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ABC CORDOBA 18-06-2018 página 80
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ABC CORDOBA 18-06-2018 página 80

  • EdiciónABC, CORDOBA
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LUNES 18.6.2018 Editado por Diario ABC, S. L. San Álvaro, 8, 1 3, 14003 Córdoba. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 37.426 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Teléfono de atención 901 334 554. Centralita ABC 91 339 90 00. RAROS Y MALDITOS Mary Bell TODO IRÁ BIEN Estranguló a dos niños de corta edad en Newcastle cuando tenía solamente 11 años. Grabó sus iniciales en el estómago de una de sus víctimas. Era hija de una prostituta y de un atracador encarcelado. Fue condenada a cadena perpetua, pero sólo cumplió 12 años en prisión SALVADOR SOSTRES DOS MUJERES Eres la chica que se ha puesto a bailar alzando al cielo sus brazos E conocido a dos mujeres: una intentando salvarse, la otra echándose a perder. La primera lo tenía todo para el naufragio y las rocas eran su único horizonte probable. A la segunda, Dios lleva años meciéndola en sus brazos talentosos y visionarios pero ella sólo quiere empatar con las vidas convencionales y en lugar de cuidar su genio lo pisotea tal como se desfiguraba el rostro Cass, la chica más guapa de la ciudad. ¿Por qué da miedo el talento? ¿Por qué asusta la pureza? Te conocí el primer día del otoño y desde entonces me ha abrumado el catálogo atroz de excusas, espejismos y mentiras con que juegas a esconderte de la vida y de tu deber, y a oscurecerlo todo a tu paso. Casi pudiste hasta con mi luz, nunca estuvo tan cerca de apagarse. A ti, en cambio, que te acabo de conocer, y que todo lo tenías en contra, y que nadie te ayudaba, y que andabas perdida sin saber ni cómo ni dónde ni cuándo; a ti que abrazas el mundo entero con la única fuerza de tu resistencia y de tu fe, no puedo decirte sino exclamarte que sabes a vida y a esperanza, y que con tu determinación y tu vigor se fundaron imperios y se arrasaron luego. Tu sonrisa desenredada, tu banquete de la victoria: eres la chica que se ha puesto a bailar alzando al cielo sus brazos, contenta y entregada. Ni Dios puede salvar a quien quiere arruinarse y existen pozos de dolor interminable para quien cree que puede huir del abismo del talento pactando con la vulgaridad, porque nos hizo libres pero jamás nos libera de la misión con que nos creó. No sé si entiendes el sufrimiento que te espera pretendiendo que eres una cualquiera. Del mismo modo, y por el mismo motivo, nada se interpone entre tus dedos y Dios cuando los estiras para tocar su cara, cuando reúnes sus dones y los elevas, cuando amas la vida tal como Él te amó a ti ofreciéndotela, y sabes hacer que tus días sean inmortales. La decisión siempre es nuestra. He conocido a dos mujeres. Y aunque Dios tenía otra estrategia, la que quiso la Luz, brilló, y la que quiso vulgaridad la tuvo hasta ahogarse en ella. UN ROSTRO ANGELICAL PEDRO G. CUARTANGO H E n la variada tipología de seres humanos que protagonizan esta serie, es difícil encontrar un caso de perversión tan llamativo, o mejor de maldad prematura, como el de Mary Fiona Bell. Nacida de una prostituta y un criminal, asesinó en Newcastle con premeditación y alevosía a dos niños de corta edad cuando ella tenía solamente 11 años. Todo en la vida de Mary fue una tragedia. Betty, su madre, era alcohólica y drogadicta. Se ausentaba de la casa abandonada en la que vivían y dejaba sola a su hija, a la que forzó con cinco años a prostituirse. Se sospecha además que intentó matarla, ya que fue acusada de golpearla y tratar de envenenarla con pastillas. La niña no conoció a su padre, que estaba cumpliendo una larga condena por asalto a mano armada. Con estos antecedentes, Mary Bell asesinó a Martin Brown, de cuatro años. Lo estranguló en 1968 en un paraje solitario y luego entró junto a una amiga a la guardería de Scotswood, donde causó serios destrozos. Allí dejo una nota escrita, reivindicando su crimen. Pero la Policía no se lo creyó porque consideraba que era una broma. De hecho, la familia del pequeño estaba convencida de que había sido un accidente hasta que la autopsia determinó la verdadera causa de su muerte. La Policía cambió de opinión siete semanas después cuando apareció el cadáver de Brian Howe, de tres años de edad, estrangulado de forma idéntica. Mary había utilizado una navaja para grabar en el estómago de su víctima sus dos iniciales: MB. Y luego había usado una tijera para cortar el cabello y los genitales de Brian. Los investigadores ataron cabos y acusaron a Mary y su amiga de los dos crímenes. Identidad bajo secreto Ganó una batalla legal para mantener bajo secreto su identidad. Hoy vive en paradero desconocido. Nunca se arrepintió La hija de Mary se enteró de que su madre había matado a dos niños por unos periodistas que la buscaban Tras encontrar el fiscal un diario en el que se atribuía la muerte de Brian, fue juzgada y condenada por asesinato en segundo grado de los dos niños, con el atenuante de que el informe médico concluía que padecía un fuerte desequilibrio psicológico. La pena fue una sentencia a prisión indefinida, dejando al juez la potestad de decidir su puesta en libertad cuando estuviera rehabilitada. Mary Bell, de rostro angelical e im- pasible durante los interrogatorios, pasó 12 años en la cárcel mientras su madre la volvía explotar mediante exclusivas sensacionalistas en la prensa. Se fugó en 1979, pero fue capturada a los pocos días. Salió por fin en 1980 cuando había cumplido los 23 años. Inició una nueva vida y tuvo una hija a los tres años de terminar su reclusión. La ley garantizó el anonimato de su pequeña, que se enteró cuando tenía uso de razón por unos periodistas de que su madre era una asesina. En 2003, Mary Bell ganó una larga batalla legal para mantener su identidad y la de su descendiente bajo secreto por el resto de sus vidas. Hoy vive en paradero desconocido, sin haber expresado ningún arrepentimiento por sus actos. Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Convencerse, v. prnl. Cerrar una maleta sentándose en ella.

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