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ABC CORDOBA 22-05-2018 página 17
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ABC CORDOBA 22-05-2018 página 17

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ABC MARTES, 22 DE MAYO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIC DESDE MI RINCÓN JOSÉ LUQUE VELASCO CÓRDOBA PARTICIPATIVA Los políticos quieren que la sociedad civil participe de los asuntos públicos de la ciudad pero a través de los canales que controlan U PASAR EL RATO rece que la bebida tiene sus sitios y sus ritos, y beber licor a la orilla del río es una falta de respeto al agua que no has de beber. Nos priva del éxtasis que proporciona la contemplación de la naturaleza, y lo sustituye por las pequeñas muertes que viven en las botellas. A la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir le parece inapropiado el lugar de la concentración, porque puede sufrir el río, aunque nada dice sobre los efectos del alcohol en los jóvenes bebedores. Botellón, sí, pero lejos de mis asuntos. La alcaldesa de Córdoba tiene una visión más amplia del problema, por eso es la alcaldesa. Y considera que la empresa municipal de limpieza puede hacerle al río la psicoterapia adecuada, para que pueda volver a fluir limpio y feliz después del espectáculo. La alcaldesa tiene un sentido literario de los acontecimientos, que los sublima. Quizá nos hallamos en Córdoba ante una actualización de la Anábasis de Jenofonte, la expedición alcohólica de los diez mil. Cuando los expedicionarios se retiren, después de haber recorrido sin descanso el monótono paisaje de las botellas, a la mirada quedarán cincuenta toneladas de basura. Que tendrán que recoger los empleados de Sadeco, que no habían tomado parte en la batalla. La bebida es una asignatura que necesita aprendizaje. Y en los colegios y en las universidades, donde tantas cosas inútiles se enseñan, debería enseñarse a beber. Para que también se conviertan en costumbre expediciones de los diez mil a la Feria del Libro, que dejen los estantes vacíos y los cerebros llenos. Después, con el corazón en orden, se podría conversar una botella A uno le inspira simpatía la juventud, también cuando cae derrotada por el botellón, ese enemigo sin grandeza. Será porque uno ha pasado tanta vida con los jóvenes, y del trato viene el cariño. Comprenderlo todo es perdonarlo todo decía el joven Rimbaud, que murió con 37 años, después de Una temporada en el infierno Por puro cariño, uno les desea que aprendan a beber y a leer y a vivir. Y que envejezcan llenos de comprensión y de perdón. El perdón, claro, necesita una copa de menos para resultar creíble. JOSÉ JAVIER AMORÓS EXPEDICIÓN AL RÍO La alcaldesa tiene una visión más amplia del botellódromo. Considera que Sadeco puede hacer al río una psicoterapia adecuada N unca beben a gusto de todos. Los jóvenes botelloneros. Beben y beben y vuelven a beber, como los peces del villancico, aunque de otras fuentes y con distinta intención. Según el cantar, de poca exigencia lógica, los peces beben en el río por ver a Dios nacer. Según la costumbre, de poca exigencia lógica, los jóvenes botelloneros beben en el río por ver amanecer. Y usted que lo vea. Mañana, miércoles de Feria en Córdoba, jóvenes de distintas juventudes se agruparán para beber, porque la bebida en cantidad necesita cómplices. Administrada con sabiduría, la bebida es un placer lento y sosegado, que individualiza y resulta compatible con la creación artística. Beber atropelladamente, sin otro propósito que beber, como si la bebida fuera una actividad que tiene el fin en sí misma, quita perspectiva para tratar con indulgencia el pasado. Como los jóvenes botelloneros tienen poca vida anterior, pueden hacerla desparecer fácilmente de un copazo. Beber, beber y no pensar en nada. Cuentan las crónicas de la ciudad que el año pasado se juntaron para beber más de diez mil aspirantes a hígado graso. Se amotinaron amistosamente cerca del río, sin más desorden que el contenido de las botellas. Y su propia iniciativa. A uno le pa- no de los pensadores más influyentes del mundo occidental, el filósofo griego Aristóteles, decía que el hombre es un zóon politikón equivalente a decir que el hombre es un animal social. Y decía esto porque, en su origen, el término política no es otra cosa que aquello que está referido a la ciudad y a los ciudadanos. Por eso todos tenemos derecho y obligación a intervenir en política. Sin embargo hemos limitado la palabra política a la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos De manera que si un ciudadano, sin cargo representativo alguno se atreve a opinar, sugerir o criticar las palabras o decisiones que toman quienes por encargo democrático rigen o aspiran a regir nuestras vidas, puede ser tildado por ellos de meter la nariz donde no debe o de no tener la valentía de presentarse para ser elegido en vez de enjuiciarlos. Digo esto porque me duele oír con relativa frecuencia que gran parte de culpa de las deficiencias y problemas de Córdoba como ciudad son debidas a la pasividad, a la apatía y a la poca participación de la sociedad civil cordobesa en la política. Siempre que oigo esto me digo que si la sociedad actuara de otra manera también sería criticada. Porque aquellos que llamamos políticos, esos que rigen o aspiran a regir los asuntos de nuestra ciudad, quieren que participemos pero a través de los canales que de alguna manera ellos controlan. ¿No nos hemos percatado que nos nombran hasta las personas que tienen la responsabilidad de defendernos de ellos? ¿Quién ha nombrado al Defensor de la Ciudadanía de Córdoba? ¿No ha sido el Pleno de la Corporación provincial? Los mismos políticos que conforman las instituciones nombran a quienes deben recoger las quejas que de las instituciones puedan tener los ciudadanos. ¿A quienes pretenden engañar? Estamos en feria y son días de alegría. De colgar en el garabato los problemas, tomarnos una copa de vino de Montilla y disfrutar de la compañía de amigos y familiares. Pero no olvidemos que si queremos hacer de Córdoba una ciudad digna de entregar a las generaciones que nos siguen, todos tenemos que trabajar y participar de manera activa y en libertad los 365 días del año. No creo en la democracia representativa si junto a ella no hay una democracia participativa. Y cuando hablo de participar pienso de manera muy especial en ese segmento social de centro derecha democrático que muchas veces considera la participación como algo propio de otros. Si no somos capaces de cambiar la Córdoba callada de Machado por una Córdoba participativa perderemos el derecho a quejarnos de lo que hace esa pequeña parte de la sociedad que llamamos los políticos

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