ABC CORDOBA 09-03-2018 página 25

ABC VIERNES, 9 DE MARZO DE 2018 cordoba. abc. es Faltan 16 días Domingo de Ramos para el CÓRDOBA 25 La Cuaresma en ABC EL PATERO DEL VIERNES ANTONIO VARO LINCE Sus gustos eran minoritarios; pensaba que la experiencia más profunda está bajo la túnica y el capirote E altar. A partir de ahí, es el momento de trasladar todo el dibujo a un modelo tridimensional sacado a partir de las medidas previamente cogidas. Arduo proceso de montaje Es un momento crucial, pues se trata del instante justo en que todas las ideas, datos y medidas extraídas con anterioridad dejarán de ser complejas anotaciones para convertirse en realidad. Así, tras recibir el pedido de cera (con las medidas y los calibres exactos de cada cirio) comienza el proceso de fundición. Se colocan las 160 piezas por orden para una mayor eficacia a la hora de su colocación y se inicia un proceso que puede extenderse en varias jornadas de trabajo. Otro grupo del equipo de priostía se encargará de seleccionar y ordenar las telas que revestirán el altar, mientras que otros prepararán las mesas, el dosel y la peana sobre la que se asentará la imagen del Divino Salvador. De esta forma, cuando ya está todo preparado, comienza el montaje de la estructura en el altar mayor del Santuario. Las diferentes mesas se disponen en tres niveles y el dosel, una vez montado, se sube hasta la altura su- Altar de cultos del Señor del Prendimiento. En las demás imágenes, el planteamiento realizado antes de llevarlo a la práctica HERMANDAD DEL PRENDIMIENTO RA un lince. Pero no por la agudeza de su vista, sino por su condición de una especie amenazada. Para él y los que eran como él, además, no había programas de protección pagados con dinero público ni se multaba con sanciones astronómicas a quienes atropellaban o abatían a sus congéneres. Sus gustos y criterios eran cada vez más minoritarios: tanto, que quienes no habían visto linces de verdad pensaban que era un bicho raro, un simple gato cuya arrogancia lo había hecho creerse más de lo que era. Era tan raro que creía, por ejemplo, que la experiencia más profunda del cofrade, la única realmente fundamental, está bajo la túnica y el capirote; encima pensaba que lo normal en una procesión de Se- mana Santa es salir de su iglesia con sus pasos y volver a su iglesia con sus pasos, y para echar más leña al fuego afirmaba, en el colmo de la desfachatez, que el margen temporal para vestirse de nazareno empieza el Domingo de Ramos y termina el de Resurrección. Nunca se había preocupado por la ingeniería de los polleros ni había echado a perder un instante de belleza trascendente al ver un candelero distanciado tres milímetros de la perfecta simetría. Se estremecía con las joyas de silencio y de respeto que cada vez tenía que rebuscar más en el fondo de su saco de recuerdos y pensaba, iluso de él, que la música es sólo un complemento lleno de belleza, pero nunca lo esencial en una procesión. Era un lince, pero no por la agudeza de su vista: las dioptrías del miope lo habían acompañado desde antes de la adolescencia. Había visto ya unos cuantos linces de su camada quedarse en el camino, y sentía con estremecimiento que él estaba ya muy cerca de la primera línea. Pero, sorprendentemente, haber llegado a esa edad sin perder su condición de especie amenazada no le producía angustia ni tristeza, sino una enorme, una íntima satisfacción que nadie más que él sería capaz de comprender. montaje. Para 2018, la priostía de la hermandad del Prendimiento ha dispuesto un total de 160 piezas de candelería, seis jarras de flor y el sagrario, que se situó en la primera altura, justo en el centro de la composición. Era un diseño donde prevalecía una idea de rombos que enmarcaba a la imagen del Señor y que éstos, a su vez, enmarcaban las piezas que conformaban el resto del perior. Todo debe estar bien sujeto, bien situado, ya que un pequeño fallo a la hora de la colación puede suponer un error fatal. Posteriormente se reviste toda la estructura (en esta ocasión con las telas y los respiraderos del paso de palio de Nuestra Señora de la Piedad) y para finalizar la jornada se sube la imagen del Señor, que desde ese momento presidirá el altar. Al día siguiente, se perfilarán pequeños detalles y comenzará la colocación de la cera por tandas. Cirio a cirio, pieza a pieza, hasta completar todo el conjunto. Finalmente, el mismo día del comienzo del quinario se colocará la flor, con la intención de que se conserve fresca durante todos los días posteriores. Del papel a la realidad. Del papel al altar de cultos.