecinas sacaban las sillas a la puerta y cuando alguien venía a buscarme ellas daban el recado. Era sorprendente. La gente de mi edad, sin embargo, era más permeable que en Madrid. En ese sentido, encuentro una ciudad abierta pese a lo que se suele decir. No encuentra una ciudad cerrada. Yo tengo cierta tendencia a la etnografía. Para mí, Córdoba era un caldo de cultivo ideal. Como una cosa exótica, donde hay cierto encanto en las cosas antiguas. Cuarenta años después, ¿qué nos hemos dejado por el camino? Era una democracia joven y había mucho por hacer. Había ilusión y una Lo primero que hizo cuando aterrizó en Córdoba en 1978 fue buscar una casa en el casco histórico. Quería montar un bar de copas como medio de vida para sostener su creación artística y abrió un establecimiento en el Portillo en la casa que hoy es su vivienda familiar. Allí conoció a la progresía que pronto tomaría las riendas del poder municipal. Trabó amistad con Pepe Villegas y contactó con Julián Estrada, a través del cual colaboró activamente en la revista El Pregonero. Su carrera artística se extiende a lo largo de medio centenar de exposiciones, individuales y colectivas, principalmente en Córdoba y Madrid, pero también en Sevilla, Segovia, Santander, Málaga, Manchester, Luxemburgo y hasta Nápoles. Es titular igualmente de una notable trayectoria como diseñador gráfico. apuesta común. Los grandes temas de la ciudad estaban pendientes: el Plan Renfe, la sanidad, la limpieza de las calles, la cultura. Son años muy efervescentes. Esa etapa va desapareciendo y se entra en una inercia donde se ha perdido la orientación. La ciudad hoy no tiene claro dónde va. Hemos funcionado mejor en la reivindicación que en la construcción. El Plan Renfe se invirtió en el río pero se ha diluido. No hay renovación del proyecto ni suma de voluntades. Esta ciudad tiene cuatro asociaciones de hostelería. Soy negativo porque no veo que la ciudad arranque. ¿Y hacia dónde debe caminar Córdoba? Hay una frase de Facundo Cabral que decía que buscando agua encontró petróleo pero se murió de sed Córdoba tiene el patrimonio pero está muriendo de sed. No sabemos mantenerlo, cómo coser el patrimonio y generar riqueza. ¿Nos hemos curado ya del fiasco de la Capitalidad 2016? Esta ciudad es especialista en ir a por títulos. Hubo fallos que no se han reconocido. ¿Qué fallos? No había otro proyecto que no fuera el patrimonio. No había ningún peso de la actualidad. No éramos capaces de encontrar una alternativa actualizada. Somos cautivos de nuestro pasado. En parte, sí. Pero es como si un país se quejara de tener mucho petróleo. Lo que tienes es que convertir el patrimonio en otra cosa. 2016 se usó como una plataforma política. Rosa Aguilar se lo llevó para sí y lo metió en Alcaldía. Era una plataforma de popularidad.