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ABC CORDOBA 25-05-2018 página 15
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ABC CORDOBA 25-05-2018 página 15

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC VIERNES, 25 DE MAYO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 15 PUERTA GIRATORIA VIC NATI GAVIRA LO QUE DE VERDAD IMPORTA El Estado ha de revisar las políticas que aplica sobre el núcleo social básico: la familia A familia es ese lugar donde seas como seas, te incluyen. Un sitio que te ofrece la primera idea de compañía incondicional, te inserta en un entramado superior y respeta tu individualidad, al tiempo. Es también el motivo de tus mayores sufrimientos, allí te suelen proponer la superación como camino, y eso cansa mucho. Si todo está ordenado en tu entorno, te sitúas en el centro de una red de afectos y exigencias entrelazadas y vas entendiendo que estás en un lugar que te pertenece, imperfecto y mejorable, pero defendible hasta las últimas consecuencias. En la familia uno puede criticar al hermano, pero el rechazo a que lo hagan los de fuera te anima a descorrer un cordón sanitario en torno a él para seguir siendo únicos y grupo a la vez. Es el espacio donde aprendes a dar observando como recibes y aseguras tus afectos por un principio de confianza que no te explicas hasta que eres tú el que debe convertirse en referencia de seguridad y permanencia. Ninguna cultura niega que la familia sea el núcleo principal de la sociedad, la que da vuelo a otras estructuras sociales y sirve de dique en procesos de transformación, pero aquí se ha instalado un discurso por el que la familia es un hecho elegible, no una necesidad humana, humanamente compleja. La familia no cuenta casi para nada en la organización de nuestro mundo. La política actual tiene planes económicos, incluso la política local se arroga la posibilidad de liderar cambios legislativos, pero es incapaz de hacer un alegato a favor de la familia que interpretan como una institución revisable y mutable. Pasan las campañas electorales y los gobiernos, y ningún partido pone en el centro de su política social a la familia si no es para reivindicar a las minorías que se suman a la necesidad humana de constituirse en familia. La realidad es que la normalidad sigue arrinconada y silente, a la espera de un rescate que impulse el futuro sobre las expectativas de más nacimientos, más hijos y más esperanza porque ningún país puede pensar en el futuro sin niños. El Estado debería reforzar la protección de la familia y socorrerla siempre en sus disfunciones, pero la realidad es que permite programar una estructura económica y laboral que va borrando del mapa la oportunidad de crecer en familia. Ni la conciliación laboral nefasta, ni las raquíticas bajas por maternidad son el desvelo de nuestros gobernantes, tan aficionados a revisar todo lo que les da votos, pero esta es una operación más allá de sus posibilidades. Prefieren mantenerse indiferentes ante el frío cálculo demográfico y dejarán todas sus consignas en un cajón. A lo mejor es que piensan que sometiendo a la familia a un debate que no es el suyo seguirán reduciendo nacimientos, así, de paso se ahorran una buena política educativa, por ejemplo. L PERDONEN LAS MOLESTIAS ARISTÓTELES MORENO VISTA DE LINCE Ahora sabemos que el ex presidente del Córdoba CF dijo no al egipcio Salah, el nuevo astro del fútbol mundial. Con dos bemoles OHAMED Salah tiene una de esas zurdas endiabladas que conducen el balón a través de la hierba como si lo mantuviera atado a la bota. Es dueño de una velocidad electrizante, de un quiebro que desafía las leyes de la física y de un sentido depredador en el área que le permite anotar goles de factura inverosímil. Posee registros futbolísticos sobrados como para asaltar cualquier fortaleza inexpugnable. Nació en Basiun, al norte de Egipto, un 15 de junio de 1992, y despuntó para el fútbol internacional en la Copa del Mundo sub- 20 de 2011. Fue entonces cuando sus virtudes excepcionales lo catapultaron al mercado europeo, primero al Basilea, a quien le entregó en bandeja la liga suiza, y más tarde al Chelsea, la Fiorentina, la Roma y, finalmente, el Liverpool. Mourinho, especialista en dilapidar talentos naturales, apenas lo alineó en el once inicial. Explotó en Italia. El egipcio deslumbró en la Fiore y conquistó la Roma con su fútbol dinámico y punzante como un bisturí. El 22 de junio de 2017 aterrizó en Liverpool para presentar sus credenciales como serio candidato al cetro mundial. Ha firmado una temporada colosal y se ha quedado a un palmo de alzarse con la Bota de Oro que lo encumbra como máximo realizador de las ligas europeas. En su camino se ha interpuesto un extraterrestre: Leo Messi. Normal. Ahora acecha el Balón de Oro y está dispuesto a M dinamitar el monopolio madridista en la Champions League el próximo 26 de mayo. Un diamante puro como Salah genera destellos de luz capaces de ser detectados a distancia. Por lo visto, no por todo el mundo. En 2012, un ojeador profesional llamó a las puertas del Córdoba CF. Un agente de la FIFA, de nombre Ludovic Megret, tenía en su cartera algunos de los valores emergentes del caladero futbolístico africano. Entre ellos, figuraba un chaval de pelo negro retorcido y sonrisa de par en par. Se llamaba Mohamed Salah y apenas había cumplido la veintena de años. Megret contactó con Cándido Cardoso, uno de los asesores del presidente del Córdoba CF. Pero el presidente, vista de lince, desestimó su fichaje porque no estaba dispuesto a pagar un pequeño traspaso a cambio de un jovenzuelo que hoy tiene un precio de mercado incuantificable. Carlos González se esmeraba entonces en meterse en todos los charcos que se encontraba en su camino. Si no le pisaba el callo al Ayuntamiento, le propinaba un puntapié a la prensa o le arreaba un codazo a la afición. Todo conforme a su estilo autoritario y, para ser más preciso, pendenciero. En una de sus habituales bravuconadas, vetó el acceso al palco de autoridades al señor teniente de alcalde. La chulería no pasaría de ser codificada como una simple descortesía institucional si no fuera porque el estadio es propiedad municipal. O sea. No fue la única vez en que el señor presidente se erigió en emperador del planeta Tierra. Ya antes había negado la entrada a los redactores de este periódico porque la realidad que retrataban no se ajustaba al mundo de colores que había pintado su señoría. Su paso por Córdoba fue el de un tornado en medio de un campo de tulipanes. Un rinoceronte hubiera atravesado un escaparate de jarrones chinos con más delicadeza que la de este empresario de brocha gorda, que acabó embolsándose unos cuantos kilos de su paso por el club. Hace poco supimos que se auto adjudicó un sueldo mensual de 20.000 euros, en compensación a su formidable capacidad de destrozar jardines. Con este sensacional bagaje, es comprensible que se paseara por sus narices un superclase y lo confundiera con un pollo en pepitoria. Normal.

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