Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC CORDOBA 28-07-2018 página 13
ABC CORDOBA 28-07-2018 página 13
Ir a detalle de periódico

ABC CORDOBA 28-07-2018 página 13

  • EdiciónABC, CORDOBA
  • Página13
Más información

Descripción

ABC SÁBADO, 28 DE JULIO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 13 UNA RAYA EN EL AGUA EL ÁNGULO OSCURO JUAN MANUEL DE PRADA JUANA YA TIENE CASA Me gustaría que concediesen el indulto a la aturdida Juana Rivas; pero mucho más que mandasen a la cárcel a la caterva que sacaron tajada de su dolor A sentencia que acaba de condenar a Juana Rivas nos sirve para hacer una reflexión sobre los efectos colaterales de cierta demagogia burda que se envuelve en la bandera feminista. Juana Rivas cometió un grave delito de sustracción de menores y se convirtió en prófuga de la Justicia, causándose un grave daño a sí misma y lo que aún resulta más deplorable a sus hijos. Seguramente lo hizo enrabietada tras una trifulca con su marido italiano, que diez años atrás había sido condenado por maltrato (y había cumplido su condena) y con quien, sin embargo, seguía conviviendo. Juana Rivas debería haber tratado de arreglar amistosamente sus disputas conyugales, en especial las que atañían a sus hijos; y, en caso de que tal arreglo amistoso hubiese resultado imposible, debería haber acudido a un juzgado, para que el juez competente solventase las diferencias. Pero, en lugar de obrar juiciosamente, Juana Rivas se negó a devolver a sus hijos, aprovechando que se los ha traído a España para pasar las vacaciones. Antes, Juana Rivas había acudido a un centro de asesoramiento para mujeres, donde acordó interponer una denuncia por malos tratos contra su marido. No sabemos si esa denuncia fue una artimaña para tratar de arrojar sobre el padre de sus hijos sombras de sospecha. Pero aceptemos que tal denuncia no era falsa ni infundada. Si ese centro de asesoramiento de mujeres hubiese estado regentado por L personas juiciosas le habrían explicado que, al negarse a entregar a sus hijos, estaba cometiendo un grave delito; también le habrían explicado que la jurisdicción encargada de dirimir su denuncia por malos tratos sería la italiana, lo que retardaría la tramitación de su denuncia. Pero, en lugar de aconsejarla juiciosamente, las asesoras de marras en volandas de un odio de género vieron en Juana Rivas la posibilidad de poner rostro a una serie de reivindicaciones feministas. Y decidieron convertir su desgracia personal en un suculento espectáculo mediático que conmovería a la opinión pública De inmediato, Juan Rivas empezó a desfilar por los programas de casquería televisiva, donde exponía su versión de los hechos entre llantos desgarradores. Cualquier persona no completamente irracional, descubría de inmediato que Juana Rivas había cometido cegada por el dolor y el aturdimiento una lamentable equivocación y tal vez también un grave delito; pero la rodeaba una cohorte fanática que trataba de beneficiarse de un potaje de visceralidades, sensiblerías y censuras impuestas por la corrección política. Y, como Juana Rivas les importaba un comino, le hicieron creer que el abrumador respaldo popular intimidaría a los jueces. Por supuesto, el emotivismo pancartero (y tuitero) convirtió banalmente a Juana Rivas en una heroína a quienes todos afirmaban querer acoger de mentirijillas en su casa. Fue un espectáculo de demagogia e hipocresía colectiva completamente vomitivo. Juana está en mi casa repetían los solidarios de sainete. Ahora un juez acaba de determinar que la casa de Juana Rivas será la cárcel. Ni las asesoras inescrupulosas que la enviscaron, ni el feminismo pancartero que aplaudió sus errores con el único propósito de alimentar su relato ficticio sobre una justicia patriarcal ni los programas de casquería televisiva que acogieron sus llantos desgarradores, ni los solidarios de postureo y hashtag se irán con ella a la cárcel. Primero la incitaron mancomunadamente al error; y ahora le toca apechugar a ella solita con las consecuencias de ese error. Me gustaría que algún día concediesen el indulto a la aturdida y doliente Juana Rivas; pero mucho más que mandasen a la cárcel a toda la caterva de pescadores ¡y pescadoras! en río revuelto que jalearon su aturdimiento y sacaron tajada de su dolor. IGNACIO CAMACHO LA CRISIS DE LA LUNA LLENA El Gobierno bonito tiene en el Estrecho una crisis muy fea, porque la política de escaparate no sirve en la frontera Í, hay una crisis migratoria, señor presidente; y sí, hay un conflicto grave en la frontera, señor ministro del Interior. Y deberían empezar a aceptarlo cuanto antes porque el problema va a ir a mayores y la responsabilidad será de ustedes dos. Porque el efecto llamada se ha desatado y no por culpa del Aquarius, que fue una decisión humanitaria irreprochable, sino del imprudente discurso que la acompañó. El discurso de las concertinas retiradas y de la nueva sensibilidad ante la inmigración. El frívolo discurso de escaparate que para contrastar con la xenofobia italiana enviaba señales inequívocas a las mafias negreras y creaba en el Estrecho un escenario de altísima presión. Ahí abajo existe ahora un colapso serio. Los servicios de acogida están desbordados, sin medios, y las fuerzas de seguridad desalentadas, impotentes y muy cabreadas tras haber sido agredidas en un asalto violento. Lo del jueves en Ceuta no fue un barco abandonado a su suerte en mar abierto, sino un conato de invasión por la fuerza de un territorio europeo. A los guardias civiles les tiraron ácido y cal y mientras en el hospital atendían a un buen número de ellos, los agresores celebraban por las calles su éxito. Toda España lo ha visto en la tele; no eran mujeres embarazadas ni niños hambrientos, sino jóvenes sanos provistos de objetos contundentes y armamento casero. Han cometido un delito flagrante que a cualquier español le acarrearía un proceso, y se les veía contentos: estaban en un país que en vez de castigarlos los va a recibir con generosidad y les va a conceder beneficios sociales y otros derechos. Si se trata de excitar instintos xenófobos en ciudadanos que no los albergan, para luego esforzarse en combatirlos, es un buen camino. Resulta difícil no indignarse ante un ejercicio de apocamiento gubernamental tan transparente, tan nítido. El ministro Marlaska tuvo incluso que justificarse porque los agentes devolvieron a Marruecos por las bravas a unos pocos participantes en el allanamiento masivo. Ni una palabra, ni suya ni de Sánchez, de apoyo a los servidores del Estado heridos; el silencio como única respuesta a la evidencia de una terca realidad que desmonta el buenismo. Bueno, no la única; ayer mismo, el Consejo aprobó restablecer la sanidad universal que el anterior Gabinete había restringido. Y las pateras siguen llegando, favorecidas por la luna llena y el oleaje tranquilo; al otro lado de las vallas hay hacinadas 50.000 personas sostenidas por la ilusión de alcanzar la tierra que los traficantes les han prometido. Sí, señor presidente, señor ministro: es una emergencia. No es la primera ni será la última porque gobernar consiste en enfrentarse a contratiempos, no en dibujar quimeras. Porque el privilegio del poder conlleva la obligación de solucionar problemas. Y porque hasta los Gobiernos bonitos han de lidiar con situaciones feas. S JM NIETO Fe de ratas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.