ABC CORDOBA 10-03-2018 página 5
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página5
- Fecha de publicación10/03/2018
- ID0006751361
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ABC SÁBADO, 10 DE MARZO DE 2018 abc. es ENFOQUE 5 Puerta de entrada a la villa alquilada por Puigdemont en Waterloo AFP Denegada la libertad a Jordi Sànchez Cataluña como folclore SALVADOR SOSTRES Jordi Sànchez no volverá a ver la luz del Sol hasta que cumpla por lo que hizo. Tampoco Junqueras o Quim Forn. El independentismo en su nihilismo extremo creía que porque ellos iban de farol el Estado se lo iba a tomar en broma. ¿No querían libertad? Pues ahí está la libertad, con sus consecuencias y su responsabilidad. La más notoria demostración de que Cataluña es un país libre son los presos y los desterrados. El hombre libre es el que paga el precio de sus actos. Si los independentistas están indignados no es por la falta de libertad que tan generosamente les procura España sino por la falta de sentido del humor del Estado para entender que todo lo suyo era folclore. El independentismo busca reducir Cataluña a su folclore y administrar las ganancias. Es una batasunización de baja intensidad: a la catalana. Batasuna sin ETA. Las manifestaciones de cada mes sin la kale borroka de fin de fiesta. Los lazos amarillos sin cajeros incendiados. Retórica belicista sin muertos. Insultar a España sin pagar el precio. El independentismo pretende la batasunización de Cataluña pero sustituyendo la terquedad abertzale por el escultismo catalán, la clandestinidad por el exhibicionismo permanente de la cursilería en las más azucaradas demostraciones. El último pacto que la vieja Convergència y Esquerra le han presentado a la CUP parece una burla a los que se supone que se toman la independencia en serio, pero no lo es, y constituye en cambio el documento fundacional de la Cataluña que vendrá. La idea del desafío dejará paso al sentimentalismo del agravio, la exigencia de democracia será paulatinamente sustituida por la reclamación de la libertad (de los presos) y lo político irá ahogándose en el interminable pantano de lo emocional. Estremera y Bruselas serán los más boyantes destinos turísticos de la ruta de esta nueva épica. Se organizarán visitas a Waterloo con la misma solemnidad con que muchos visitaron, durante el franquismo, al presidente Tarradellas en Saint- Martin- le- Beau. Ya no hablaremos de implementar la república catalana sino de contribuciones patrióticas a lo que pomposamente se llamará govern a l exili o espai lliure de Brusel les y que en realidad será una fundación privada para que la vieja trama convergente pueda volver a organizar sus tinglados lo mismo que hizo a través del Palau con las aportaciones de los independentistas de buena fe y las subvenciones de los más pintorescos organismos, instituciones y lobbys internacionales. Y con esta emotividad prepolítica transitaremos de la Cataluña como problema a la Cataluña como folclore. De la crisis abierta a la decadencia interminable. Del abismo a la indiferencia. De la tensión al tedio. Ni Junts per Catalunya, ni Esquerra ni la CUP querían que Jordi Sànchez saliera de la cárcel para ser investido. Sólo buscaban que el juez Llarena les dijera que no para hacer con la negativa su pancarta para la próxima Diada. ESPAÑA