ABC CORDOBA 29-07-2018 página 95
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página95
- Fecha de publicación29/07/2018
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ABC DOMINGO, 29 DE JULIO DE 2018 abc. es estilo CULTURA ABCdelVERANO 71 la réplica de la Nao Victoria cos centímetros de tu rostro, y sentir el bamboleo incesante, a veces mareante, con un calor y una ventilación escasa que estaba en el diseño original y la réplica respetó. Pero la experiencia es única. Una noche aquí cuesta 200 euros. A las 4 de la mañana, a unas 25 millas de la costa, las estrellas envuelven un mar sin luces. A las 6 la claridad las apaga como un soplido. Al poco amanece. No se ve ni una nave alrededor. Así vieron el mar hace 500 años. Pronto los voluntarios se encaraman a los palos y despliegan una a una las velas. das, llenas hasta los topes de alimentos Se espera viento, pero el mar continúa y repuestos, además de armas y mer- en calma. Acabada la maniobra comiencancías. Los marineros dormían en cu- za a soplar tímidamente. La nave se muebierta y solo tenían mantas impregna- ve. El viento clava la quilla en las olas y das en cera para protegerse de la lluvia se nota mucho menos bamboleo que y la nieve patagónica. La cubierta es baja navegando con el motor. Los pasajeros y en cuanto alguna ola supera los dos tiramos de móvil, frenéticos, para inmetros entra el mar por los imborna- mortalizar el espectáculo con la pinta les. Así dieron la vuelta al mundo. Mi- y el sonido de una máquina del tiempo. rando siempre al oeste y hallando el El pintor Augusto Ferrer- Dalmau lupaso al mar del Sur, el que acababa de cha contra sí mismo y contra el reloj ver Núñez de Balboa. Lo llamaron para captarlo todo, hasta encontrar Pacífico. Y todavía se llama. el lugar exacto donde pondrá en VUELTA El pintor Augusto Ferrersu cuadro a Juan Sebastián ElLa réplica de Dalmau ha venido a la Nao cano, capitán de la Nao Vicla Nao dio la para aprenderlo todo. Las toria y navegante español, vuelta al mundo sensaciones, los sonidos, en su trasiego del mundo, ya en 2004 y puede nunca más plano. los volúmenes del barco. que repita en Las texturas, la visión frágil El barco sigue una gira por 2019 y sin embargo durísima de el norte y es tan fotogénico que aquel mar que estaba siendo conparticipa en rodajes y festivales de quistado. Invitado por la Fundación Nao grandes veleros. Es mucho más duro de Victoria, toma apuntes febrilmente en lo que parecía en puerto. Es como un un cuaderno, por momentos, o hace fo- hierro dice con orgullo el capitán. Como tos de detalles, y luego sigue disfrutan- viajero a bordo sientes que lo que dice do del espectáculo de la historia surcan- es cierto. Pero el mar es el mar, siempre do nuestro presente. lo ha sido. Por eso no puedes olvidar los Hoy dormiremos en la bodega, don- incontables naufragios hispánicos en de unos camastros en literas se pegan los mares del mundo. Cada minuto de al perímetro interior del casco. Dormir estas hermosas velas desplegadas es un en la Nao significa oír durante la noche homenaje a quellos hombres intrépiel mar rompiendo contra la tabla, a po- dos, a su valor y a su desgracia. A bordo. La tripulación de voluntarios, en su mayoría estudiantes, ordena los cabos (izquierda) y despliega el velamen (dcha) Y sueñan con dar la vuelta al mundo el mar es fuente de presagios y las miradas lo revelan desde el silencio e incluso desde las bromas. Arreglado el motor, la singladura continúa y los marineros vuelven a la actividad rutinaria. Son novatos, casi todos, y para algunos, como María, es la primera vez para todo, para escalar las jarcias y encaramarse al palo y a las cofas. Los arneses que ciñen aportan la seguridad que los viejos marinos no tenían. Ellos podían caer por falta de pericia, un golpe de mar... y solo podían alcanzar, con suerte, la tabla de salvación, un madero atado a la popa de la nave al que intentaban llegar nadando, si sabían. Lo cuenta el capitán, mucho más animado, junto con mil anécdotas, como que las cofas que coronan los palos mayor y trinquete (los dos más grandes) se llamaban carajos y de ahí viene la expresión vete al carajo porque los oficiales castigaban a los marineros enviándolos ahí arriba, donde hace más frío, más viento y se marea uno mucho más Poco a poco, la hermosa costa santanderina se va quedando pequeña y se agrisa por la popa y el bamboleo de las olas del mar abierto se hace mucho más evidente. Hay que imaginar los 120 metros útiles en los que 15 personas no se sienten solas llevando a 45 hombres y varias vacas, cerdos y gallinas que embarcaron en 1519 y daban alimento en las primeras semanas. Las bodegas iban cerra- Elcano, pintado en su momento estelar Dada la importancia de la epopeya, Augusto Ferrer- Dalmau ha elegido representar a Juan Sebastián Elcano en un momento estelar de su viaje: cuando se despide de la Trinidad y sus tripulantes para regresar a España con los tratados suscritos en las lejanas islas y las especias compradas como muestra de sus riquezas. Es el momento en el que se decide la primera circunnavegación global cuenta el pintor mientras toma apuntes en la cubierta de la Nao. Carlos V había ordenado a Magallanes que se trajese la noticia de los descubrimientos y comercios lo más presto que ser pueda Pero el capitán portugués murió en Mactán durante su imprudente participación en una batalla local, lo cual supuso el último de sus errores notorios durante la misión. Nada más ser nombrado capitán, Elcano vio en esa orden del Rey la motivación para volver por el camino más corto. Elcano sabía que los vientos contrarios hacían impracticable la ruta por América. Por eso cuando encontró a dos nautas que le indicaron una ruta hacia la India se arriesga a atravesar el océano Índico. Lo hizo con enorme pericia y con gran riesgo porque los portugueses le querían dar caza. Cualquier mérito del español siempre se asoció a Magallanes. A las puertas del V Centenario de ese viaje, que se celebrará en 2019, conviene valorar que Elcano se responsabilizó de la descabezada misión y además muy pronto se dio cuenta de la importancia de su gesta. Eso es lo que el pintor quiere resaltar, en un cuadro de gran formato al menos como el Glorioso que irá al Museo Naval de Madrid. FOTO: ANTONIO GUTIÉRREZ ROCILLO