ABC CORDOBA 08-04-2018 página 34

34 ANDALUCÍA DOMINGO, 8 DE ABRIL DE 2018 abcdesevilla. es andalucia ABC Víctimas piden justicia en Huelva por los crímenes de Almonte Familias de toda España afectadas por casos de violencia se manifiestan en la capital M. ROSA FONT HUELVA La Plaza de las Monjas rompió en aplausos cuando asomó sobre el templete la mujer a la que tuvieron que sacar a rastras de la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Huelva el pasado octubre, cuando un jurado popular declaró no culpable al único inculpado hasta ese momento por los asesinatos de Miguel ángel Domínguez y su hija María de ocho años (Almonte abril 2013) hijo y nieta de María Espinosa. Luego llegó el silencio. La abuela, abatida con una foto entre sus manos. Marianela Olmedo, mujer y madre de las víctimas, escoltada por un escuadrón de madres y padres, de familias llegadas de distintos puntos de España, a las que les han arrebatado una vida. De nuevo Huelva, escenario para pedir justicia. La manifestación de ayer, convocada por la familia de las víctimas, fue una marea verde de globos y corazones que llenaron el centro de la ciudad. Según la Subdelegación del Gobierno, la participación rondó las 400 personas. La Policía Local elevó la cifra a 800. La concentración se llenó de globos y corazones verdes El color de la marea estaba cargado de significado, la esperanza de que el Tribunal Supremo (TS) dé un vuelco al caso y ordene repetir juicio, justo en la espera de su decisión y des- ALBERTO DÍAZ pués de dos batallas perdidas en las primeras instancias: al veredicto siguió una sentencia absolutoria, confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) Hemos sido respetuosos con una Justicia que nos ha abandonado, necesitamos que nos escuche de verdad lamentó Marianela Olmedo cuando tomó la palabra. Los padres de Gabriel Cruz saben lo que es estar en mi piel. A su padre, Ángel, lo consolaba la bruja, todos hemos sido testigos. Yo lo viví durante 14 meses manifestó. Esperamos que el Supremo ordene que se repita la vista y Miguel ángel y María tengan un juicio justo Como una piña, unidas por el dolor, fueron tomando la palabra madres de víctimas de violencia. María Chamón, la madre de Laura del Hoyo, que pidió el cumplimiento de las penas máximas impuestas. Que los asesinos se pudran en la cárcel dijo. Lidia Henríquez, madre de Yurena, asesinada en Tenerife. Es una vergüenza que las madres tengamos que salir a la calle a pedir Justicia se lamentó. Una a una, dieron su apoyo a la familia de Almonte. Lo hizo también Ruth Ortiz, madre de los pequeños Ruth y José. El asesino de mis hijos (José Bretón) está en la cárcel, al que no veo es al de María y Miguel Ángel. No hay un culpable de un crimen tan atroz, no puede ser Sumaron las voces de Adoración Cano, la familia de la pequeña Miriam de La Palma del Condado, del abuelo de Marta del Castillo, Joaquín Begines y Pepi Capitán, familiares del doble crimen de Bellavista, padres de Lucía Vivar- -niña aparecida muerta en las vías del tren en Pizarra (Málaga) familiares de la niña asesinada en Arriate (Málaga) o Emilia Chavero y su esposo, hermana y cuñado de Manuela Chavero, mujer desaparecida en Monesterio (Badajoz) Juan José Cortés, padre de la pequeña Mari Luz, no acudió a la convocatoria. LA CRUZ DEL SUR JOSÉ ANTONIO GÓMEZ MARÍN EL GRAN DESCONCIERTO ras las recientes decisiones de la Justicia europea, el país español anda justificadamente desconcertado. Ya resultaba difícil aceptar esa procesionaria que prolonga la expectativa procesal más allá del Tribunal Supremo obsérvese el oxímoron- -supeditado hoy, de hecho, a la revisión del Constitucional y, por si fuera poco, a unos tribunales extranjeros constituidos por jueces que manejan criterios legislativos diferentes. Pero si hace bien poco el TDH de Estrasburgo revolcaba a la Justicia española no sólo al absolver a unos delincuentes manifiestos sino al condenar al Estado español a indemnizarlos, las decisiones del T jueves pasado exculpación de Puigdemont y puesta en libertad de los demás prófugos- -han desconcertado por completo a un paisanaje que apenas logra distinguir, bajo este penoso lubricán, el blanco de lo derecho del negro de lo torcido. ¿Cómo se puede vender a los españoles que lo ocurrido en Cataluña en los últimos meses y, en especial, el memorable episodio de la proclamación de la República independiente de Cataluña no implicó ninguna violencia y, en consecuencia, que apenas puede suponer para esos golpistas más que una leve responsabilidad? Oigamos al profesor Antonio Elorza ironizar amargamente sobre el hecho indiscutible de que fracturar el orden constitucio- deroso que sea, y ninguna turba, nal en función de la letra del vi- por más rebelde o turbulenta que gente Código Penal- tiene hoy me- fuere, tiene derecho a desafiar a un nos sanción que una multa de trá- tribunal de Justicia porque si ese fico, ya que sería una desobediencia desafío se produjera ninguna ley y una prevaricación leve, sin siquie- estaría libre de duda, ningún juez ra pena de cárcel El ciudadano no estaría seguro de su mandato y nincomprende nada, sencigún ciudadano estaría a llamente, porque no es Puigdemont salvo de sus vecinos posible comprender tanQuienes desde la JustiEl ciudadano cia internacional aportan to disparate. Con este motivo y por no comprende oxígeno a ese indepennada porque dentismo pre- guerracivisugestión de mi amigo no es posible lista no piensan, evidenel fiscal Antonio Ocaña, vuelvo sobre el famoso comprender temente, de este modo, a discurso pronunciado pesar de que hay pocas tanto por John Kennedy a procosas tan peligrosas en disparate pósito del grave desafío una sociedad democrátiplanteado en Mississippi ca como destruir la égida el año 1962, del que no me resisto a que supone un Derecho claro y rareproducir su meollo: Los estadou- cional. Al amparar a los prófugos nidenses decía el malogrado Pre- delincuentes, esos jueces han hesidente- -son libres de estar en de- cho más en un día contra el sentisacuerdo con la ley pero no de de- miento europeísta que todos los sesobedecerla, pues en un gobierno gregacionismos juntos. Y acaso sin de leyes y no de hombres, ningún percatarse de que estaban tirando hombre, por muy prominente o po- piedras a su propio tejado.