ABC CORDOBA 27-03-2018 página 25
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página25
- Fecha de publicación27/03/2018
- ID0006756345
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ABC MARTES, 27 DE MARZO DE 2018 abc. es SEMANA SANTA 25 Los horarios les dieron una tregua: hasta casi las siete no estaban en la calle más que las dos primeras y se podía pasear de su mano como si no hubiera nada más en el mundo, que no lo había. Luego había que buscar a la Sentencia en una plaza llena de San Nicolás. Como el recién enamorado ve apasionantes todos los rasgos del rostro que le ha secado el seso, también era el momento de gustarse en el cortejo largo y bien formado de la cofradía y en los atributos hasta la complicada salida del Señor de la Sentencia, imponente con la túnica de rey que se le ha hecho ya indisociable. Los que esperaban en la plaza se lamentaban como el enamorado contrariado que la bulla les impidiera seguirlo otro rato más y les hiciera esperar a otro momento, como cualquiera en su sitio que se enamore del avance majetuoso y armónico según un compás fascinante como una fórmula secreta. Pero al poco estaba allí la Virgen y al sonar Reina de San Nicolás valía la pena mirarla, con ese sabor antiguo que le acentúa el palio de sabor romántico, cada vez más completo, y nada distraía de ese llanto que parece callado y que obliga a un amor que tiene que ser silencioso y recogido, más arrebatador a la luz de las velas de noche, cuando hay menos bullas y parece que el tiempo se ha detenido. Casi en aquel momento se había puesto en la calle la Vera- Cruz, fiel a una estética que en muchas cosas no ha hecho más que enriquecerse sin variar. No dio este año ese rodeo por las calles del barrio, sino que fue directamente hacia el Puente Romano, y el enamorado joven y feliz que había cruzado el Guadalquivir avanzaba a grandes pasos junto al Señor de los Reyes y buscaba el sol ancho entre los faroles grandes de su paso. Un palio era a esas alturas para el alma lo que un vaso de besos para el cuerpo, y allí buscaba el espíritu a la Virgen del Dulce Nombre, delicada en el cofre de riquezas de su conjunto, y había que acompañarla, siempre a un lado, para que después el corazón no reprochara que no se había aproveagricultura en los jardines de los Patos ROLDÁN SERRANO