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ABC CORDOBA 23-02-2018 página 65
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ABC VIERNES, 23 DE FEBRERO DE 2018 abc. es ABCdelOCIO 65 dictado de madres e hijas madre e hija en la adolescencia; Yo, Tonya recupera la vida de una patinadora olímpica presionada por su progenitora desde la infancia y la española La enfermedad del domingo profundiza en el dolor de una joven a la que abandonaron hace 32 años. Deuda de sangre L A ENFERMEDAD DEL DOMINGO Dirección: Ramón Salazar. Intérpretes: Bárbara Lennie, Susi Sánchez Miguel Ángel Solá, Richard Bohringer OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE N Margot Robbie con su cruel madre ABC pista helada. La película alterna la dramaturgia convencional con intervenciones de los personajes mirando a cámara y dando su versión particular de los hechos. Eso genera, como es lógico, más de una contradicción pero, más que buscar el efecto Rashomon, el director Craig Gillespie busca una narración dinámica, un relato con un nervio explosivo y, durante la primera hora de metraje, consigue situarse al nivel del mejor Scorsese- narrado, el de Uno de los nuestros o la polifónica Casino Con el mérito añadido, como ya hemos dicho, de que los hechos son mucho menos vistosos: lo que vemos es un retrato surgido de la América profunda, la que quiere salir del hoyo y triunfar (y desde luego, lograron una forma de fama) lo que vemos es una crónica familiar con una madre que deja en pañales a Cruella de Vil, pero a quien desolla es a su propia hija; lo que vemos es un grupo de presuntos villanos que es un escuadrón metelapata que no lo mejoran ni los hermanos Coen... Y vemos, y no se sabe bien a quién elegir, a dos mayúsculas actrices, la cruella Allison Janney y la patinadora Margot Robbie, que consigue en todo momento que su princesa basura blanca no pierda una luminosidad esencial que reverbera durante toda la película. No se las pierdan. i entre Freud, Billy Wilder, Rodríguez Zapatero y Bergman trazarían una línea argumental tan arqueada y prometedora como ésta que es la esencia de la película de Ramón Salazar: una mujer joven fuerza una cita con su madre, que la abandonó treinta años atrás siendo una niña, y le pide (o ABC le exige) pasar juntas y solas diez días en una Susi Sánchez y Bárbara Lennie casa alejada en el campo. Y la película hay que entenderla o ir entendiéndola ahí, en la presencia, en la ausencia, en el duelo de silencios y al argumento intriga, curiosidad, sospecha, tende diálogos, en las miradas y propósitos que van sión... y Susi Sánchez, también a la expectatia construir ideas, actos y sentimientos que no va de esa novedad de sentimientos, compone tienen nada de habituales, pues casi toda la edi- su personaje con una sorprendente carga de naficación se hace con materiales equidistantes turalidad, de sencillez y resignación al pase lo entre el amor y el odio. Alrededor de la mitad del que pase. Una especie de juego de espejos purimundo ni somos ni hemos sido hificador entre la no hija y la no majas ni madres, y sólo podemos imadre; un duelo, un revoltijo de catarSentimental ginar ese territorio en el que las re Salazar transmite sis. Y el reto del director consiste en laciones entre dos seres humanos convertir una película quieta, estantodo el maridaje cada en dos tiempos y un solo lugar, adquieren una complejidad que no se da, al parecer, con igual intensi- emocional gracias en una road movie inmóvil a toda dad y enmarañamiento en ningún a la interpretación velocidad. otro lugar conocido. Es, pues, una Y hay tal intensidad en lo femede dos actrices historia, una película, cargada de nino, en lo maternal, en lo especumayúsculas cantidad de especias y hay que acoslar entre madre e hija, tan concentumbrarse al sabor que cada una va trado el foco en ellas, que dos actootorgándole a lo que vemos y sentimos. res gigantescos como Miguel Ángel Solá o Richard Salazar no habría podido transmitir todo el Bohringer, no pueden más que mirar absortos maridaje emocional sin contar con la interpre- esa maraña de pasión y compasión que hay entación de dos actrices mayúsculas, Bárbara Len- tre ellas. Y sirva la insistencia en resaltar la innie, que invierte en su personaje una dosis enor- creíble y magnífica interpretación de Bárbara me de sentimientos nuevos para el especta- Lennie y Susi Sánchez para compensar aquí la dor y que le obligan a buscarles sitio en la imposibilidad de encontrar unas frases a la alestantería de su cabeza (lo cual le proporciona tura de ellas. Más que la guapa de El lobo de Wall Street Nominada al Oscar por su papel de la patinadora más popular y odiada de Estados Unidos, Margot Robbie ha demostrado que es mucho más que la mera acompañante de Leonardo DiCaprio en la cinta de Martin Scorsese. Su personaje crece como deportista regada por los gritos y la presión a la que le somete su progenitora en un ejemplo de esos padres que guían sus frustraciones a través de las carreras de sus hijos. Un ejercicio de intérpretación que la eleva tanto como el impulso de sus piernas elevó a Tonya Harding, la primera patinadora de EE. UU. que logró el casi imposible truco de triple axel. Duelo interpretativo Bárbara Lennie y Susi Sánchez se baten en un duelo memorable y silencioso cargado de reproches, castigos y, al fin, algo parecido al amor. El director escribió todo lo que vivieron ambas mujeres en esos 35 años de ausencia que no vemos pero que se escapan por la mirada de cada una de ellas. Partí de la premisa de que los temas de los que habla la película no iban a ser verbalizados: no se habla de la enfermedad, ni del abandono, el rencor... Había que contener el torrente emocional desgrana el cineasta malagueño.

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