ABC CORDOBA 26-02-2018 página 15
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página15
- Fecha de publicación26/02/2018
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ABC LUNES, 26 DE FEBRERO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 15 UNA RAYA EN EL AGUA EL CONTRAPUNTO ISABEL SAN SEBASTIÁN EL REY SIGUE DEFENDIENDO A ESPAÑA Don Felipe está hoy donde tiene que estar. Colau, Puigdemont y Torrent, en un sólido frente común contra Barcelona L A presencia del Rey Don Felipe en los actos de inauguración del Mobile World Congress que se celebra en Barcelona constituye un honor para la ciudad. El desplante con el que su alcaldesa podemita, el expresidente autonómico a la fuga, el inoperante líder del parlamento local y varios representantes de la Generalitat han intentado afrentarle, constituye un honor para él. Porque no ofende quien quiere, sino quien puede, y las personas se retratan más aún por sus enemigos que por sus amigos. Si Colau, Puigdemont, Torrent y esos funcionarios autonómicos muy separatistas ellos, pero enchufados al cargo oficial y el sueldo público, no quieren compartir mesa y mantel con el jefe del Estado, significa que éste está cumpliendo ejemplarmente su deber de defender a España. Don Felipe no solo honra con su presencia la Ciudad Condal, sino que proporciona un espaldarazo decisivo a un congreso cuyo emplazamiento estuvo a punto de cambiar como consecuencia del malhadado proceso secesionista que tanto dinero ha costado al conjunto de los catalanes y, por ende, de los españoles. Éste podría ser, de hecho, el último año que se celebra en Barcelona una reunión que se rifan todas las capitales del mundo por la proyección internacional que lleva aparejada y la cantidad de beneficios que deja en el sitio donde tiene lugar. Tal vez la lideresa antidesahucios devenida en alcaldesa, el presidente de una cámara en la que todos cobran por no hacer nada, el cobarde huido de la justicia y sus acólitos de la administración autonómica piensen que su ciudad es insustituible, pero aquí nada ni nadie resulta indispensable para menester alguno. Dicho de otro modo; si la situación en Cataluña no se normaliza, se acaba de una vez por todas con el riesgo de disturbios y se garantiza el orden y tranquilidad propios de una región cualquiera de la Unión Europea, bien pudiera ser que el World Mobile Congress se fuera con sus millones de euros a otra parte, para desdicha de hoteleros, restauradores y demás beneficiarios de esta bicoca. Tal vez eso agradara a quienes viven del cuanto peor, mejor pero para el conjunto de los catalanes, y por ende de los españoles, sería una pérdida dificilmente reparable. El hecho de que Su Majestad se tome la molestia de desempeñar un papel protagonista en la inauguración del evento obedece a su deseo de apoyar una celebración enormemente beneficiosa para Barcelona, por desagradable que le resulte recibir una pitada como la que oyó este verano, durante la manifestación convocada en contra del terrorismo yihadista que los independentistas tuvieron la vileza de transformar en algarada antiespañola. Nuestro Rey está en la capital catalana porque es consciente de que su presencia suma en el teatro internacional, donde goza de gran prestigio. Es un activo de primer orden. Algo que cualquier dirigente político mínimamente informado y dotado de alguna cultura debería saber. La desgracia para los barceloneses es que Colau, Torrent, Puigdemont y demás integrantes del comité de bienvenida organizado para recibir a Don Felipe dándole ostentosamente la espalda andan tan faltos de formación y de mundo como sobrados de sectarismo tribal. Dicho en román paladino, actúan como verdaderos patanes empeñados en hundir al pueblo que dicen representar. La ofensa que en vano trata de infligir esta patulea a Su Majestad no hace sino engrandecer al Rey y demostrar la unión de populistas e independentistas en su empeño común de perjudicar a España. Don Felipe está hoy donde tiene que estar. Colau, Puigdemont, Torrent y la compañía, en un sólido frente común contra Barcelona. IGNACIO CAMACHO LAS COSAS DE COMER Un mal día, los del MWC se cansarán del mal rollo y se largarán a otro lado. Y los nacionalistas culparán al Estado UANDO Barcelona se quede sin el Mobile World Congress, que se acabará marchando más pronto que tarde, los independentistas le echarán la culpa al Estado. Ya lo hicieron cuando patinó la candidatura de la Agencia Europea del Medicamento, que el Gobierno defendía en vano en Bruselas mientras Puigdemont se paseaba por allí poniendo a España a caldo. Por alguna razón difícil de explicar existe entre el nacionalismo y el populismo una extraña fijación con el MWC, congreso de extraordinaria importancia económica al que no dejan de poner obstáculos: desde las dudas de Ada Colau, a la que tanta exhibición de poderío capitalista le resulta un asunto antipático, al empeño soberanista por utilizar la ocasión como caja de resonancia para montar escándalo. Están jugando con las cosas de comer y les puede costar caro. Un mal día, esos magnates de la plutocracia tecnológica se cansarán de la inseguridad política y jurídica y se largarán a otro lado donde sean mejor recibidos y les garanticen buen trato. Pero los separatas, que diría Forges, tienen la excusa siempre a mano: el enemigo español como coartada de sus fracasos. Esta gente se cree de veras que el evento se celebra en la capital catalana porque ellos son más enrollados, más listos, más modernos y más guapos. Por eso es una gran idea la de montarle un escrache al Rey, plantarlo institucionalmente en la inauguración y recibirlo en la calle a cacerolazos. Ese clima social enrarecido es justo lo que más agrada a unos tipos que se gastan un pastón para venir a presentar sus juguetes más sofisticados. Les va a encantar que en la prensa mundial salga el alboroto como parte del programa de actos, y que les recuerden que en Barcelona hay un conflicto de independencia mal resuelto y peor planteado. Mientras más esfuerzo hacen por no darse por aludidos, más se empeñan los separatistas en proclamarlo bien alto. El Rey, por otra parte, ya está acostumbrado. Entre los pitos de la Copa, los desaires en Gerona y la manifestación de agosto, sabe desde hace tiempo que en Cataluña siempre le espera un mal rato. No peor que el de la marcha antiterrorista, cuando Colau le hizo la envolvente para dejarlo a merced de las plataformas nacionalistas en su aquelarre de rechazo. Lo metió en una encerrona física para que sirviese de blanco. Aquello tuvo mucho que ver en el célebre discurso de octubre porque Felipe VI comprobó en carne propia hasta qué punto la deslealtad nacional- populista había sobrepasado cualquier línea de compromiso y hecho imposible todo gesto bienintencionado. Pero de cara al exterior ha aprendido a poner cara de palo, incluso a sonreír para que los del MWC no sientan la tentación o se la aguanten, porque sentirla la sienten de empaquetar sus bártulos. Como no tienen sitios más tranquilos dónde ir, ni hay cientos de empresas que ya se han marchado, sólo hace falta recordárselo. C JM NIETO Fe de ratas