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ABC CORDOBA 19-07-2018 página 36
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36 ESPAÑA JUEVES, 19 DE JULIO DE 2018 abc. es espana ABC Puigdemont lanza a los críticos al asalto del PDECat independentismo que asumiendo el fracaso de los hechos de octubre pretende transitar por el posibilismo, y otro independentismo que sigue instalado en su república virtual. La lucha es descarnada, y el sector crítico está decidido a alinear el partido con las consignas y estrategias ÀLEX GUBERN que llegan de Berlín así como el gruBARCELONA po de Junts per Catalunya en el Parla Si ustedes tienen un fin de semana ment que, de hecho, Puigdemont condifícil, no es nuestro problema El pre- feccionó a su gusto y controla desde sidente del grupo de ERC en el Parla- la distancia. Lo sucedido ayer en la Cámento de Cataluña, Sergi Sabrià, si- mara catalana así lo demuestra. tuaba ayer en clave de crisis interna Fuentes políticas consultadas por del PDECat los acontecimientos de ABC no descartaban que la reorientaayer en la Cámara catalana, se diría ción estratégica de la formación vaya que solo el aperitivo de lo que esta por también acompañada de un relevo en venir este fin de semana. Ciertamen- la dirección, ahora pilotada por una te, lo que le espera al Partit Demòcra- coordinadora Marta Pascal que ve ta Europeu Català (PDECat) entre ma- cómo se le desmanda el partido. El acñana y el domingo es un fin de sema- tual consejero de Política Territorial, na difícil cuando celebre su primera Damià Calvet línea directa con Puigasamblea nacional, en un cónclave de- demont suena como posible relevo. cisivo en el que la miliLa mano tendida de Pastancia decidirá qué quiecal a los críticos, ofrecienEn sintonía re ser el partido en adedo ampliar la dirección Los fieles al lante: un mero instrupara incorporarlos pueexpresidente mento en manos de Carde que ya no sea sufiles Puigdemont y sus fie- pretenden un giro ciente. Podría haber canpara poner les dispuestos a tomar didatura alternativa si por asalto la formación los críticos no se acaban el partido en o un partido que siga tesintonía con JpC de creer a Pascal, como niendo personalidad proreconocen a ABC fuentes pia al margen de Junts del partido. Hay opa per Catalunya. falta calibrar el grado de hostilidad. Son semanas decisivas, y PuigdeCentrar o radicalizar mont y su entorno han asumido que Por elevación, lo que está en juego es tienen fuerza suficiente como para posi el PDECat quiere seguir estando en ner el partido a trabajar para ellos, el carril central del soberanismo el nunca a la inversa. Los acontecimienmismo por el que aspira a circular tos se alinean en esta dirección, como ERC o si, empujado por Puigdemont, lo confirma el lanzamiento el pasado trate de competir en radicalidad con lunes de la llamada Crida Nacional, un la CUP. En otras palabras, este fin de movimiento que aspira a constituirse semana se dirime la disputa entre un como polo independentista por enci- Habrá opa a la actual dirección del partido, falta por calibrar el grado de hostilidad Marta Pascal, coordinadora del PDECat, en el centro EFE ma de siglas, es decir, por encima del PDECat y otros partidos, y que sirva para lanzar a Junts per Catalunya como nueva Convergència puesta al día. Los críticos, es decir los puigdemontistas exigen que el partido se sume a esta iniciativa, algo que la actual dirección ve como algo inevitable pero que, al menos, querrían controlar en parte. La realidad es que el movimiento lanzado por Puigdemont les está pasando por encima, y la humillante posición, al fondo de la sala, don- de acabó Marta Pascal el lunes al presentarse la Crida no pasó por alto. A ello se sumaba la carta de los exconsejeros encarcelados Rull, Turull y Forn, además de Puig desde Bélgica, pidiendo al partido sumarse a la Crida. Ciertamente, al PDECat le espera un fin de semana difícil Los críticos empujan al partido a la caldera que remueve el expresidente fugado. La actual dirección aspira a que, al menos, el partido no acabe disuelto en el magma puigdemontista TODO IRÁ BIEN SALVADOR SOSTRES AQUEL PUENTE DE OCTUBRE L os independentistas son menos de la mitad de los catalanes y el independentismo de todo o nada o sea, Puigdemont, que cada vez se ve más forzado a sobreactuar, consciente de que su estela se apaga son mucho menos de la mitad del independentismo y además están enfrentados entre ellos. Lo sustancial de lo que ayer pasó en el Parlament, más allá de la anécdota concreta, fue la rotura interna de Junts per Cataluña, que es lo último que quedaba por romperse en el independentismo. La CUP hace tiempo que ha demostrado que la política no es su prioridad y Esquerra intenta encauzar al independentismo en los parámetros de la realidad y del pragmatismo porque por fin ha descubierto que no hay vida fuera de la Ley: como mínimo vida en libertad y pudiendo vivir en España. Roger Torrent declaró el martes en una entrevista que no me veo en la cárcel lo que tiene mucho que ver con que no se haya saltado la Ley ni una sola vez desde que es presidente del Parlament. El PDECat, a quien Junts per Cataluña prepara una opa hostil este fin de semana, está bastante en la línea de los republicanos, y como ellos, no porque sean menos independentistas que las cajun girls de Puigdemont, sino porque tienen alguna ambición política más que la pura propaganda, vacía y estéril, del núcleo duro del fugado de Gerona. JpC votó ayer dividida y en la presentación el lunes de su nuevo movimiento dio los mismos palos de ciego que el independentismo lleva dando desde que el 1 de octubre por la mañana Carles Puigdemont cambió de coche debajo de un puente como un ladronzuelo autonomista cualquiera, en lugar de revestirse de la digni- dad presidencial que tanto reclama, y acudir a su colegio electoral para dejar claro ante el mundo entero que España no dejaba votar al presidente de los catalanes. La estampa que el independentismo dejó ayer no es la de una mera regañina sino la de un bloque incapaz de articularse políticamente, atascado en su laberinto estrictamente autonomista. La CUP, con su eterno acné. ERC, con su enésimo intento de ganar unas elecciones a la presidencia de la Generalitat. Y Puigdemont, con su desesperación porque la autonomía le pague los gastos y la vanidad. Por mucho que las histéricas del otro lado quieran negársela, pocas victorias ha habido últimamente en el Occidente libre como la del presidente Rajoy en Cataluña.

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