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ABC CORDOBA 09-08-2018 página 72
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ABC CORDOBA 09-08-2018 página 72

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JUEVES 9.8.2018 Editado por Diario ABC, S. L. San Álvaro, 8, 1 3, 14003 Córdoba. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 37.478 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Teléfono de atención 901 334 554. Centralita ABC 91 339 90 00. MARAVILLOSOS GUIRIS GUILLEMETTE SANZ RELACIONES PÚBLICAS VISTO Y NO VISTO Una bretona en el Cabo de Gata De los húmedos veranos de Bretaña al delicioso Mediterráneo y las cenas tardías. Hace 25 años que esta francesa encontró su paraíso en Almería IGNACIO RUIZ- QUINTANO PESIMISMO Del Discurso de las Naciones Moribundas de Lord Salisbury en el 98 L agencia de rectora de la con sus E. La socia di NORT (en la imagen n Nota Bene comunicació ones bretonas da sus vacaci hijas) recuer SUR. Tras ad FOTOS: ABC aptarse al s ol aplastante de Gata, Guil del Cabo lemette Sanz com su rincón espa ñol para desc enzó a disfrutar de ansar GUILLEMETTE SANZ FRANCIA S oy francesa, de Bretaña. Lo mío eran los veranos en la verde campiña, con botas y chubasquero. ¿El biquini? los días de suerte, de mucha suerte. Aquellos días en los que una se podía bañar hasta las siete antes de ducharse, ponerse un buen jersey y calcetines de lana para cenar a las ocho. No exagero... Hace 25 años me trasladé a Madrid. Y un maravilloso 28 de febrero, descubrí el Cabo de Gata, en Almería. Era pleno invierno, pero parecía un verano bretón. Nos gustó tanto que decidimos probar y ese mismo año veraneamos en aquel pueblo blanco perdido en pleno desierto almeriense, frente al mar Mediterráneo. Mis primeras impresiones no fueron agradables. Llegamos en torno a las dos de la tarde, a pleno sol, un día de calor aplastante y húmedo. Y con un bebé recién nacido. Pensé que comenzaba el peor verano de mi vida: ¿cómo iba a poder aguantar las noches de calor, el sol abrumador, el agua del pozo para bañar a los niños, aquel mar familia, a jugar con nuestro hijo. Pronsin mareas... to cambiamos de identidad, y pasaPero la primera tarde en la playa, mos a ser el papá y la mamá de Gascasi noche para un bretón, la cosa cam- pard El pueblo adoptó de inmediabió: la temperatura se volvió más dul- to a nuestro hijo de 2 años, que pasaba ce, la brisa se levantó y descubrí los de chiringuito en chiringuito pidienbaños al atardecer en un mar delicio- do helados y mimos. samente tibio, en el que uno puede naAquel verano fue todo un descudar durante horas. ¡Qué gusto! Nos fui- brimiento, y los que siguieron nunmos de la playa a las nueve ¡sacrile- ca me han defraudado. Ahora tenegio! para descubrir lo que esconde mos una casa en este maravilloso pueesta magnífica palabra: chi- rin- gui- blo, en la que se cena en familia y con to ¡Divino tesoro! Más de 20 amigos a las doce de la noche, años después, todavía me mapor la que pasan los vecinos TESORO ravilla el tinto de verano al para cotillear y reírse un Todavía me anochecer en el chiringuirato; en la que, con la genmaravilla el to. Quizás sea para mí la te del pueblo, nos metetinto de verano quintaesencia de lo que mos con los gabachos al anochecer en más me gusta del verano invasores. Nuestros hijos el chiringuito español. ya son mayores y les encanta decir, como sus amiLa mamá de Gaspard gos españoles, que se van al Los días fueron pasando y poco a poco pueblo a veranear. Vienen con nofuimos conociendo gente en esta pla- sotros al chiringuito, el tinto de veya diminuta: pescadores, gente del rano tiene el mismo sabor y los larpueblo, familias con niños, adoles- gos anocheceres de colores dulces y centes dispuestos a jugar con los pe- temperatura suave siguen siendo uno queños... Con esa cordialidad y esa de los momentos más mágicos para simpatía tan característica de Espa- mí. Desde luego, sigo reivindicando ña en general, y Andalucía en parti- mi lado bretón, pero ¡el verano en el cular, todos empezaron a hablar con Cabo de Gata tiene un sabor y una nosotros, a interesarse por nuestra magia únicos! Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Ralladura, f. Limón sometido a tormento. o malo del pesimismo español es que se cumple. Lo que no se puede es dar lugar a que el pesimismo se adueñe de la raza decía Lerroux veinte años después del 98, aquel hito. Pero el 98 seguía ahí, con sus literatos cenizos en Madrid y con Lord Salisbury y su Discurso de las Naciones Moribundas Podemos dividir las naciones del mundo, grosso modo, en vivas y moribundas entre las cuales nos incluía, en Londres, si bien el pobre Lerroux pensaba que se refería a la España oficial o sea, a la Monarquía, y pedía una mano de hierro republicana. De Polonia vino entonces Wincenty Lutos awski, un apóstol platónico de la abstinencia, a estudiar el pesimismo de nuestra literatura, y amigó con el poeta de las doloras, Campoamor, quien le presentó a su dolora predilecta, Sofía Casanova, rubia de ojos verdes, corresponsal de ABC en la Revolución rusa, y se casaron. Después de casarse conmigo, me dijo que lo había hecho porque le habían predicho que el hombre que libertase a Polonia tenía que nacer de madre española confesó Sofía Casanova al Caballero Audaz. Mas los grandes del moderno pesimismo español son José Martí, el amigo personal de Fidel Castro (Vanessa Redgrave) y Simón Bolívar, cuya memoria usurpa el hamponato venezolano, donde nuestros Sánchez y Zapatero ejercen de pluviales del autobusero, esos pajaritos carroñeros que limpian los dientes del cocodrilo. La incapacidad de gobernarnos dijo Martí está en los que quieren regir pueblos originales con leyes de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos: con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro de un llanero. Antes, dejó escrito Bolívar: América es ingobernable para nosotros. Quien sirve una revolución ara en el mar. Lo único que se puede hacer aquí es emigrar. La Gran Colombia caerá en manos de tiranuelos de todos los colores. Devorados por todos los crímenes, los europeos no se dignarán conquistarnos. Si la juventud supiera, si la vejez pudiera.

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