ABC CORDOBA 26-03-2018 página 33
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página33
- Fecha de publicación26/03/2018
- ID0006756081
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ABC LUNES, 26 DE MARZO DE 2018 abc. es SEMANA SANTA 33 EL CANDELERO POR LUIS MIRANDA LAPRIOSTÍA Maite García, hermana de la Esperanza, explica cómo vive el día en el que acompaña a los titulares en la procesión La mantilla, tradición viva R. C. M. CÓRDOBA Y fuesen, y no hubo nada A no existen. Toda aquella devoción tan enorme que existía por el Señor Rescatado el Domingo de Ramos se quedó en mucho menos. Había quien esperaba con morbo el momento en que saliese el Señor por si alguien intentaba ponerse detras de Él, pero nada. Apenas unas decenas, quizá un centenar, siguieron a la Virgen de la Amargura, y desde luego, según la hermandad, algún nazareno más. Nada más. Como diría Cervantes, fuesen, y no hubo nada. No ha terminado, por supuesto, la devoción al Señor, que seguirá cada viernes, sobre todo el primero de marzo, pero esa ingente cola era más costumbrista que devocional, según se ha visto. No hay que frivolizar, desde luego. Al que de verdad quiere a una imagen le molesta que le arrebaten el modo tradicional que tiene de acompañarla, y que tantas veces le transmitieron en su familia. Pero la Providencia de vez en cuando pone a prueba y los cofrades tenemos más de una y más de dos experiencias en que los titulares nos ponen en un brete, nos cambian las cosas, y hasta el Maligno nos tienta con los pecados de la soberbia y de la complacencia, y proporciona excusas. Por eso estaba bien traída la explicación de la hermandad de que a disposición estaba la túnica, que no distingue, sino que iguala, que no aleja, sino que acerca mucho más a la imagen por aislar del mundo y de las distracciones. Ha terminado esa rara tradición y lo peor para quienes antes lo tenían por costumbre es que ni siquiera podrán recurrir a una pintoresca asociación vecinal o laicista que les defienda. LUSIÓN, nervios, miradas al cielo, rezos, tradición, emoción. Una mantilla es mucho más que una figura que forma parte del cortejo en una procesión. es una tradición española que sigue vigente tras siglos de historia. El origen de este tipo de velo está en la cultura íbera, cuando las religiosas usaban un mantelum o manto para cubrir la cabeza. Siglos más tarde, en la época medieval, esta prenda representaba a las mujeres que aún recibían el sustantivo de doncellas por su juventud. Desde que apareció la primera mantilla hasta hoy han pasado cientos de generaciones que han heredado las tocas de madres a hijas. Tanto es así, que hay peinas, como la de Maite García, hermana de la hermandad de Nuestro Padre Jesús de Las Penas y María Santísima de La Esperanza, que tienen casi un siglo de historia. Mi mantilla me la envió mi tía de Barcelona y era, a su vez, de una tía suya. Es una pieza que atesora ya más de ochenta años explica con orgullo. El hecho de colocarse la peina es el final de un procedimiento repleto de costumbres. Maite prepara durante todo el año la indumentaria para este momento tan especial junto al Señor de Las Penas en su procesión. Todos los años me hace el vestido una modista, pero hoy llevo un diseño que ha realizado Juana Martín afirma mientras prepara el traje antes de vestirse y dirigirse al templo de la imagen titular a la que acompañará durante la procesión. I Y Maite García, mantilla de la Esperanza ÁLVARO CARMONA Antes de colocarse el vestido, Mai- esta cofrade cordobesa. Porque, sete va a la peluquería, donde la peinan gún la experiencia de Maite, la precomo todos los años siguiendo su es- paración física lleva detrás muchos tricto protocolo: recogido bajo y raya nervios e ilusión, a pesar de sufrir un en medio. Acto seguido, recorrido en tacones por la sobrina de la cofrade la las piedras de las calles Solera maquilla de manera sende Córdoba. La procesión cilla afirma. Al termi- Esta peina era se sobrelleva y cuando llenar, la hermana de La Es- de mi tía y, a su gas a casa hay mucha savez, de su tía. peranza empieza con el tisfacción reconoce con rito de vestirse. Primero Tiene ya más de agradecimiento. las medias. Después el ochenta años de Con la peineta en la cavestido, los tacones y por beza y el velo cubriéndohistoria último la teja con el velo. le los hombros, Maite em También me coloco los pieza su penitencia. Coge pendientes y cojo mi rosario que me a sus niñas, también hermanas de la acompaña en toda la estación de pe- hermandad, y va andando hasta la nitencia afirma. Iglesia. Una vez en el templo, se enCon su rosario, rezo y agradezco cuentra con el resto de mantillas y para que pueda salir muchos años juntas piden al Señor que no agüe la con mi Cristo reconoce con agrado tarde del Domingo de Ramos.